Los agricultores demandan conocer el trazado definitivo de la A-32 por Linares

A lo largo de la última década decenas de agricultores del término municipal de Linares han visto como el proyecto de la autovía A-32 que unirá la ciudad minera con Albacete ha contado con numerosos plazos de ejecución y otros tantos trazados en sus conexiones con la localidad. Las continuas modificaciones de la futura vía, de cuyo diseño depende la ejecución de un polígono agroindustrial en la rotonda de Jabalquinto de Linares, han provocado el malestar e incertidumbre entre los numerosos afectados.

«Son muchas las reivindicaciones de los agricultores por el trazado de la autovía pero lo que más nos preocupa, actualmente, es que se desvíe el camino de La Ñoreta y conocer si va a existir la creación de un nuevo arroyo para drenar el agua. Unas vez solventados esos aspectos, es fundamental que se cierre definitivamente el trazado para poder retomar el proyecto del polígono», explica Francisco Castro, presidente de Asaja en la ciudad.

Las sensaciones, al menos en algunas de las reivindicaciones del colectivo, son positivas tras las últimas conversaciones mantenidas con el director regional de Carreteras, según apunta el responsable de Asaja, aunque no será hasta esta semana cuando tenga lugar un encuentro para «detallar» todos los aspectos que preocupan a los agricultores sobre el desarrollo de la autovía.

En este sentido, Castro adelanta que una de las principales mejoras demandas «y que cuentan con el apoyo en un 99% del Ministerio de Fomento» permitiría desviar el camino de La Ñoreta hacia la rotonda de salida en dirección a Jabalquinto frente a la proyección actual, «en un paso inundable que dificulta el tránsito por esta vía real», puntualiza el presidente de Asaja.

Así, con «un gran avance» en lo que a conexiones se refiere, la reunión prevista para este martes pretende aclarar aspectos fundamentales en lo que se refiere a la evacuación de aguas. En concreto, según señala Castro, el proyecto actual contempla la creación de un nuevo arroyo en los terrenos cercanos a la carretera de Torreblascopedro, aprovechando el desnivel creado con la ejecución de la nueva autovía lo que perjudicará, según los agricultores, a los terrenos de la zona. «Entendemos que ese arroyo de nueva creación, y que no permitirá trabajar esos terrenos, deberá ser gestionado por Confederación Hidrográfica y, por tanto, se deben expropiar. No sabemos si se planteará una solución alternativa, pero esa es la idea que tienen los agricultores», explica Francisco Castro.

Asimismo, más allá de las actuales demandas, los agricultores mantienen sus dos reivindicaciones históricas desde que comenzara a proyectarse la autovía hace una década: el pago de las expropiaciones y la delimitación definitiva del trazado pues, recuerdan, la creación del polígono agroindustrial se encuentra paralizada por este motivo.

Una década de espera

Casi medio centenar de agricultores de Linares adquirían hace una década un total de seis hectáreas en unos terrenos cercanos al Polígono de Los Rubiales con el objetivo de construir un polígono agroindustrial, actualmente inexistente en el término municipal. El proyecto, que contó con el visto bueno del Ayuntamiento de Linares, favoreció la creación de una cooperativa bajo el amparo de Jóvenes Agricultores de Asaja para construir estas instalaciones que, sin embargo, se han hecho incompatibles con el desarrollo de otros proyectos.

El primero de los problemas surgía con el traslado del Campus Científico-Tecnológico junto al Cinturón Sur lo que obligó a la cooperativa a trasladar sus terrenos hasta la carretera de Jabalquinto. Desde entonces el problema ha estado en el trazado definitivo de la futura autovía y, a la espera de este proceso, a la recalificación de los terrenos en el futuro Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) del Ayuntamiento de Linares.

«Hace una década que trabajamos por este proyecto y no hemos conseguido desenquistar todos los problemas que han ido surgiendo. No solo es el trazado de la autovía, también el Ayuntamiento debe acabar con el PGOU para poder iniciar la ejecución», apunta Francisco Castro. Una situación «desesperante» para los socios de la cooperativa del polígono agroindustrial pues, si bien llegaron a pagar hasta 13.000 euros por sus futuras naves, continúan a la espera de poder contar con ellas.