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J. E. P.
JAÉN
Jueves, 26 de abril 2018, 02:40
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El juez de Linares ha enviado a prisión a siete de los ocho detenidos en la redada contra el clan de los Mallarines en el barrio del Cerro. Además del delito de tráfico de drogas por el que se les investiga, la Justicia entiende que la Policía ha conseguido recabar indicios de que los detenidos constituían una «banda organizada» para delinquir. Fuentes consultadas en círculos judiciales señalan lo excepcional de la aplicación de este tipo penal en operaciones contra la droga en la provincia de Jaén, pero que ha servido para que con apenas 250 gramos de drogas incautados y 300 plantas de marihuana decomisadas se haya dado un fuerte golpe al clan que desde hace años domina pese a las redadas periódicas uno de los supermercados de la droga de Linares y del norte de la provincia.
En el punto de mira de los investigadores estaba Miguel M. del C., de 48 años y considerado desde hace más de una década como el hombre fuerte de los mallarines de Linares. De él hablan como de un tipo duro, y ha cumplido condenas por tráfico de drogas, apropiación indebida y coacciones entre otros delitos.
También ha estado implicado en primera línea en las guerras de los Mallarines contra los Pikikis por deudas de sangre y por el control de las drogas de Linares. En 2015 sufrió incluso un atentado cuando conducía por la carretera de Arrayanes, y miembros del clan rival dispararon contra él acribillando su coche. Salió ileso. Poco después un pikiki lo denunció por intentar secuestrarlo para hacerle pagar el susto que le habían dado. 'Migueles', como lo conocen en el Cerro y en la Comisaría, pudo presentar una coartada y salir del paso ante la Justicia.
En 2010 la Policía ya le montó una redada a los Mallarines con el objetivo principal de coger a 'Migueles'. En aquella ocasión se les escapó, pero la presión policial en todos sus posibles escondites hizo que se entregase poco después. De hecho acabó declarándose culpable de tráfico de drogas y aceptando una condena de tres años y medio.
Desde entonces las redadas en el Cerro se han sucedido de forma periódica, pero sin conseguir acabar con el negocio del clan.
Con 'Migueles' en la calle, la Policía centró sus esfuerzos en él. En un comunicado la Policía confirmó ayer que desde el mes de octubre se habían marcado como objetivo «probar la supremacía y dominio del clan, encabezado por su jefe».
Las investigaciones policiales se basaron en seguimientos y vigilancias a 'Migueles' y otros hombres claves del clan. No constan escuchas ni otras diligencias típicas de este tipo de operaciones. Solo paciencia y seguimientos, para detectar las casas donde los mallarines despachaban la droga, y donde iban montando sus 'narcosalas' donde los adictos eran conminados a consumir sus dosis.
Con este procedimiento detectaron en el Cerro hasta seis inmuebles dominados por el clan dedicados al negocio de la droga. Pero 'Migueles' llevó a los agentes hasta un séptimo domicilio lejos del Cerro. La casa de su compañera sentimental, que según la Policía era el punto de almacenamiento de drogas y dinero. En los registros se localizaron más de 11.000 euros.
La mujer residente en esta séptima vivienda, indican fuentes cercanas al caso, es la única de los ocho detenidos que no ha ingresado en prisión como miembro de una banda organizada para traficar.
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