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Archivan la causa por pintadas en la catedral

Archivan la causa por pintadas en la catedral

La Fiscalía ha recurrido, aunque estos delitos no prescriben hasta los cinco años y el caso se reabriría si hay nuevas pruebas

Juan Esteban Poveda

Viernes, 17 de marzo 2017, 02:32

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El juzgado de Instrucción 3 de Jaén ha decretado el archivo y sobreseimiento de las actuaciones que se llevaban a cabo para encontrar al responsable de las pintadas en la catedral de Jaén realizadas el 27 de diciembre pasado. Estas pintadas, junto a otras que se han realizado en los últimos meses en edificios y entornos de valor histórico y artístico, fueron denunciadas por el PSOE y varios colectivos ciudadanos. Ahora el magistrado Miguel Sánchez-Gasca archiva el caso «por falta de autor conocido», según el auto de sobreseimiento provisional.

El escrito del juez no paraliza sin embargo la investigación. La Fiscalía ha recurrido esta decisión. Y además fuentes judiciales explican que el archivo, aunque finalmente sea firme, no quiere decir que policialmente sea un caso cerrado, sino todo lo contrario.

El juez Sánchez-Gasca comenzó a investigar en el mes de enero pasado. Con las últimos cambios legales en la mano, tiene seis meses para cerrar la instrucción. Como a día de hoy no hay un sospechoso contra el que se puedan esgrimir indicios sólidos de criminalidad, el archivo interrumpe el cómputo de esos seis meses. Los delitos contra el Patrimonio se pueden castigar hasta cinco años después de haberse cometido. Es su plazo de prescripción. Por tanto en este tiempo la Policía y la Fiscalía pueden seguir investigando, recabar pruebas sólidas y presentarlas al juez, que reabriría inmediatamente el caso.

Un problema para todo el Patrimonio urbano

  • En Jaén, prácticamente todos los edificios históricos y artísticos, y los entornos monumentales, sufren el problema de las pintadas. Apenas se investigan, no constan denuncias, no hay condenas. En la zona moderna de la ciudad, edificios como el Banco de España (obra de Moneo) son objeto de frecuentes actos vandálicos. La estación de autobuses y el barrio de las Protegidas (ambos declarados Bien de Interés Cultural) también están infectados de pintadas. En el casco antiguo y sus monumentos es tal vez donde las pintadas más ofenden. Y están por todas partes.

La Policía se enfrentaba desde el principio a una investigación complicada: no hay testigos, ni imágenes de cámaras de seguridad, ni un rastro sólido que permita esclarecer los hechos y llegar hasta la persona o personas que hicieron las pintadas que indignaron a todo Jaén. Fuentes cercanas al caso indican que cuentan con una información anónima, en la que una persona asegura conocer al autor del ataque contra la joya del patrimonio histórico y artístico jienense. Pero se trata de una información difícil de contrastar.

El juzgado instructor, antes de archivar, requirió a través de un oficio a la Policía que le informase si había algún sospechoso de las pintadas. Pero ni siquiera se esperó a que el Cuerpo Nacional le respondiese. Para no dejar correr los plazos decretó el archivo provisional por falta de autor conocido.

Los hechos

Las pintadas se hicieron en el conocido como «callejón de la Mona», la zona más antigua de la Catedral de Jaén, del siglo XVI. Un muro gótico adornado con gárgolas y con figuras con las que le pueblo llano le dio nombre. Al tratarse de un callejón, es la zona más apartada de miradas y más expuesta por tanto a actos vandálicos. Fue la Asociación Cultural Patmos-Jaén la que dio la voz de alarma. El Cabildo comunicó el incidente al área municipal de Cultura para que se procediese a la limpieza cuanto antes. Se hizo en pocas horas.

En 2008 ya hubo una pintada de importancia en esa misma zona. Para limpiarla hubo que contratar a una empresa especializada, con experiencia y homologada por la Consejería de Cultura para este tipo de trabajos. No trascendieron sus honorarios, pero fuentes consultadas en el sector precisaron en aquella época que por un trabajo de esas características la factura podía llegar a los 2.000 euros.

A partir de entonces se consideró la necesidad de aplicar tratamientos preventivos a la piedra para impedir que futuras pintadas penetrasen en los poros de la piedra. También se barajó la posibilidad de instalar cámaras en el «callejón de la mona» y, a la vuelta de la esquina, en la calle Almenas. Se llegó a presentar públicamente el proyecto.

Sin proteccion

Las cámaras para proteger la catedral nunca se instalaron. Sí se pusieron en las calles Bernabé Soriano y en Campanas, como advierten varias señales colocadas hace años. No son cámaras de seguridad ciudadana ni de vigilancia de monumentos. Sólo leen matrículas al paso de vehículos (la zona está restringida al tráfico, y se multa a quienes cruzan sin autorización). No tienen ninguna otra función que la de la lectura de la matrícula al pasar cualquier vehículo. No sirven para nada más. Tampoco están conectadas con la central de Policía Local. De hecho ni las gestiona la Policía Local. Las imágenes sólo las visiona un funcionario del Ayuntamiento.

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