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Jaén y sus apocalipsis

Jaén y sus apocalipsis

El poyete ·

ANTONIO AGUDO

Martes, 12 de diciembre 2017, 00:18

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La buena noticia es que hace mal tiempo. Lo peor es que el resto de noticias siguen siendo las mismas. Episodios autoconclusivos de una mala serie de televisión que acumula temporadas y temporadas en nuestras pantallas. Historias con los mismos personajes y repetidos argumentos. Hasta los cortes para publicidad tienen los anuncios de siempre. El mismo quitamanchas. El mismo quitapenas. Los mismos y las mismas de toda la vida. Permanezcan en sintonía. Intervalle. Pause. Intermedio. Recuerdan a aquellas heroicas retransmisiones de los años sesenta con las copas de Europa o el festival de Eurovisión. Minutos musicales. Blanco y negro.

La buena noticia es que hace mal tiempo. Lo peor que lo de siempre ha vuelto. La discusión eterna por los fondos de la Política Agraria Comunitaria. ¿Os acordáis de la OCM (la organización común del mercado del aceite de oliva)?. Pues regresó la discusión del reparto español de los fondos europeos para la agricultura. La reforma para el año 2020 ya está sobre la mesa y los de siempre ya están culpando a los de siempre del apocalipsis que se cierne sobre el olivar jienense. Campos y mares andaluces que han soportado, de creernos lo que dicen, mil y un armagedones ganaderos y agrarios. Sin embargo vemos, de cuando en cuando, en la Puerta del Sol y otras plazas principales como se regalan tomates, pepinos y lechugas. Lecheros cabreados vacían las cántaras en las alcantarillas de la capital en protesta por los bajos precios y las patatas se dejan en el campo para los topillos porque es más barato que cosecharlas. Jamás hemos visto regalar o tirar aceite de oliva. Las lechuzas y los candiles multinacionales no lo permitirían. Deberíamos hacer valer el valor del producto y no dejarlo a merced de quienes los usan sólo para hacer resbalar al contrario. Tras décadas de recibir millonarias ayudas y subvenciones parece que no nos hemos movido ni un palmo. Somos como los olivos. Estamos a verlas venir y esto le viene muy bien a los del eterno politiqueo para empezar con el y tú más y él menos y así van pasando las décadas. Los mismos zorzales posados en las mismas ramas.

La buena noticia es que hace mal tiempo. Pero seguimos al albur de borrascas y anticiclones. Mecidos por las caprichosas isobaras sin que hayamos aprendido a construir una industria transformadora de nuestro principal recurso: el aceite de oliva. Las penas y las vaquitas se van por la misma senda. «Las penas son de nosotros y las vaquitas ajenas». Cantaban Mocedades en nuestros tiempos mozos y ahora que no lo somos, jóvenes, seguimos dejando que las vacas las ordeñen otros. Entre tanto los mismos zorzales en las mismas ramas, siguen su eterna discusión sobre las ayudas europeas y el enésimo fin del mundo que viene. La buena noticia es que hace mal tiempo.

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