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Jaén no rebaja su 'empacho' de cinco mil viviendas nuevas sin vender

Jaén no rebaja su 'empacho' de cinco mil viviendas nuevas sin vender

Por cada tres de segunda mano se contabiliza una transacción de nueva, una diferencia alimentada por la última reforma fiscal

JORGE PASTOR

Sábado, 17 de enero 2015, 01:57

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A pesar de que se reciben pequeñas señales, muy leves, de que algo está cambiando, la economía aún no ha digerido el 'empacho del ladrillo'. No hay manera de reducir el 'stock' de viviendas nuevas cerradas a cal y canto. La mayoría de ellas, propiedad de los bancos tras los consiguientes embargos. Pero siguen estando ahí. Es cierto que las grandes 'bolsas' se localizan en municipios como Mancha Real, pero también es igual de cierto que las grandes cifras se mantienen invariables y ésta es una de las condiciones 'sin equa non' para que se desbloquee el sector de la construcción, que llegó a aportar al Producto Interior Bruto de la provincia tanto como la agricultura. Las cuentas son fáciles. El año pasado empezó con 5.076 pisos vacíos sin estrenar, a los que habría que sumar otros 466 inmuebles que se habían terminado hasta julio, último mes computado por el Colegio de Arquitectos. En total, 5.542. A esta cantidad habría que detraer las 573 transmisiones contabilizadas hasta octubre -sin sumar lógicamente las de segunda mano-. El resultado, 4.969. En torno a un centenar menos, aunque si tenemos en cuenta que queda por conocerse los datos de casas finalizadas de los cinco últimos meses del ejercicio, es bastante probable que la diferencia sea positiva. Que se hayan incrementado incluso las existencias y continuemos por encima de esa barrera psicológica de las cinco mil.

En cualquier caso, podría afirmarse que el pasado 2014 marcó un punto de inflexión en la evolución del mercado inmobiliario de los últimos siete años. Si realizamos comparaciones mensuales entre 2014 y 2013, tomando como referencia los meses comprendidos entre enero y octubre, observamos que en seis se han producido aumentos interanuales de las compra-ventas y tan solo en cuatro todo lo contrario, descensos. Esto no había ocurrido desde 2007. Lo dicho, han hecho falta siete largos años para tocar el suelo y ahora ya estamos rebotando. El que la gente compre viviendas es positivo porque denota que existe una demanda, con todas las lecturas favorables que ello conlleva; porque por fin las entidades han abierto el grifo del crédito, como demuestran las últimas estadísticas hipotecarias; y porque la reactivación de este 'negocio' es el paso previo para algo tan relevante como que la edificación vuelva a generar empleo y riqueza. Nunca será a los niveles de antaño, pero solo con alcanzar el estadio de lo razonable ya estará bien.

El triple de usadas

Fijémonos en lo acaecido en octubre. Se computaron un total de 239 transacciones frente a las 220 del mismo periodo del año anterior. De todas ellas, 51 correspondieron a viviendas nuevas y 188 a usadas. Esto es importante por lo comentado anteriormente, porque solo si reduce el 'stock', habrá necesidad de que se empiecen nuevas obras. Y que se contraten albañiles. Y que se fabriquen ladrillos en Bailén. Y que se recuperen industrias auxiliares como la del mueble de madera, tan importante en Mancha Real. Y unos cuantos 'y ques' más.

Pero las matemáticas dicen que por cada tres de segunda mano, una de primera. ¿Por qué? Pues hay varias razones, pero estos meses atrás ha prevalecido una. Cuando un contribuyente vendía una propiedad debía tributar por la plusvalía reflejada en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Hasta el día 31, o sea hasta el miércoles pasado, la legislación contemplaba beneficios como que los coeficientes de actualización corregían la ganancia por el efecto de la inflación. Además, los bienes adquiridos antes de 1994 tenían derecho a reducción de los índices de abatimiento. Pues bien, la reforma que entró en vigor después de las campanadas de nochevieja suprime lo primero y limita lo segundo a operaciones inferiores a los 400.000 euros. Esto significa que el coste fiscal entre vender antes un piso de 200.000 euros y hacerlo en enero supera los 8.000 euros.

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