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La falta de empleo obligó a más de 15.000 jienenses a cambiar de residencia el año pasado.
Solo diez municipios jienenses no perdieron habitantes el año pasado

Solo diez municipios jienenses no perdieron habitantes el año pasado

El mayor consuelo es que de las 15.969 variaciones residenciales registradas, 5.510 tenían como destino alguna localidad de la propia provincia

Jorge Pastor

Miércoles, 18 de junio 2014, 00:58

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Que 2013 no fue el peor año de la crisis es posible. Que 2013 fue el año de peores consecuencias de la crisis, seguro. Demasiado tiempo lloviendo sobre mojado. ¿Y qué pasa? Pues lo ya sabido, que la gente hace las maletas y se marcha por ahí en busca de mejor fortuna. Según los últimos datos sobre variaciones residenciales publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), tan solo diez de los noventa y siete municipios de Jaén no perdieron habitantes en 2013. Se trata de Begíjar, Cambil, Carboneros, La Guardia, Guarromán, Martos, Santa Elena, Sorihuela de Guadalimar, Torres del Albanchez y Villarrodrigo. No hablamos, en cualquier caso, de grandes oscilaciones. En el otro lado del fiel de la balanza encontramos las otras ochenta y siete localidades de Jaén que sí han perdido población. La razón principal ya se ha apuntado anteriormente. 'Uno no es de donde nace, sino de donde pace'.

Además de los pueblos y ciudades que reducen su padrón -que son prácticamente todos-, el INE también aporta otras cifras que resultan muy interesantes. En total cambiaron de domicilio 15.696 jienenses a lo largo del año pasado -sin contabilizar a los que emigraron a otros países-. De todos ellos, prácticamente una tercera parte (5.510) optaron por quedarse muy cerca, en la propia provincia, mientras que 3.994 se decantaron por otros puntos de la comunidad autónoma andaluza. Sobre todo por Granada (1.079), Málaga (919) y Almería (685). Respecto al éxodo hacia otras regiones, Madrid se lleva la palma, al acoger a 1.255 paisanos. Le siguen Cataluña (1.200), Comunidad Valenciana (835), Castilla la Mancha (573), Baleares (536) y Murcia (478). A partir de ahí las magnitudes ya resultan poco significativas.

Y es que, en efecto, en 2013 confluyeron una serie de circunstancias que tuvieron un efecto demoledor sobre la economía de los pueblos y, por ende, de las familias. Jaén tuvo el curso pasado una tasa de desempleo superior al cuarenta por ciento durante tres trimestres consecutivos. Esto es una barbaridad. Y es que veníamos de una de las campañas oleícolas más cortas que se recuerdan, con una caída de la producción de más del ochenta y tres por ciento. Falló el principal asidero del mercado laboral de Jaén, la agricultura, y por tanto falló todo lo demás. Fue lo que algunos economistas de nominaron la 'tormenta perfecta'. A la constatación de que ningún sector productivo tenía capacidad para demandar mano de obra, se unía el hecho de que tampoco el campo ofrecía suficientes jornales. En este punto conviene recordar que el olivar aporta el diez por ciento del Producto Interior Bruto de Jaén, es fuente de renta principal o secundaria para 110.000 hogares y genera unos 200.000 contratos durante los tres meses que dura la recogida.

Una situación límite que se hizo muy patente en enclaves como Jódar. Lo reconoce su propio alcalde, José Luis Hidalgo. «El pasado 2013 fue muy difícil para Jódar que, con más de cinco mil cartillas agrarias, depende de la aceituna», explica. «No se trata tan solo de lo que nuestros vecinos dejaron de percibir porque no tuvieron la oportunidad de trabajar, ni en Jódar ni en cualquier otro punto de Jaén, sino porque también muchos de ellos no pudieron juntar las peonadas suficientes -excepcionalmente veinte, normalmente treinta y cinco- para acceder al subsidio agrario», dice. Por este motivo, el propio Hidalgo (PSOE) realizó marchas a pie hasta Jaén y Madrid para pedir al Gobierno que se eximiera de la obligatoriedad de justificar jornadas para solicitar los 420 euros del «seguro» -durante un periodo máximo de seis meses-.

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