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El Rey preside la reunión del Consejo Oleícola Internacional en Jaén, durante el inicio del IV Año Mundial del Olivo.
Lo que dijo el Rey en la provincia

Lo que dijo el Rey en la provincia

Juan Carlos I expresó en sus discursos su cariño y reconocimiento hacia Jaén

Lorena Cádiz

Jueves, 5 de junio 2014, 00:16

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En el año 1980 los Reyes de España estuvieron dos días en Jaén. Les dio tiempo a hacer el mayor recorrido por la provincia que la Corona había hecho hasta entonces y que no se ha repetido. Consiguieron llenar hasta los topes la plaza de Santa María de jienenses que querían contemplar a los Reyes asomados al balcón del Ayuntamiento. Antes que eso, el Rey había pasado revista a las fuerzas militares en la entonces Fuente de las Batallas. Visitaron Baeza, Úbeda, Linares... Inauguraron museos, se reunieron con el equipo directivo del hospital Princesa de España, besaron al Santo Rostro en la catedral...

El vínculo entre Jaén y la Corona estuvo ese año más estrecho que nunca. Pero hubo que esperar once años para que los Reyes volvieran a pisar la capital. En ese periplo solo visitaron la provincia una vez, y lo hicieron al santuario de la Virgen de la Cabeza a Andújar. En 1991, el monarca, acompañado de la Reina, dirigía unas palabras a los jienenses y al Ayuntamiento de la capital. «Desde hace mucho tiempo y muy particularmente desde que en enero de 1980 realizamos nuestra visita oficial a estas tierras, deseaba este reencuentro con Jaén, sus gentes y sus necesarios proyectos de futuro».

Haciendo un repaso a los discursos del Rey en Jaén se percibe también la evolución que ha vivido la provincia. «Sois una parte de España, parte esencial de España que tiene muchas cosas que exigir en nuestra democracia, en la realidad nacional y en ese ámbito de inminente integración para nosotros que se llama Europa», decía entonces el Rey, quien insistía en la «urgencia» de que el Estado colaborara en el avance de Jaén.

Habló del trabajo que había costado a los jienenses conseguir lo que tenían y la necesidad de seguir avanzando «para que sus trabajadores no sean temporeros de nada, sino protagonistas de su propio destino». «Queremos que el hermoso paisaje de esta comunidad deje de someter a sus trabajadores a la contradicción de tener que abandonarlo para ganarse la vida».

Palabras de homenaje

También hubo palabras de homenaje para los jienenses de las Fuerzas de Seguridad del Estado que «han dado sus vidas por nuestra nación y por mantener, precisamente, el ideal de la democracia». «Sois un pueblo del que me siento orgulloso y al que la Reina y yo abrazamos en la seguridad de un abrazo leal, limpio, joven y valiente. España necesita el coraje de Jaén para seguir avanzando».

Ocho años después, en noviembre de 1999, el aceite centraba las palabras de Su Majestad, que presidió en Jaén la 81ª reunión del Consejo Oleícola Internacional. En su discurso, el Rey celebraba el avance del aceite de oliva fuera de las fronteras españolas. «Celebro ver reconocido el aceite de oliva más allá de los confines de nuestro mar común, y comprobar la extensión a nivel mundial del aprecio de sus cualidades gastronómicas y sus efectos beneficiosos para la salud, verificados científicamente y comprobados a diario por sus consumidores».

El último discurso pronunciado en esta provincia por el Rey fue en diciembre de 2007, cuando se inauguró la exposición Tierras del olivo, que tuvo como sedes Jaén capital, Úbeda, Baeza y Lucena (Córdoba). En la capital, el Rey daba la bienvenida a todos los representantes de países extranjeros que habían sido invitados a la muestra y al evento. «Estoy seguro de que aquí podrán apreciar la hospitalidad, el trabajo bien hecho y la proyección económica y cultural de la moderna Andalucía». El Rey destacaba entonces cómo Jaén y Andalucía habían sabido convertir su actividad agraria tradicional en su fuente de riqueza a través de la comercialización exterior. «España es el primer productor mundial de aceite de oliva que exporta a un centenar de países», dijo don Juan Carlos I.

También pedía el intercambio de conocimiento, a través de la muestra, entre los diferentes países para mejorar técnicas y para difundir la calidad y virtudes del aceite. Incluso parafraseo a Miguel Hernández cuando escribió sobre la «hermosura de los troncos retorcidos» de los olivos. «Esta exposición hace un fascinante recorrido por tres mil años de cultura y técnica del olivo», reconoció el rey Juan Carlos.

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