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Juan Moreno, del barrio de La Magdalena, y Francisco J. Cruz, de Torredelcampo, con su 'macropaella'. M. Á. C.
«Cuando te dan el sobre compensa todo»

«Cuando te dan el sobre compensa todo»

La feria se mantiene en pie gracias a ellos, 'invisibles' de todos los campos que trabajan casi sin descanso | Dos turnos de limpieza, desde primera hora de la mañana, velan porque todo esté «lo mejor posible»; la zona del botellón, todo un reto

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Miércoles, 18 de octubre 2017, 00:15

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A las nueve y poco suena el despertador. Empieza una jornada maratoniana que no acabará, en el mejor de los casos -o en el peor, según se mire- hasta las dos de la mañana. Entre medias, apenas un descanso para comer. Mientras trabajan sin cuartel, alrededor, todo son risas y bailes y alegría y fiesta. Estamos en La Vestida, en plena feria de San Lucas, y ellos son los duendes 'invisibles' que trabajan de noche -y de día- para que los demás disfruten. Cocineros, camareros, policías, barrenderos... Sin ellos no habría feria. El reconocimiento es necesario. Nobleza obliga.

El horario es orientativo de una caseta que vende comida y lo que se tercie. Son pocos días y hay que aprovechar. Los sueldos varían de forma importante, pero un camarero puede llegar a ganar entre 80 y 100 euros al día, según señalan varios de ellos. La feria dura nueve días. Echen cuentas.

«Se lleva como se puede. Hay días para disfrutar y para todo. Ahora nos toca currar. Estamos mentalizados. Hay momentos difíciles, claro, pero cuando te dan el sobre todo se compensa», asegura Elena Ruiz, camarera llegada desde Linares, como su compañera María Luis Guerrero.

De camarero se pueden ganar unos 80-100 euros por jornada y en otras actividades incluso más

No todos trabajan todos los días de la feria de San Lucas, aunque muchos lo prefieren para ahorrar. Es la última gran feria de Andalucía.

A las cinco de la madrugada esperaban acabar ayer Antonio Román y Silvia Ortiz. Eran las doce y algo de la mañana y ya estaban colocando los turrones que muchos se llevarían a casa después con su puntería y monedas o simplemente con monedas. Son de Lucena, pero el padre de Antonio lleva toda la vida viniendo a Jaén. «Son muchos días y no se puede faltar. Ahora las capitales tienen una semana como mucho de feria y aquí son nueve días y eso que nos han quitado dos respecto al año pasado. Ha empezado muy bien la cosa, el fin de semana fue muy bueno», explica el joven, que desde que dejó los estudios a los 16 años acompaña a su progenitor en el negocio familiar.

De Torredelcampo es Francisco Javier Cruz y del mismo Jaén, del barrio de la Magdalena, Juan Moreno. «Estamos acostumbrados a dar el callo cuando los demás se divierten, vamos a muchas ferias», explican. Coinciden en que este año las previsiones son buenas, pero si bajan las temperaturas, como ya comenzó a pasar ayer, «porque los primeros días ha hecho mucha calor, y la gente busca la sombra, el fresco», señalan, mientras prepararan una paella gigante al lado de una olla bien hermosa de migas y otra sartén digna de Goliat con huevos fritos y chorizos. Su trabajo es «repartir felicidad», ríen.

Si se trata de dar alegría Arabia Gallego y Aroa Ruiz son expertas. Su puesto de chatos es un rincón de encuentro, de barquillos, de brindis, porque nos veamos muchas más veces como en esta, de por mí o por todos mis compañeros, y de esta ronda la pago yo. Todavía es pronto, son las dos y algo del mediodía, pero las dos 'currantes' de Navas de San Juan ya acicalan el puesto. Siendo hoy festivo ayer acabarían bien entrada la noche, después de cientos de chatos servidos.

Lo más difícil

Como resultado, entre tanto comer, beber, bailar y lo que surja, ferial y área del botellón incluida, todo queda devastado como si el huracán San Lucas hubiera pasado por La Vestida. A eso de las seis de la mañana la imagen resulta desoladora. Pero 'show must go on'. Y para que eso suceda y la rueda siga girando entran en acción los 'reparadores' oficiales. Entre ellos destacan los empleados de la limpieza y mantenimiento urbano.

De 7:00 a 14:00 horas el grueso del plantel y otro turno para mantener el buen aspecto de la feria de 14:00 a 21:00 horas. Juan Carlos Rojas lleva años trabajando en la feria y Adrián Lar se estrena. «Según los días hay más faena o menos», aclaran, pero hoy (por ayer) pinta a que tendremos «más lío, pero en general está siendo como una feria cualquiera de otro año». Lo más «chungo», admiten, es el botellón. Ahí toca remangarse.

Un trabajo que se ensuciará en unas horas. Y vuelta a empezar. Es el ciclo sin fin de la feria. Hasta el domingo, cuando podrán dormir a pierna suelta con la sensación del deber cumplido.

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