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Domingo, 13 de agosto 2017, 00:08
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Desde esta semana la provincia de Jaén cuenta con dos nuevos radares fijos, que se suman a los once ya existentes, para tratar de evitar las altas velocidades en carretera, una de las principales causas de siniestralidad. Se ha puesto además énfasis en la elección en las carreteras secundarias, donde se produce la verdadera 'sangría' al volante. Más de ocho de cada diez víctimas mortales se producen en estas vías.
Ese es el principal motivo esgrimido por la DGT para su instalación, el carácter disuasorio que los radares tienen para los excesos de velocidad. Desde el miércoles está instalado uno en la carretera A-6050, que une la capital jienense con Los Villares (aunque hasta septiembre al menos no funcionará). Está ubicado en el punto kilométrico 0,9, a la altura del paraje del Ojo del Buey, a la entrada de la cantera de Fuente de la Peña.
La vía cuenta con una intensidad diaria de 4.400 vehículos, lo que la convierte en una de las más transitadas de la provincia. «Además, ha sido un tramo con alta accidentalidad en los últimos años, punto negro durante algunos, con muchos trayectos cortos hacia los Villares. Además, hay mucho tráfico de ciclistas», explica el jefe provincial de la DGT, Juan Diego Ramírez.
De hecho, esta considerada ruta ciclista protegida, por lo que los sábados, domingos y festivos, de 9:00 a 14:00 horas, la velocidad está limitada a los 60 kilómetros por hora (la genérica es 90).
No obstante, en el tramo en el que está situado el radar la velocidad máxima es de 60 km/h. Así pues, con los siete kilómetros de margen que deja la ley, sería a partir de los 68 km/h ya se sancionaría la conductor. Se ha colocado una señal fija en sentido descendente y durante unas semanas está 'en pruebas'.
Desde la DGT no se quiere señalar cuándo estará en funcionamiento, para que el «efecto disuasorio» lo que ejerza desde ya. De momento ya funciona pero sin sancionar, calibrando, disparando y ajustándose. Cualquier día funcionará de forma real.
Desde la Asociación Vecinal Paraje de Jabalcuz se ve como «positiva la medida», que «favorecerá a los ciclistas y viandantes que visitan el Ojo del Buey. «Hablamos de un lugar al que acuden muchos jienenses para disfrutar de meriendas, con mucho tráfico, viandantes y ciclistas», explicaba ayer Víctor del Salto Rodríguez.
El otro radar se ha instalado en la A-401, en el punto kilométrico 20,100 en sentido descendente. Se trata de la carretera que va desde Úbeda hasta Darro. El nuevo elemento disuasor está colocado a la altura de la localidad de Jódar, en una zona que la DGT considera también conflictiva.
Con estos dos radares la provincia cuenta con trece radares fijos, doce situados en un punto concreto y uno de tramo en Despeñaperros. Eso sí, no todos funcionan a la vez. Y es que hay más cabinas que radares. La DGT en Jaén dispone de ocho, que van rotando entre las cabinas.
Además, existen treinta tramos para los radares móviles, que pueden estar colocados en cualquier momento. Es el caso de la variante Sur de la capital, en la carretera de Granada, a la altura de la Institución Ferial de Jaén, y en la antigua N-323, donde se han colocado nuevas señales que advierten de la posibilidad de que haya un radar móvil a unos 200 metros de ellas.
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