Las pérdidas de Linaqua siguen aún en estudio

El futuro de la empresa mixta de gestión del agua en Linares, Linaqua, formada en un 51% por el Ayuntamiento y un 49% por Linaqua, sigue en el aire nueve meses después de celebrarse el último Consejo de Administración en el que, según apuntaron fuentes municipales, la posibilidad de disolver el ente mixto, propuesta por la parte pública, quedó sobre la mesa.

Según se ha trasladado a los diferentes grupos municipales del Ayuntamiento de Linares, con representación en dicho consejo, Linaqua celebrará a lo largo de las próximas semanas una nueva reunión para analizar el futuro de la empresa una vez que, pese a los número negativos que se vienen registrando desde hace años, se bloqueó el plan de saneamiento de las cuentas en los presupuestos de este año ante la negativa del PP e IU de incrementar los impuestos del agua en la ciudad.

Las pérdidas, cercanas al medio millón de euros generadas por un descenso en el consumo de agua de la ciudad ante la caída de la población y el cierre de muchas empresas según señalaba la parte privada, determinaron la postura de los representantes del Ayuntamiento de Linares, que solicitaron una auditoria para analizar el origen de las pérdidas, así como los costes reales de la prestación del servicio. Un paso previo a la celebración de una nueva reunión del Consejo de Administración que determinará la viabilidad de la empresa mixta.

En este sentido, el alcalde de Linares, Juan Fernández, aseguró tras el último consejo que el objetivo era estudiar una nueva fórmula para sanear las cuentas de Linaqua sin que esto supusiera un incremento de los impuestos tras el bloqueo del PP e IU en los últimos presupuestos municipales. «Lo que pretendemos es conocer los costes reales de producción, y a partir de ahí el saneamiento de las cuentas podrían pasar por medidas tan dispares como la compensación de las pérdidas a través de una subvención, como ocurre en el caso del transporte urbano, u otras fórmulas como la liquidación, salida a concurso o encomienda», puntualizó el pasado mes de diciembre el primer edil.

Recuperación municipal

La constitución de una nueva Corporación local desde que se celebrara el último Consejo de Administración de Linaqua ha supuesto un cambio, así mismo, en la representación municipal en el mismo. Así, tan sólo el alcalde de Linares y el representante de IU, Sebastián Martínez, se mantienen dentro del consejo, y formaron parte del acuerdo de una posible disolución de no conseguirse una vía para sanear las cuentas.

«Nuestra postura es la misma», señala en este sentido el portavoz de IU, Sebastián Martínez, quien señala que desde su formación siempre se ha apostado por municipalizar este servicio, más aún cuando, según apunta, la parte privada pretende «cargar al Ayuntamiento con todas las pérdidas».

En este sentido, Martínez señala que, a la espera de que Aqualia presente una alternativa de saneamiento que no implique una subida de las tasas y favorezca un presupuesto equilibrado, la postura de IU seguirá siendo la disolución de la empresa mixta. «No se puede achacar todas las pérdidas a la caída del consumo, que es una situación sobrevenida, y cargar el peso al Ayuntamiento porque, como es lógico, ellos como empresa también deben correr riesgos», explica el edil.

La posibilidad de una liquidación generó, ya el pasado mes de diciembre, una gran incertidumbre entre los trabajadores de Linaqua, que celebraron diversas reuniones con los grupos de la oposición para conocer si la plantilla sería subrogada o no en caso de liquidarse la empresa.

La gestión del servicio de abastecimiento del agua fue concedida a Aqualia en 2007. Desde entonces, Linaqua, sociedad de economía mixta para la gestión del ciclo integral del servicio público del agua en la ciudad, es la responsable tanto del abastecimiento como las mejoras del alcantarillado y depuración, así como del desarrollo del plan contra inundaciones.

Revisión de las cuentas

Las numerosas pérdidas arrastradas por Linaqua en los últimos tres años generó, a finales de 2012, el inicio de un plan de saneamiento presupuestario dentro de la empresa mixta de gestión del agua que recogía la subida anual de las tasas impositivas del servicio hasta 2017 con el objetivo de reducir el medio millón de pérdidas actual hasta los 78.000 euros, aproximadamente.

Sin embargo, dicho plan tan sólo llegó a ejecutarse en los dos primeros años con una subida de las tasas durante 2013 de seis puntos para, posteriormente, reducirse en los siguientes cuatro años a un 3%, como ocurrió en 2014. Fue durante el debate de los presupuestos municipales para 2015 cuando, finalmente, los grupos de la oposición bloquearon dichas subidas.

Según recogía en el informe dado a conocer por la empresa concesionaria de cara al desarrollo del plan de saneamiento, el déficit -que podría alcanzar la cifra de 796.500 euros de no revisarse las tarifas- ha sido provocado por la diferencia entre el consumo estimado en el pliego de condiciones que sirvió de base para la adjudicación, y el consumo realizado desde entonces. En concreto, en el año 2011, según el estudio de previsiones, se marcaba una facturación de abastecimiento de 3.528.500 metros cúbicos, cuando realmente no se superó los 3.188.000 metros cúbicos facturados.

Además, junto al diseño de un plan de saneamiento, la mala situación de las cuentas de Linaqua generó una campaña de revisión de los impagos que se registraban por parte de algunos usuarios, con especial énfasis en las viviendas de la Junta en Arrayanes, que desembocó un enfrentamiento judicial entre Linaqua y la Agencia de la Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA).