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José Enrique no paga traidores

El paisaje tras la batalla de hoy puede dibujar un partido dividido y, gane quien gane, tendrá que administrar una victoria que puede ser pírrica y hasta controvertida

José M. Liébana

Jueves, 27 de abril 2017, 14:00

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Los afiliados jienenses del PP votan hoy una nueva etapa del partido en la provincia. Sea cual sea el ganador. Y no sólo porque quien ha sido su presidente durante 17 años no se presente, sino porque el modelo de organización y de liderazgo que a priori ofrecen los dos precandidatos suena a nuevo. Incluso, en los últimos días, habla de «corregir aquello que no ha funcionado» Juan Diego Requena, el candidato que el pasado domingo recibió el apoyo, ahora ya explícito, de José Enrique Fernández de Moya. Este aprovechó la ocasión para responder, largo y tendido y tras permanecer este tiempo «discreto», dijo, a quienes ahora le «atacan», de quienes afirmó que le «deben muchísimo», y apostillando que lo dicho contra él «escrito queda» y que toma nota. Ello denota el estilo presidencialista que, para bien o para mal, ha tenido el partido. Un partido que goza de buena salud electoral en la provincia y a la que él ha contribuido en su parte alícuota, que se dice. Y denota también que respiró por la herida algo humano al ver cómo alcaldes, parlamentarios (la última, Catalina García) y algunos colaboradores estrechos se han sumado a los rebeldes, en lo que a buen seguro, y así se deduce, considera una traición, mientras Requena hace esfuerzos conciliadores y denodados llamamientos a la cohesión.

Porque el paisaje tras la batalla de hoy puede dibujar un partido dividido y, gane quien gane, tendrá que administrar una victoria que puede ser pírrica y hasta controvertida si la candidatura de Miguel Moreno, como él augura, gana en la urna del voto directo y en cambio los compromisarios (180 son natos, aunque no todos serán oficialistas, pues los críticos también son ya aparato) hacen presidente a Requena.

Moreno y los suyos han logrado un movimiento amplio como nunca se había visto en el PP, con los agraviados que siempre hay pero con muchos más que no lo son. Y Requena confía en su perfil también renovador y en el efecto arrastre de la dirección, como se vio en la recogida de avales o en la reciente victoria oficialista en la vecina Granada. Pero nadie, ni en público ni en privado, se atreve a decir qué pasará hoy. Más que nada porque no hay procedentes. Porque el PP jienense nunca ha sido tan libre.

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