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Diferencia de calibre entre una aceituna de secano y otra de riego en una campaña con déficit de precipitaciones.
Jaén redobla su apuesta por el campo con el 46% de la superficie agraria provista ya de riego

Jaén redobla su apuesta por el campo con el 46% de la superficie agraria provista ya de riego

La expansión de regadío, que multiplica por tres el potencial productivo de los olivos, se debe a las ayudas y a la rentabilidad del cultivo

Jorge Pastor

Viernes, 19 de febrero 2016, 01:04

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Aunque sectores como el turismo, la construcción o la industria muestran ya algunas tímidas señales de crecimiento -los más optimistas llaman a esto 'recuperación'-, la gran baza para Jaén se sigue llamando 'agricultura'. Y lo es porque las administraciones siguen apostando por este sector en forma de generosas ayudas -véanse los noventa millones liberados por la Consejería para fomentar la incorporación de jóvenes a la actividad- y lo es también porque los propios agricultores siguen llevando a cabo importantes mejoras para que sus explotaciones sean más productivas. Según los indicadores de desarrollo del Plan Estratégico, el 45,96% de la superficie agraria de la provincia ya está dotada con sistemas de riego. Para que se han una idea, en el conjunto de la comunidad autónoma andaluza, donde el agro tiene también un enorme peso específico en el PIB, este porcentaje se sitúa en el 32,31%. Quince puntos de diferencia.

La comarca con más extensión agrícola dotada con agua es la Loma de Úbeda (81,38%) seguida de Linares (67,95%), Cazorla (52%), Mágina (48,31%), Jaén capital (36,61%), Campiña Norte (36,30%), El Condado (35,95%), Sierra de Segura (25,01%) y Sierra Sur (14,01%). Resulta muy relevante la extrapolación de estos datos a las cifras finales de cosecha, ya que se observa perfectamente que existe una relación directa.

El gerente y portavoz de Asaja en Jaén, Luis Carlos Valero, comenta que el hecho de cada vez haya más hectáreas de regadío se relaciona con la rentabilidad. «Las subvenciones unidas a unos precios razonables como los que se están registrando garantizan la viabilidad de las plantaciones y son un acicate para que los titulares de las plantaciones acometan inversiones para obtener unas producciones mayores», comenta Luis Carlos Valero, quien recuerda que frente al cereal o la remolacha, el olivar está en pleno auge y es un cultivo principal en expansión. En este sentido, el responsable de Asaja recuerda que para tener un kilogramo de aceite de oliva los requerimientos hídricos son infinitamente inferiores que los que se precisan para obtener, por ejemplo, un kilogramo de arroz. «Esto es fundamental», subraya.

A juicio de Luis Carlos Valero, las expectativas a media plazo es que el regadío siga expandiéndose, una previsión que queda condicionada, a su vez, por dos circunstancias limitantes. En primer lugar, por los costes energéticos, que se ha incrementando de forma notable desde que se suprimió la tarifa nocturna y ahora mismo los precios se asimilan bastante a los industriales. «Se necesita mucha electricidad para bombear, especialmente cuando los caudales están a mucha profundidad», señala Valero. El otro factor clave es que las cotizaciones de producto se muevan en unos parámetros que aseguren unos niveles de renta para los aceituneros.

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