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El consejero de Fomento, el alcalde y el presidente de la Diputación, en el acuerdo del tranvía. L. CÁDIZ
Vamos a hacer un guateque

Vamos a hacer un guateque

La Trepolina ·

«¡Saca el güisqui Cheli para el personal...!», cantaba Desmadre 75 como seguro conocen todos los protagonistas de esta semana. «¡Se acabó la fiesta!», proclamó el exalcalde jienense Fernández de Moya cuando llegó. La cosa aún no está para tirar cohetes, pero da al menos para un guateque

José M. Liébana

JAÉN

Domingo, 13 de mayo 2018, 15:57

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Semana de corbatas y testosterona. «Traidor y cobarde», llamó el alcalde linarense al nuevo líder del PSOE local, uno de sus 'ahijados' políticos. Para qué andar con medias tintas. Dani Campos y el resto contemporizan deseando que pasen los minutos como los futbolistas con el resultado a favor y a los que no interesa que el juego se embarre. «Las decisiones fueron colegiadas», insiste Juan Fernández en un 'si yo caigo, caen los demás'. «Si quieren, que me echen por poner a mi ciudad por delante», se envuelve en la bandera apelando a su electorado. Y Pilar Parra y el resto siguen mordiéndose la lengua como pueden, a la espera de que la suspensión cautelar de militancia sea definitiva.

La madre de todas las batallas en el PSOE linarense era apartar a Juan Fernández del poder, después de veinte años seguidos y cuatro más a los que aspira. «Yo sé que me tengo que ir, pero así no», sentenció el viernes. Dani Campos y el resto se removieron en sus asientos, después de los avisos dados durante los últimos años, incluido Paco Reyes, para quien también tuvo Fernández cuando le acusó de no tener en cuenta los intereses linarenses en su reelección como secretario provincial, en septiembre pasado, tres días antes de la manifestación que pidió futuro.

La suspensión de militancia le impide presentarse a las primarias, pero Fernández no se rinde. Presentó alegaciones antes incluso de recibir la notificación de suspensión y ha solicitado presentarse a candidato socialista. Fernández juega sus últimas bazas dentro el PSOE, pero visto su empeño, no se antoja que quede ahí. Morirá matando. Y en cuanto ya no sea uno de los suyos, saltarán chispas. Más. ¡Está Linares como para esta guerra fratricida!

Una silla-abismo

En el PP capitalino tampoco están para darse cremita. Semana de gloria de Javier Márquez Zen, que rompe definitivamente amarras con el pasado y vuela, levita, solo ya. A su aire. Y al que le pique, que se rasque.

El lunes arrancó con el orgasmo 'dusista', 15 millones del ala que permitirán al Ayuntamiento llegar adonde no llegan las raquíticas e intervenidas arcas municipales. El balance de 2017, los anticipos o la ligera reactivación de la economía jienense no quieren decir que haya vuelto la fiesta, pero al menos da para un guateque en el salón de casa.

El secretario de Estado se adelantó al BOE. Fernández de Moya ha recibido palos jienenses en los últimos meses, como el invento del maligno de la ITI, y necesitaba resarcirse. «Estoy muy orgulloso de estar en el Gobierno y de pelear por mi tierra», proclamó a la vera solo de la subdelegada del Gobierno y sin citar en la rueda de prensa a su sucesor en el alcaldía y sin embargo amigo. Claro que por la mañana tampoco este le citó. Eso sí, agradeció mil veces la «sensibilidad del Gobierno de España», pero de ahí para arriba.

El DUSI dejó al aire el abismo que les separa, cada uno por su lado, uno en la plaza de Santa María y otro en la de las Batallas, y un vacío en medio como la silla con escorzo de la famosa foto de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría el 2 de Mayo. Guateques en casas separadas.

'Ménage à trois'

Pero el gran asunto de la semana fue el apretón de manos del consejero de Fomento, el presidente de la Diputación y el alcalde en el Ayuntamiento. Un acuerdo de corbatas. 'Ménage à trois', foto inédita para la historia local. Felipe López, del PSOE, lo resumió todo con la corbata que le regaló a mitad de los '90 Alfonso Sánchez, del PP. Siendo uno presidente de la Diputación y el otro alcalde de Jaén, llegaron a acuerdos como Ifeja o el Museo Íbero en el solar de la antigua cárcel. Y ya puestos a exhibir gestos para la magna ocasión, el alcalde eligió una de Scalpers, la marca fetiche de Rafa Valdivielso, el delegado de Fomento cuando se construyó el tranvía y su amigo.«La felicidad se parece a las corbatas; cada uno escoge el color de la suya», decía el escritor Noel Clarasó.

¿Pero, por qué han privado a los jienenses de este medio de transporte limpio y rápido en un Jaén con problemas de movilidad? ¿Qué ha pasado en este septenio sin tranvía? Pues de todo. Han pasado unos actores y han llegado otros, ha pasado que la aportación municipal al déficit de explotación se ha reducido a solo un 25%, ha pasado que la Diputación ha arrimado el hombro, que la Junta se ha echado para adelante, que ambas administraciones están algo mejor que hace unos años y ha pasado que ha triunfado el diálogo y la negociación, engrasando el tranvía con panaceite y café en un bar, que es donde, en nuestra cultura, después de las reuniones de trabajo se sellan los acuerdos.

Habrá tranvía pues. Más que nada porque está construido. El tiempo dirá si se utiliza o no, si es útil como palanca de desarrollo para la ciudad o no. Pero qué menos que intentarlo, qué menos que ponerlo en marcha e incluso subirse sin complejos de quién lo construyó. Y aquellos que se han opuesto tienen ahora la oportunidad, en el favorable acuerdo arrancado por el alcalde, de bajarse del 'no es no' y de subirse aunque solo sea para dar una vuelta.

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