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La amenaza de una sequía en ciernes

La amenaza de una sequía en ciernes

Los pantanos afrontarán el verano, que se espera especialmente caluroso, por debajo de la mitad de su capacidad en la provincia, al 45% ya

Miguel Ángel Contreras

Miércoles, 7 de junio 2017, 03:04

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El día 20-25 de este mes acaba «la primera parte del partido» y la cosa que pintaba muy bien se ha complicado. El campo clama por agua y el cielo lleva semanas ignorando su petición y con un calor que casi adelanta el verano, que se espera de aúpa. En juego está la próxima campaña de aceituna, un pilar para la economía jienense. Y también la capacidad de nuestros pantanos y embalses, que de alargarse en el tiempo esta situación terminarán por contar con restricciones para el riego, en primer lugar, antes de otras. Así que toca mirar para arriba. Y no se espera agua, a corto plazo ni medio. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) no lloverá en toda la semana y las temperaturas serán propias del verano: cerca de 20 grados centígrados de mínima y máximas de hasta 36 grados a finales de semana.

En mayo y lo que llevamos de junio debían llover según las cuentas de las agrupaciones agrarias, para compensar el déficit hídrico que acumula el campo este año, en torno a 100-150 litros por metro cuadrado, de media, dependiendo de la zona. No ha caído ni la mitad.

«Estamos expectantes, confiando en que llueva, aunque cada día que pasa es más difícil. Está acabando la floración y tienen buen color y están preparados, con cuaje y mimbres para tener una buena cosecha, como la del año pasado. El problema es que no ha llovido ni la mitad de los cien litros al menos que hacían falta en mayo-junio y si no viene una borrasca y descarga, con el verano que se espera de mucho calor, es fácil que el olivo se desprenda de fruto si no tiene agua. Lo primero es asegurar su supervivencia como árbol», explica Cristóbal Cano, secretario general de UPA-Jaén. «Necesitamos que llueva», subraya.

Como la pasada, como mucho

La primera parte del 'partido' se juega ahora con la floración y la formación del fruto. Los olivares ya están, otra vez, adornados de aceitunas. La floración casi ha terminado. La segunda mitad se disputará ya en septiembre y octubre, cuando se forme el aceite.

«Apenas han caído unos 30 litros, muy poco para lo que necesitábamos. El campo no tiene mal aspecto, pero ya se está empezando a caer fruto del árbol porque detecta que no tiene para tirar para adelante. Prevemos que puede tirar mucho más. La falta de agua viene arrastrada de dos o tres temporadas. La situación no es mala, pero puede serlo. El año va a estar muy marcado por lo que pase en otoño. Es la campaña más limite de las últimas, porque la reserva hídrica es nula», confirma Juan Luis Ávila, secretario general de COAG-Jaén.

En el mejor de los casos considera que la próxima campaña de aceituna será como la pasada y probablemente sea peor.

Desde Asaja-Jaén, su gerente y portavoz, Luis Carlos Valero, evita el alarmismo, aunque admite que si la situación persiste «los de secano van a sufrir bastante». «Hay que esperar a ver lo que descarta el árbol, porque es pronto. Ha cuajado muy bien, pero no va a ir todo para adelante. Dependerá mucho de las zonas y lo que haya caído en cada una. Va a ser una campaña muy irregular», avanza.

Por la escasez de oferta precisamente en las agrupaciones de agricultores no preocupa en exceso, por el momento, la caída en el último mes de la puesta en el mercado de aceite de oliva, ni que se redujera su consumo a nivel nacional. De las 130.000 toneladas de los meses anteriores se pasó a unas 100.000. «Las exportaciones están tirando del carro, manteniendo los precios en el nivel que están (a 3,8 euros el aceite lampante y 3,95 el virgen extra en la última semana según Poolred). El mercado interno está consolidado pese a la caída. El consumidor sabe que el aceite de oliva es un producto básico, algo más que un alimento por su influencia en la salud y la dieta mediterránea. No debería haber fluctuaciones de precio, que además no favorecen ni al consumidor ni al productor, solo a las cadenas intermedias», señala Cano.

El Quiebrajano, al 29%

Además, el regadío está asegurado en próximas fechas, a pesar de que los pantanos se encuentran a menos de la mitad de su capacidad en la provincia, muy por debajo de su media de los últimos veinte años. Según los datos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) están al 45,13%, la provincia de la comunidad con un porcentaje menor. Los meses de abril y mayo han tenido un carácter seco y como consecuencia Andalucía tiene su agua embalsada al 56 por ciento, por debajo de los niveles del año pasado (67 ) y de la media de los últimos 10 años (68).

En el caso de la provincia de Jaén es especialmente preocupante el nivel del Quiebrajano, que surte a la capital de agua además de a otras localidades, y que se encuentra al 29,93%. Otros grandes, como el Rumblar, están al 44, 12%.

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