Las 'entretelas' de San Lucas

Feria es sinónimo de bailes, risas, jamón, cervecitas frescas y diversión, mucha diversión. Pero detrás de esa 'pequeña ciudad', formada por noventa casetas, cada una de su padre y de su madre, hay muchísima gente dando el callo. Por la mañana, por la tarde y por la noche. Gente que se gana la vida sirviendo a los demás o sencillamente echando las horas que haga falta para recaudar fondos para su hermandad o para su asociación. Son las entretelas de San Lucas. Son los que normalmente no salen delante de los focos. Son, en definitiva, hombres y mujeres que no titubean a la hora de remangarse y que nadie se vaya insatisfecho de su 'casa'.

Ángeles Estepa, de la Cofradía de la Clemencia, aseguraba ayer que «aquí todos los compañeros -perfectamente 'uniformados' con una camiseta roja, por cierto- estamos sin cobrar ni un céntimo, currando a tope para conseguir algo de dinero para los dos principales fines de nuestra cofradía, las obras caritativas, muy necesarias en un barrio con tantas necesidades como el nuestro, la Magdalena, y la estación de penitencia durante la Semana Santa». A pesar de ello, no se libran de la vigilancia de los inspectores. «Esta mañana -explica- han estado comprobando, por una parte, que todos los que estaremos aquí estos días somos voluntarios y no hay nadie cobrando sin estar dado de alta y, por otra, que las condiciones de conservación y manipulación de los alimentos se corresponde con la normativa». Y es que, asegura Estepa, «nosotros somos los primeros interesados en que todo esté en regla y, lo más importante, ofrecer la máxima calidad a buenos precios». «Estamos contentos por cómo está yendo este San Lucas, hay gente todos los días y muchas reservas, pero lo que está claro es que si se sigue apostando de esta forma por el centro, al final esto terminará siendo un ferial solo de copas», añade Ángeles Estepa.

Al lado de la Clemencia se encuentra la Hermandad de la Virgen de la Cabeza de Jaén. Dentro, entre los fogones, el equipo de cocina se afana en terminar todos los platos para el primer grupo. El olor a paella, casi en su punto, recuerda que ya han pasado las dos. Que en breve comparecerán los primeros comensales. Dolores Aguilar asegura que «por ahora, toquemos madera, estamos vendiendo lo mismo que hace un año». «El sábado pasado fue flojillo, pero el domingo y el lunes no dábamos abasto», manifiesta Aguilar, quien añade que «a los almuerzos ya reservados hay que sumar un chorreíllo continuo». «Tenemos menús muy atractivos, como uno de dieciocho euros que está funcionando muy bien, compuesto por centros de patatas, almendras, chorizo, morcilla y langostinos, después un plato individual a elegir entre migas, arroz o patatas a lo pobre, y para rematar la faena, café, cava o sidra y unos dulces».

Segundo día valle

Por lo demás, por actividad en esta quinta jornada de San Lucas 2014. Continuamos en los denominados 'días valle', que coinciden con los laborables y los lectivos, y los caseteros se afanan en atender comidas de grupos, compañeros de trabajo -este miércoles, verbigracia, la plantilla de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir- y también colectivos profesionales como los enfermeros. En las discotecas, con el reclamo de los bonos de copas, también algo de movimiento, pero nada que ver con la afluencia del pasado fin de semana y sobre todo del venidero, con la festividad de San Lucas este sábado, por lo que el viernes por la noche se espera realmente fuerte. En los cachivaches, tras el gentío del martes por el Día de Niño -el domingo se volverá a celebrar-, también mucha calma. En fin... que todavía queda mucho San Lucas por delante.