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Afectados piden su dinero.
Condenan a un banco que vendió 30.000 euros en preferentes a unos jubilados

Condenan a un banco que vendió 30.000 euros en preferentes a unos jubilados

El director del banco admitió que ni ellos sabían lo que les vendían y que había «órdenes de arriba» para colocar estos productos

Juan Esteban Poveda

Lunes, 27 de febrero 2017, 01:21

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El juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Linares ha condenado a Bankia devolver 30.000 euros a unos ancianos a los que vendió preferentes, cuando ellos pensaban que estaban poniendo su dinero en un producto de plazo fijo.

Los ancianos reclamaron la devolución de su dinero asesorados por el despacho García Fernández de Linares. Argumentaron que no cuentan con formación sobre mercados financieros para entender lo que estaban comprando. Que los llamaron en 2009 para ofrecerles una renta fija para clientes privilegiados, que era una oferta segura y que su dinero estaba asegurado. Ellos pensaban que era un plazo fijo, sin que les dieran información sobre los riesgos que asumían, según los demandantes. No les pasaron los test a los que obligan las normas para confirmar la idoneidad de los clientes.ç

El banco se opuso a la demanda alegando que no hubo error ni vicio en el consentimiento que prestaron los clientes. Hasta 2012 cobraron intereses. Luego se enteraron de lo que habían firmado y demandaron.

La magistrada Ana Álvarez Toro razona que en el caso de estos jubilados «puede hablarse de un error en el consentimiento, siendo los suscriptores personas no profesionales, no teniendo conocimientos financieros máxime cuando se trata de instrumentos financieros complejos» como son las preferentes.

El director declaró en el juicio que conocía a los clientes de toda la vida en el banco, y que siempre suscribían productos sin riesgo, de renta fija, como planes de pensiones. Aseguró que no se les informó de los detalles del producto que se les vendía porque ni los mismos empleados los conocían, «ya que las órdenes de arriba eran que vendieran y comercializaran».

El director admitió que a los clientes se les hablaba de productos de renta fija, nunca de preferentes, lo que los inducía a error. Se les decía que era un producto de muchos intereses y sin riesgo, que podían disponer de su dinero en 24 horas si lo reclamaban. «Era evidente que los demandantes no sabían lo que firmaban», dice la sentencia.

Sin documentos

De la prueba practicada en el procedimiento se consideró acreditado también que no se dieron a los clientes los documentos y folletos que marca la ley, y que hicieron los test de conveniencia (venían ya rellenos por el ordenador sin que se hicieran las preguntas pertinentes al os clientes).

Así que la magistrada declara nulo el contrato y obliga al banco a devolver el dinero que pusieron los jubilados con los intereses que les correspondan. Se condena también al banco a las costas del juicio. Contra esta sentencia aún se puede interponer recurso.

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