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PASO A DOS

El coche y el falo

En Jaén también tenemos esta rijosa pasión por el vehículo y, como dice nuestro alcalde, "en Jaén se coge el coche hasta para ir a por el pan"

José M. Liébana

Viernes, 9 de diciembre 2016, 01:19

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La derecha española, y no sólo española, y no sólo la derecha, tiene una especie de amor fálico por el vehículo particular, como si fuera una extensión de su propio cuerpo, y le gusta exhibir su tamaño, su potencia, su poderío económico y hasta su exuberancia. Una relación muy de macho alfa. Desde Aznar, cuando contestó a las medidas de tráfico del Gobierno de Zapatero con aquello de «¿Y quién te ha dicho que quiero que conduzcas por mí?», hasta Rajoy y su pasión por visitar fábricas de automóviles, pasando por alegres dirigentes conduciendo con más alcohol del permitido o el rechazo a la peatonalización de los centros históricos urbanos, como se ha visto estos días, desde el flamante ministro del Interior y exalcalde de Sevilla, a la lideresa multada y a la fuga, que no es varón pero es condesa, contraria a que se corte la Gran Vía, y caña al mono, caña a la alcaldesa madrileña, ay Carmena, ay Carmena.

En Jaén también tenemos esta rijosa pasión por el vehículo y, como dice nuestro alcalde, «en Jaén se coge el coche hasta para ir a por el pan». Y también tuvimos nuestro momento orgásmico cuando la reapertura al tráfico de La Carrera con el anterior alcalde y ahora secretario de Estado y sus concejales aplaudiendo a aquellos primeros y atónitos conductores como antaño se agasajaba al turista 30 millones. Los comerciantes habían protestado, como ahora en Madrid, y se deshizo la peatonalización.

No descubro nada si aludo a la revolución que supuso el coche en el siglo XX y las bondades que trajo para la autonomía y la libertad. Ni voy a cuestionar la evidente influencia del sector en la economía mundial. Incluso desde un punto de vista ecologista aunque pragmático. «Todos quieren volver a la naturaleza pero ninguno quiere hacerlo a pie», que dijo una vez la conocida ecopacifista alemana Petra Kelly. Pero esa pasión turca por el coche, tótem idolatrado, conlleva graves problemas de contaminación, respiración y calidad de vida.

Hasta nuestro alcalde de Jaén, que es del PP, lo sabe y ha propuesto la peatonalización del centro, desde Roldán y Marín para arriba, con los fondos europeos DUSI. Veremos si le dejan esta vez. Los suyos y los ajenos. Lo mismo el dichoso DUSI le trae más quebraderos que los que ya tiene. A lo mejor le trae cuenta que no se lo den.

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