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La cifra de trabajadores afectados por ERE cae un 50% a expensas de una 'recuperación real'

La cifra de trabajadores afectados por ERE cae un 50% a expensas de una 'recuperación real'

Los despidos colectivos se han reducido un cien por cien, mientras que los EREs de suspensión de contratos sí que han subido un 26,3%

Jorge Pastor

Miércoles, 28 de octubre 2015, 00:44

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Aunque los datos de septiembre fueron bastante malos en Jaén, con un incremento del paro de 1,78% tras la finalización de la campaña turística y el retorno, también, de muchos de los jornaleros que se trasladaron hasta la vendimia -la temporada de la uva se ha adelantado dos semanas este año-, lo cierto es que no se prevén ya a corto y medio plazo grandes 'purgas' en el mercado laboral de Jaén. Al menos así se desprende de la estadística de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) en el último año, una fórmula a la que se acudió con mucha frecuencia durante los peores años de la crisis y que ahora ya ha dejado de ser, afortunadamente, algo tan habitual en Jaén. Según los datos recogidos en el Observatorio Económico de la Provincia, el número de trabajadores afectados por ERE en la provincia se redujo un 50,6% en los cinco primeros meses del año, pasando de 848 a 419. Una disminución importante que refleja que las grandes 'escabechinas' ya se produjeron y que a partir de ahora sólo cabe mejorar en la medida que la recuperación se convierte en algo más que literatura.

La palabra ERE tiene una profunda carga negativa. Se trata de una medida muy traumática para los asalariados ya que o bien tiene un carácter temporal o de reducción de la jornada, lo que significa una bajada, a veces muy drástica, de los salarios, con todos los condicionantes negativos que ello conlleva para las vidas de las familias, o bien significa la rescisión contractual, lo que supone ir directamente al Servicio Público de Empleo -un proceso siempre doloroso más allá de las indemnizaciones, que se aminoraron de forma notable tras la reforma laboral-. También hay novedades importantes en este sentido. Frente al drástico desplome del ciento por ciento de los segundos, de los 'despidos colectivos', sí que se aprecia un incremento notable, del 26,3%, de los bautizados como 'Expedientes Temporales de Regulación de Empleo' -la figura no existe como tal en el ordenamiento-. También se ha rebajado un 68,1% la cifra de empleados que se han visto en la obligación de echar menos horas en el tajo, pero ni han tenido que ausentarse de forma eventual ni definitiva de su puesto de trabajo.

Las claves

  • Las grandes purgas ¿un recuerdo con secuelas? Una de las principales razones de esta bajada es que los grandes recortes de personal se llevaron a cabo durante los años más duros de la crisis. Los despidos se contaban por cientos.

  • Las empresas mejoran. No sólo se están creando más empresas, al menos si tomamos como referencia julio, sino que las que hay están mejorando beneficios, lo que sin duda tiene una incidencia positiva sobre los EREs.

Detrás de esta coyuntura, de la que debe hacerse una lectura positiva, subyace que, en teoría, ya no existe una necesidad de adelgazar los planteles fundamentalmente por razones económicas -pérdidas acreditadas en la cuenta de resultados o previsión de tenerlas-. Además, ante la constatación de que se estaban cometiendo muchos abusos -no hemos de olvidar que detrás de los resarcimientos hay dinero público-, los tribunales han tumbado muchos EREs.

Otra de las grandes razones sí que se vincula más a la evolución favorable del entorno. No sólo se están creando más empresas, sino que las que existen funcionan un poco mejor. ¿Qué indicadores se pueden utilizar para llegar a tal aseveración? Pues más allá de los índices de confianza, que se publican trimestralmente y que se fundamentan en una encuesta a partir de percepciones personales, hay una variable bastante fiable, lo que recauda el Estado por impuesto de sociedades, un tributo que se calcula tomando como base los beneficios. Según los informes de recaudación de la Agencia Tributaria, correspondiente precisamente a julio, Hacienda se embolsó ese mes 2.433.000 euros por este concepto frente a los 2.083.000 'cosechados' un año antes. Casi un diecisiete por ciento más en términos relativos.

Más que una raya en el agua

Se da la circunstancia, además, de que no se trata tan sólo de una 'raya en el agua', sino que se puede hablar ya de una tendencia en los últimos siete meses. Abarcando todo el intervalo comprendido entre enero y julio, el montante se eleva hasta los 12.014.000 euros frente a los 10.047.000 de un año antes. Casi un veinte por ciento más.

Todo esto conlleva fundamentalmente dos cosas. La primera que ya se está generando riqueza. Y la segunda y más importante que, en teoría, esto debe traducirse en que también se vaya creando empleo. Una necesidad imperiosa para Jaén, con una de las tasas de paro más elevadas de España, muy cercana al treinta y cinco por ciento. Si hay más ventas, hay más actividad y si hay más hay más actividad, hay más trabajo. Otro debate bien distinto -pero también muy necesario- es la calidad de esas ocupaciones. El Gobierno insiste en que tras un periodo tan prolongado de crisis como el que hemos vivido, el primer síntoma de la revitalización de la 'economía real' es lo que está sucediendo ahora, que haya demanda de mano de obra, en más del noventa por ciento de los casos de forma eventual, para posteriormente, en un segundo estadío, que haya menos temporalidad.

Este escenario se sostiene en un 'pilar' tan importante como los referidos anteriormente. Para que las tiendas, la industria o a la hostelería funcionen se necesita que la gente entre a los establecimientos y compre. Los comerciantes jienenses hablan de un aumento de las ventas cercano al 3% durante el primer semestre -el gasto en rebajas subió un cinco por ciento-. A tenor de las estadísticas de Hacienda, julio tampoco fue mal. Jaén aportó 37.285.000 euros a las arcas del Estado gracias al Impuesto sobre el Valor Añadido, que grava la adquisición de productos y servicios. Esto significa un 15,7% más que un año antes. Se está consumiendo más.

Y también se está exportando más. Mientras que entre enero y mayo del año pasado Jaén envió fuera de España productos por un importe global de 396 millones de euros, en este mismo intervalo de 2015 nos situábamos en los 413,9 millones de euros, un cinco por ciento más. Todo ello está contribuyendo a que el saldo exterior, o sea la diferencia entre lo que se factura en el extranjero y las importaciones, siga en verde. El sector más pujante, el relacionado con los componentes de la automoción, una actividad al alza por la recuperación económica internacional y por la buena salud del mercado del motor.

El segundo factor básico que contribuye a esta mejoría es que parece que, por fin, el grifo del crédito se está abriendo. Algunos de los principales indicadores que miden el acceso a la financiación por parte de privados muestran una evolución muy favorable. Entre enero y junio se firmaron en Jaén un total de 2.000 contratos hipotecarios sobre bienes de todo tipo -fundamentalmente casas, pero también locales y fincas rústicas- por un montante de 215.385.000 euros. El año anterior se habían rubricado 1.908 por un importe de 121.409.000 euros. Los bancos han finalizado su reestructuración y, al mismo tiempo, han mejorado sus ratios para hacerlos 100% solventes.

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