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Una joven se asoma a su balcón con gesto serio. :: ideal
Jóvenes sin ilusión por vivir

Jóvenes sin ilusión por vivir

El desempleo o los bajos salarios son algunos de los elementos que han acrecentado la depresión y el suicidio en menores de 30 años

Laura Velasco

Miércoles, 29 de junio 2016, 00:57

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«No es el fin del mundo, pero estamos viviendo algo muy duro». José Ramón Pagés, coordinador nacional de la fundación Anaed de ayuda a la depresión, califica así el aumento de casos de suicidios en menores de 30 años debido, en gran parte, a la crisis económica. «Es una barbaridad, el suicidio es ya la segunda causa de muerte en jóvenes después de los accidentes de tráfico», manifiesta el coordinador.

Y es que en 2014, último año registrado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), 3.647 personas fallecieron por esta causa. De esta cifra, 74 corresponden a la provincia de Jaén. Cabe destacar que los hombres son los que más muertes por lesiones autoinfligidas sufren. Del total nacional, 2.688 eran varones y 959 mujeres; y en Jaén, 61 eran varones y 13 mujeres.

La cifra total supera la incidencia de la tasa nacional de fallecimientos en accidentes de tráfico (1.873 personas), las caídas accidentales (2.749) o el ahogamiento, sumersión y sofocación accidentales (2.370).

Para José Ramón Pagés, el dato en jóvenes es «especialmente preocupante» y asegura que entre 2007 y 2014 el suicidio en España en menores de 30 años ha aumentado un 57%. El coordinador de Anaed destaca que el aumento de la competitividad que sufren en la actualidad provoca que, en ocasiones, no encuentren una salida. «Hay jóvenes con 25 años, carrera, dos másteres, idiomas y no tienen trabajo, pero además saben que no van a tenerlo. Las posibilidades son mínimas y encima no serán mileuristas, sino que cobrarán 600 euros como mucho», denuncia Pagés.

Desde Anaed apuntan a la independencia como uno de los aspectos «casi inalcanzables» para la juventud española. «Al ritmo que va, no formarán una familia hasta los 40 años, ya que no podrán irse de casa de sus padres antes», afirma.

José Ramón Pagés recalca que la depresión es cada vez más común en los adolescentes, con casos de este tipo desde los 15 años. «A veces me preguntan si la crisis económica les afecta, mi respuesta es rotundamente sí. Si en casa sus padres no llegan a fin de mes, notas su estrés y agobio, tienen que pedir alimentos por Cáritas, no tienen ropa... ¿Cómo no les va a afectar?» señala Pagés, a la par que recalca que los umbrales de pobreza «han aumentado enormemente y muchas familias tienen problemas para comer».

Acoso escolar

En estas edades más tempranas se suman, además, una serie de problemas relacionados con las nuevas tecnologías. Y es el que el bullying continua estando presente en las aulas, aunque ahora se añaden otras formas de manifestación. «Los móviles, por ejemplo, son un complemento del acoso escolar, un fenómeno que se está acrecentando enormemente. Antes siempre existía el típico 'abusón' de clase, pero había gente que le decía que parase. Ahora, lo graban en vídeo y lo cuelgan en Internet para presumir y que lo vea todo el mundo», denuncia el responsable de Anaed.

Por último, las redes sociales son una oportunidad, pero también uno de los grandes problemas de los adolescentes. José Ramón Pagés destaca la «necesidad de aparentar» como uno de los motivos de la frustración de la juventud, al no poder permitirse económicamente ciertas prendas de vestir o artículos. «Si en Instagram no estrenan modelitos, moto, móvil... no están a la altura del resto. Es una ley de consumo absoluto, se olvidan de los valores y sólo les importa aparentar... Es una felicidad ficticia», concluye el coordinador de la asociación.

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