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Los padres de alumnos afectados exigen que se cubra el derecho a la educación de sus hijos.
El IES Santa Engracia clama por un pedagogo terapéutico más

El IES Santa Engracia clama por un pedagogo terapéutico más

El centro, referente comarcal en la atención de las necesidades educativas especiales, aumenta el número de alumnos que demandan estos profesionales

IRENE TÉLLEZ

Sábado, 27 de septiembre 2014, 00:32

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Las aulas del IES Santa Engracia de Linares se ha convertido en los últimos años en un ejemplo de integración de los alumnos con necesidades educativas especiales dentro del desarrollo normal de sus clases. Designado como centro de referencia en la comarca para alumnos con Trastorno de Espectro Autista (TEA) desde 2007, el instituto linarense se enfrenta este curso a un aumento en el número de este tipo de alumnado sin que, sin embargo, se de respuesta a la creciente demanda desde la Consejería de Educación con más profesionales educativos.

Desde el pasado mes de mayo, padres de alumnos con necesidades educativas especiales (que implica tanto el TEA como retraso metal, dislexia o Tda-h), ante el incremento de matriculaciones en el centro, reclaman a la Consejería de Educación un pedagogo terapéutico más en la plantilla del instituto para asegurar la integración de sus hijos sin que, de momento, exista una respuesta positiva por parte de la Consejería.

«Es una petición que cuenta con el apoyo de toda la comunidad educativa, del Ayuntamiento o la propia Delegación Provincial porque son conscientes de la importancia de contar con este profesional 'intermediario' en el aprendizaje e integración de estos alumnos con el resto de los compañeros pero, por primera vez, nos estamos encontrando con un absoluto silencio de la Consejería», explica Alfredo Márquez, director del IES Santa Engracia, quien recuerda que es la propia Consejería, a través del Manuel de Atención al Alumnado con Necesidades Educativas Especiales, quien recoge la necesidad de contar con la presencia «durante toda la escolarización» de los recursos humanos necesarios para su atención.

Derecho a la educación

Una situación «inconcebible» para los padres de alumnos afectados, especialmente para aquellos con niños con TEA, pues consideran que se está mermando el derecho a la educación de los menores. Así, frente al sistema de trabajo desarrollado con anterioridad de integración en las aulas de estos alumnos, la falta de un tercer pedagogo terapéutico en el centro obliga a concentrar a los cinco alumnos con TEA matriculados en la sala de profesores, pese a encontrarse en distintos niveles educativos. «Es incomprensible que se esté dando esta situación, más aún para ellos que, de estar siempre en el aula, viven esta segregación como una situación totalmente atípica», denuncia Manuela Gálvez, portavoz de los padres afectados y miembro de la Asociación Provincial de Autismo 'Juan Martos Pérez'.

«Si la Consejería no responde con la mayor brevedad nuestras demandas no dudaremos en acudir a las vías judiciales para reclamar los derechos de estos menores», apuntan los padres sobre la situación a la que se enfrenta el centro desde el inicio del curso y que, recuerdan, «no es nueva en los últimos años aunque siempre se ha solucionado».

La demanda, señalan, no es arbitraria pues se ha confirmado que la integración de los alumnos con necesidades especiales en el transcurso habitual de la actividad en las aulas mejora la evolución de su aprendizaje, aunque para ello es fundamental el apoyo que reciben por parte de estos profesionales.

Actualmente, el IES Santa Engracia cuenta con un total de 14 alumnos con algún tipo de necesidad educativa especial que demandan la intervención de especialistas en Pedagogía Terapéutica que, en el caso de afectados de TEA, su intervención favorece el desarrollo del menor en ámbitos como el educativo, social, aseo e higiene, e incluso sanitario. «Contamos con dos casos que precisan de una atención permanente y continua por parte de un especialista durante toda la jornada y que con la actual plantilla no pueden recibir esa atención obligatoria», lamenta Gálvez.

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