Edición

Borrar
Mimo con el que preparan en un stand las botellas de aceite que exhiben al público.
Una feria que tira del olivar mundial

Una feria que tira del olivar mundial

La evolución de Expoliva en 34 años y 18 ediciones ha sido en buena medida paralela a la del olivar

Juan Esteban Poveda

Sábado, 13 de mayo 2017, 01:23

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

José Martínez Jiménez, olivarero de Jaén de 72 años, paseaba ayer por el abarrotado recinto de Expoliva como quien recorre algo que siente como suyo, ligado a su propia biografía. Él ya paseó por las improvisadas carpas del parque Felipe Arche en 1983 y no ha fallado en ninguna de las 18 ediciones de la feria, desde que apenas reunía a un puñado de fabricantes de maquinaria hasta constituirse como el mayor evento del mundo en torno al olivar. «Ya nada es como era. Ni las máquinas, ni los aceites ni nada de lo que había antes de Expoliva. Y en buena medida ha sido la propia feria quien ha empujado al sector a cambiar, ayudando a dar a conocer las innovaciones», asegura. Es una impresión que comparten buena parte de los profesionales y expertos del mundo olivarero. Mucho más allá de un evento comercial de primera magnitud, Expoliva ha sido por sí misma un motor de cambio e innovación para el aceite de oliva y para todo lo relacionado con él.

«Está claro que la feria es un catalizador en la evolución del sector. No sólo ha situado a Jaén como centro del olivar. Nos abre al mundo, no sólo a Jaén sino a España como el país con mayor rango de conocimiento, de tecnología, de calidad y de cantidad», opina Juan Vilar, consultor estratégico y considerado actualmente como una de las voces más autorizadas del sector.

Lejos quedan ya los tiempos en los que Expoliva era una feria itinerante, sin recinto fijo, que viajó por el parque Felipe Arche, por el recinto de Vaciacostales y bajo carpas portátiles hasta recalar en el Recinto de IFEJA. Son ya dieciocho ediciones desde 1983 en las que el mayor evento del mundo del aceite no ha dejado de crecer hasta ser lo que es hoy. En momentos de máxima incertidumbre para el sector, los profesionales han acudido en masa a Expoliva como referencia donde encontrar soluciones. En épocas de vacas gordas, como en la coyuntura actual, es el lugar donde cada dos años se reparten las cartas de una partida que se juega por un negocio de miles de millones de euros.

«Expoliva ha sido el mejor escaparate para el mundo del olivar. Aquí vimos las primeras vibradoras, nos hablaron por primera vez de superintensivos, de las innovaciones que se han ido sucediendo, de todos los adelantos que luego hemos ido incorporando a las explotaciones. Ha supuesto mucho para los agricultores, que son la base de este negocio», explica Nicolás Vico, presidente de Asaja-Jaén.

Progreso e innovación

«Es una cita en la que las empresas y agentes del sector compiten por tener presencia con las últimas novedades, con sus mejores productos e ideas. Claro que ha sido un motor de progreso e innovación. Tiene además el valor de mantenerse como una feria que trata únicamente de un producto: del aceite. Otras ferias tocan distintos sectores, pero aquí está todo el mundo del aceite, y sólo del aceite», asegura Cristóbal Gallego, presidente de Jaencoop (uno de los gigantes de la producción, creado desde la unión de cooperativas jienenses).

José María Valdivia, gerente de la Institución Ferial de Jaén, subraya que «lo más importante es que lo último está aquí. Sólo en los patios exteriores puede haber maquinaria por valor de veinte millones de euros. Y lo que hay en los pabellones interiores ... Es la referencia mundial. Hace veinte años se circunscribía al área mediterránea, pero ahora ésto incluye América Latina, California, Nueva Zelanda o Australia».

De Argentina procede Juan Carlos García, doctor en Bioquímica, y desde hace diez años estudioso del tema del aceite de oliva. «Nosotros estamos en pañales, lo que hay aquí es lo más grande del mundo. Es increíble lo que podemos aprender en este evento. De aceites, de catas, de maquinaria ... De todo. Es la primera vez que vengo a la feria y está siendo una gran experiencia. Me extraña es que no haya más gente de Argentina. Yo estoy poniéndole cara a muchos contactos que sólo conocía a través de foros especializados de internet. Aquí está todo el mundo».

Mohamed Bakkoury, de Marruecos, también debuta este año en Expoliva con buenas sensaciones. El trabaja para una empresa que busca maquinaria de molturación de aceituna. «Aquí están los mejores fabricantes. Ahora se está invirtiendo en mi país. El aceite se paga bien, a unos cuatro euros por kilo actualmente en buenas calidades. Yo llevo en el sector desde 2006 y ahora está en un gran momento, creciendo. Por eso hemos venido aquí», asegura mientras recorre los stand.

José Montaño, de 75 años, ha estado en todas las ediciones de Expoliva con su empresa Fertimont, de fitosanitarios de Sevilla. «Empezamos en carpas al lado de la plaza de toros. Imagínate si ha cambiado ésto. Ha ido siempre a más y a más hasta llegar hasta donde estamos ahora». Ahora el negocio familiar lo lleva su hija, María del Mar. «Fundamentalmente tenemos en Expoliva un punto de encuentro con nuestros clientes y amigos. Aquí está todo el mundo». La familia ha visto cambiar la feria al mismo tiempo que ha evolucionado el sector.

En 1995 se celebró por última vez Expoliva en el recinto de Vaciacostales, claramente insuficiente. Expoliva dio en 1997 un salto espectacular con el traslado al Ifeja. Dos años después también hubo obras de última hora y pudo contarse con el auditorio de la Caja Rural, y el edificio administrativo de la Institución Ferial. Posteriormente aún amplió el recinto con el edificio Activa, nuevos aparcamientos o el centro de convenciones y congresos.

Para la próxima feria habrá un pabellón polideportivo (prometido por la Diputación) con posibilidades para la celebración de eventos. Y también más aparcamientos. El mundo del aceite no para de crecer. Y Expoliva con él.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios