El aceite se paga ya a más de dos euros

El mercado tiene lógica. Había muchos que lo dudaban por estos lares viendo la evolución del precio del aceite en los últimos años. Pero sí. Parece que por fin sucede aquello de que los productos se encarecen cuando la demanda es mayor que la oferta. Y muchos se preguntarán, no sin razón, que cómo puede ocurrir esto en una campaña récord. Pues básicamente porque vivimos en un mundo globalizado y no basta tan solo con que España supere plusmarcas, sino que conviene tener muy en cuenta cómo está el resto. En Italia y Grecia, por ejemplo, no les queda ni gota y tienen que seguir sirviendo pedidos (sobre todo los primeros) hasta que se inicie la cosecha, allá por noviembre. Y además, por si todo lo anterior no fuera suficiente, resulta que las primeras previsiones apuntan a una producción media al menos así se desprende de la floración y del grado de desarrollo del cultivo. La cuestión es que se cerraron operaciones por encima de los dos euros. Concretamente, 2,03 euros el kilogramo. Cerca de ese aforístico umbral comprendido entre los 2,20 y los 2,40 euros que, a juicio de los aceituneros, marca la rentabilidad para la generalidad de las plantaciones jienenses.

Según los datos del sistema Pool Red, donde se recogen a diario las cotizaciones en origen del oro líquido, en la última semana se registra una apreciación cercana al siete y medio por ciento. Esto es mucho. De continuar con esta tendencia, a principios de julio se podrían alcanzar los 2,20 euros. Estamos hablando, lógicamente, de medias de las distintas calidades. Los extras, que son los que aportan más valor añadido pero cuyos costes también son mayores, se estaban pagando este viernes a 2,13 euros por kilogramo, mientras que los vírgenes estaban saliendo a 1,99 euros y los lampantes, a 1,89 euros. Aquí está, en estos instantes, gran parte del negocio. En un aceite con gran salida en los lineales.

Y es que el volumen de ventas por parte de cooperativas y almazaras no tiene parangón. Aquí y en todas las zonas productoras de España. Según los datos de la Agencia de Información y Control Alimentarios, los fabricantes están facturando un promedio de 135.485 toneladas mensuales frente a las 94.100 que se computaron en el ejercicio anterior. Más de 41.000 en números redondos que suponen un espectacular incremento de casi el cuarenta y cuatro por ciento en términos relativos.

Estamos hablando de muchísimo dinero. Unos 244 millones al mes para un sector olivarero que, después del bache del curso anterior, necesita de liquidez para cubrir gastos, afrontar inversiones y continuar con la actividad riegos, tareas de mantenimiento de las plantaciones.... Los dos grandes vectores que conforman la comercialización están evolucionando de forma más que favorable. El consumo nacional se sitúa en las 48.200 toneladas cuando el año pasado nos quedábamos en 41.600 toneladas. En este caso el aumento se cifra en el dieciséis por ciento. Donde sí se está produciendo unas subidas interanuales más que notables es en la exportación. España está enviando 87.314 toneladas al mes allende nuestras fronteras. El año pasado apenas se alcanzaban las 52.500. Esta variación positiva del sesenta y seis por ciento es la clave.