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Dos familias anteponen los apellidos maternos a los paternos en un año

Dos familias anteponen los apellidos maternos a los paternos en un año

Pese a que ley establece la igualdad, el peso de la tradición marca que los casos en los que se opta por la opción materna sean muy pocos

Juan Esteban Poveda

Miércoles, 7 de diciembre 2016, 00:40

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«Estuvimos de acuerdo desde el principio en registrar a los bebés como Quintana Sánchez. Él porque nunca entendió que el apellido del padre tuviera que ir obligatoriamente en primer lugar. Y yo, por una razón pragmática: hay menos Quintana que Sánchez». Lo cuenta Nuria Quintana, madre reciente de gemelos. Los pequeños llevan primero su apellido, y luego el del padre. Es una posibilidad que contempla la ley desde hace quince años: en España, con la normativa en vigor en la mano (de 2011), no tienen preferencia los apellidos del padre sobre los de la madre. Los dos son iguales, y los progenitores deben elegir el orden que quieren. Pero una cosa es la ley y otra la realidad. El caso de Nuria es de Salamanca. En el Registro Civil de Jaén, con miles de inscripciones de nacimiento en 2016, sólo dos familias han antepuesto los apellidos de la madre a los del padre este año. Más o menos como otros años. Los casos en los que se apuesta por esta opción se cuentan con los dedos de las manos desde que entró en vigor la ley de 2011, según fuentes judiciales.

Lo que la ley dice textualmente es que «los progenitores acordarán el orden de transmisión de su respectivo primer apellido, antes de la inscripción registral». La palabra clave aquí es «acordarán». Porque la inercia es la de poner el apellido paterno en primer lugar.

Problemas prácticos

Lo explica Teresa, que participó en un encendido debate suscitado cuando Nuria publicó en redes sociales su decisión. Ella se encontró en 2012 con un problema práctico. «Si es el apellido paterno el que va primero sólo hace falta que lo comunique uno de los progenitores. Si es el materno, hemos de ir los dos y tal y cómo te encuentras tras dar a luz ...». La posibilidad de hacer el trámite de inscripción desde el hospital facilita esta opción.

Soluciones a lo largo del mundo

  • El debate de la igualdad a la hora de poner apellidos a los hijos se ha suscitado en los últimos años en bastantes países. Hay que tener en cuenta que en muchos estados la norma es que solo se transmita un apellido, y que incluso las mujeres al casarse tomen el apellido de su marido. En Suiza, por ejemplo, los padres pueden elegir el apellido que llevará su bebé, o unir los dos con un guión en el orden que deseen. En Francia pueden poner a los hijos un apellido (el que quieran los padres) o los dos (en el orden que quieran). En Portugal, donde sí se llevan dos apellidos, los padres pueden elegir si se transmiten los dos del padre, los dos de la madre o uno de cada uno. En Suecia los padres deciden el orden, pero si no hay acuerdo prevalece el de la madre.

Antes de 2011, si los progenitores discrepaban sobre el orden de los apellidos prevalecía el del padre. Ahora la ley dice que «en caso de desacuerdo o cuando no se hayan hecho constar los apellidos en la solicitud de inscripción, el encargado del Registro Civil requerirá a los progenitores, o a quienes ostenten la representación legal del menor, para que el plazo máximo de tres días comuniquen el orden de los apellidos. Transcurrido dicho plazo sin comunicación expresa, el encargado acordará el orden de los apellidos atendiendo al interés superior del menor». O sea, que es un funcionario quien decide si los padres no se ponen de acuerdo.

El orden de los apellidos del primer hijo regirá para los que vengan después a la familia. El hijo, al alcanzar la mayoría de edad, puede solicitar el cambio de orden. Los juristas consultados indican que igual que a efectos prácticos es indiferente que uno lleve primero el apellido del padre o de la madre, cambiarlos posteriormente es una decisión que se debe meditar mucho, ya que puede causar confusiones administrativas (en los registros públicos donde figuren los datos con la filiación anterior, en títulos universitarios, en los juzgados y la Policía ..), en el sistema financiero o en otras instancias.

A la hora de inscribir los apellidos no es necesario argumentar razón alguna para elegir el orden. Los padres eligen. Ya está. Sin embargo, las razones más habituales son dar a los niños los apellidos menos corrientes, como en el caso de Nuria, evitar que desaparezca una rama familiar, o porque el apellido paterno sea de menos agrado (que suene peor) que el materno.

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