De tú a tú: Diego Valero

Dicen que muchas veces sólo nos movilizamos cuando saltan las costuras del alma. En el caso de los hombres y mujeres que trabajan con denuedo en el Banco de Alimentos de Jaén, abanderados por don Diego Valero, ese muchas veces habría que sustituirlo por siempre. «Yo, y todos los compañeros que estamos aquí, no podemos evitar la congoja cuando acude hasta nosotros una familia que no tiene para comer, pero hay que superar las emociones y reaccionar de la manera que sea más rápida y eficaz posible», señala Diego Valero, quien no puede evitar que se le quiebre la voz recordando la cara de aquellos críos, miembros otrora de una familia acomodada y ahora arruinada, cuando les vieron entrar en casa siendo Navidad. «¿Es que éstos son los Reyes Magos?», le preguntaron los pequeños, cándidos, a su padre.Lágrimas contenidas. Puñetera crisis.

Diego Valero (Pegalajar, 75 años) fue un importante ejecutivo en su vida anterior, la que cambió radicalmente a raíz de aquel infarto con sólo 54 años. «Los médicos me dijeron que o bajaba el ritmo o me daban dos años». Algo más que un serio aviso. Un punto de inflexión para un señor acostumbrado a tomar decisiones, crear empleo y ayudar a los demás. «Sentía que aún me quedaba mucho por aportar, me hablaron del Banco de Alimentos y ahí que me metí, primero como voluntario, después como secretario y desde 2004 ejerciendo las funciones de presidente», relata Valero, quien insiste en poner en valor la experiencia para ayudar a una sociedad con más progreso y mayores cuotas de bienestar. «No entiendo ni entenderé que no se aproveche la sabiduría de quien, por circunstancias de la vida, se ve en la obligación de apartarse del mercado laboral, pero que, sin embargo, está en plenas facultades para aportar todo lo que sabe».

La mesa de curro de Diego Valero representa perfectamente su forma de pensar: ordenada y despejada. Como la manera en que hilvana sus reflexiones.Mirando el presente y observando el futuro. Apostando por la vida de los demás para llenar de sentido la propia. Se llama bondad. Se llama altruismo.

Señoras y señores, con todos ustedes Diego Valero o la ayuda a los demás como razón de ser.