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Epicentro de uno de seísmos registrados este jueves en la provincia jienense por el ING.
Vuelve la actividad sísmica al sureste de la provincia con 37 temblores en un solo día

Vuelve la actividad sísmica al sureste de la provincia con 37 temblores en un solo día

El epicentro de la mayoría fue el término municipal de Peal Becerro, así como los de Quesada y Larva, y el más fuerte alcanzó una magnitud de 3,3

José M. Liébana

Domingo, 21 de agosto 2016, 02:29

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La página sobre información sísmica que el Instituto Geográfico Nacional (ING) tiene en Internet vuelve a ser estos días un monográfico sobre la provincia de Jaén. La mayoría es de pequeña magnitud y no sentidos por la población y algunos moderados, de una magnitud entre 2,5 y 3,3 grados, percibidos ya como algo habitual desde que en octubre de 2012 comenzara una inusitada activad sísmica que dura aún, aunque de forma intermitente.

En concreto, desde las 16 horas GMT (dos menos que la oficial ahora en la Península) del miércoles y las 18 horas GMT de este jueves, la red de sismógrafos del ING registró un total de 37 terremotos en la provincia, con epicentro la mayoría a una profundidad de diez a doce kilómetros, y en su mayor parte en Peal de Becerro, Quesada y Larva, es decir, en la confluencia de las comarcas de la Sierra de Cazorla, Mágina y La Loma. La mayoría de ellos con una magnitud de entre 1,5 a 3 grados, y cuatro por encima. El más fuerte fue ayer por la tarde en el subsuelo del término de Larva, de 3,3.

Causa oficial

Esta actividad sísmica se inició hace ya casi cuatro años, centrada al principio en el municipio de Torreperogil, donde aún recuerdan los primeros meses de 2013, cuando hubo auténtica psicosis en la población, con grandes reuniones de los vecinos con representantes municipales y expertos para saber el origen. El día 6 de febrero de ese año hubo 125 temblores y no pocas familias se fueron unos días a Úbeda y a otras localidades donde tenían familia o conocidos que los acogiesen. Al anochecer, otros se montaban en coche en pijama para pasar la noche en el campo por el temor a que un gran terremoto echase abajo sus casas.

Llegó a haber temblores de 3,8 grados, con fuertes sacudidas que se sentían de forma simultánea en varios pueblos.

En Torreperogil salieron grietas en varios edificios, entre ellos una guardería. En Sabiote, una de las torres del castillo sufrió los efectos de la serie sísmica. Las autoridades elaboraron planes de emergencia y se llegó a enseñar a la población qué hacer en caso de un gran terremoto. Y es que al mes se contabilizaban más de 800 de estos seísmos.

Desde entonces, estos enjambres sísmicos aparecen y desaparecen. En el verano de 2014 hubo otra serie de temblores, ya menor, que volvió a causar a alarma. Y los últimos fueron en abril pasado. Ninguno de los temblores en esta zona ha llegado a los 4 grados de intensidad.

Técnicos del ING estudiaron el posible origen de los 2.200 terremotos habidos en el primer año. Al término del mismo, el informe oficial señaló que la causa eran dos fallas desconocidas hasta ahora, separadas entre sí uno o dos kilómetros y a una profundidad de cuatro. Y que no creen que ocasionen grandes temblores, aunque tampoco los descartaron del todo.

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