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De tú a tú: Álex Stanley

De tú a tú: Álex Stanley

Vendedor de pañuelos y sonrisas, también es uno de los personajes para entender el Jaén del siglo XXI

Jorge Pastor

Lunes, 27 de abril 2015, 01:56

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Hace unos meses alguien escribió con mucho tino en las redes sociales: «Prefiero un millón de veces al negrito que vende pañuelos en el Bulevar que a Barak Obama». El susodicho se convirtió ese día en el rey de reyes del Twitter en Jaén. Y es que pocas personas suscitan tanto cariño por estos pagos como el simpar nigeriano Okundia Stanley (32 años) Álex Stanley para los amigos. Porque este señor no sólo vende tissues perfumados y ambientadores de coches a un euro en el semáforo del Bulevar, también vende ilusiones y una sonrisa de oreja o oreja. Siempre de oreja a oreja. Por eso, en estos tiempos de tribulación que nos han tocado en suerte, se aprecia tanto el positivismo de Álex.

Después de ocho años en España y tres en Jaén, se siente muy español y muy jienense. Y ahí lo tienen ustedes, tocado con el sombrero rojo y gualda, saludando vista al cielo cual soldado raso a buen seguro que Álex nunca soñó con ser capitán de tropa. Aunque también podrán encontrarlo embutido, por ejemplo, en un discreto vestido blando de faralaes cuando llega San Lucas y fiestas de guardar. Nunca pasa desapercibido.

Álex, persona y personaje, es un adulto que adora a los niños. Siempre tiene una mueca, un gesto, una frase amable para ellos. «Ellos traen alegría y la gente necesita alegría», reflexiona el bueno de Álex, quien lamenta que la crisis haya conducido a tantas familias a la infelicidad. «Las cosas no están fáciles, pero me encantaría encontrar un trabajo y quedarme para siempre en Jaén», dice.

Pero más allá de un joven simpático y afable siempre te pregunta cómo va todo, papi, Álex es ante todo un ser humano entrañable, con una bonhomía que le ha convertido en un referente colectivo para los vecinos de Expansión Norte y para todo el que pasa por ahí. Por eso los conductores se paran para darle una moneda a cambio de nada, por eso la gente se detiene para preguntarle cómo le va el negocio y por eso todo el mundo lo quiere tanto. Álex es un tipo genuino en una sociedad que adolece de autenticidad. Un tío alejado de las imposturas. Un tío feliz y que hace feliz.

Éste es, señoras y señores, Álex Stanley, el hombre que sólo sabe sonreír.

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