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Manolo time

Ahora es el tiempo de 'Manolo', que ha venido para quedarse

José M. Liébana

Viernes, 28 de noviembre 2014, 01:37

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Lunes electoral. Toreo de salón en la sala Guadalquivir de Ifeja, adonde llega, río arriba y con parada en Castellar, la presidenta andaluza, la lideresa Susana, 'lirio blanco' en hebreo, inmaculada aún, la mujer más abrazada en Jaén (tanto como Arias Cañete en su día), que vino a lanzar a la arena municipal al alcaldable Manuel, 'el que está en compañía de dios', Fernández Palomino, 'Manolo', el aventurero al asalto de la mayoría absoluta del PP en la capital, acompañado también del 'pater comunitatis' local, 'Paco', Francisco Reyes, el rey midas de la Diputación, al que quiso agradecer en público su apoyo, en lo que puede ser el final de la maldición cainita del PSOE local y provincial, ahora que además el padre cobija al hijo en su casa, del pueblo.

Todo para 'Manolo', el líder inesperado, tejedor de afectos y surgido de la cantera de los servicios sociales provinciales frente al poder 'peñalveriano', ese invento 'zarrista' en origen para desbancar de la alcaldía a Sánchez de Alcázar y que luego voló solo y controló todo el aparato para, solo tres años después, desaparecer en combate y no dejar rastro el lunes en Ifeja y ante Susana Díaz, su valedora inicial, corroborando que el PSOE capitalino devora como Saturno a sus hijos.

Pero ahora es el tiempo de 'Manolo', que ha venido para quedarse, les dijo a quienes piensan, o esperan, que sea también flor de un día, si no llega a la alcaldía, aunque Susana Díaz, pitonisa, arúspice, vaticinó que no será así. Ilusionada o ilusa, en seis meses se sabrá.

Hasta el mandamás Reyes ejerció de telonero, a mamporros con su par, Fernández de Moya, 'el alcalde que no quería serlo', lo llamó, y al que culpó hasta del cierre de Pioneros y El Pósito, que ya es decir. El presidente del PP no le va a la zaga y lanza cada vez que puede sus torpedos calle Campanas abajo, hacia la Diputación, incluso cuando condenan al Ayuntamiento a pagar a los bomberos, que ya es decir.

Enemigos íntimos, acabarán el mandato municipal sin que Reyes visite el Consistorio y con el rescate municipal en puertas de la gestión de las multas, aunque sea para dárselo a una empresa privada. Han dinamitado los pocos puentes que quedaban y no hay vuelta atrás. Es un cisma que marcará una época, perjudicial para Jaén y cada vez con más voces críticas, pero que solo resolverán ya las urnas. Las primeras, las municipales.

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