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Rafa Nadal
Nadal: «Cuando uno va al límite, se pega castañas»
Tenis | MADRID

Nadal: «Cuando uno va al límite, se pega castañas»

El tenista español acude a Madrid con la intención de enmendar su racha en tierra batida «sin grandes cambios»

Javier Bragado

Domingo, 4 de mayo 2014, 15:53

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Rafael Nadal es el rey de la tierra. Nadie lo discute. Desde hace diez años no ha perdido tres partidos sobre la arcilla en una temporada. Pero 2014 ha traído consigo una corriente en contra inesperada. En Montecarlo David Ferrer le superó en cuartos de final. En el Conde de Godó fue Nicolás Almagro quien le derrotó en la misma fase a pesar de que el mallorquín empezó con un set ganado de ventaja. Las derrotas han afectado a Nadal, aunque él insista en que sus anteriores rachas eran algo «anormal». Por eso, el zurdo artificial ha reflexionado sobre el nuevo curso. «No me han beneficiado esas derrotas. Cuando uno gana es más fácil seguir ganando. Mantienes los automatismos. Cuando pierdes tienes dudas», reconoció el balear en rueda de prensa a tres días de su debut en Madrid. «El tienes mucha capacidad de análisis. No es complicado», avisó. Con su entrenador, Toni Nadal, ha pensado en continuar «sin grandes cambios, sólo pequeñas cositas». El balear confía en su revés, pero asegura que ha perdido «decisión» con su derecha y «soltura en los movimientos». «Si no sale bien, toca intentar lo mismo, seguir. El deporte es aceptar, caer y levantarse», apuntó.

No obstante, el juego de Nadal siempre se articula en torno a su mente. Un repaso por la temporada aporta algunas condiciones. Concluyó el Abierto de Australia (fue finalista) con dolores en su espalda que le obligaron a suspender tres semanas sus entrenamientos y jugó infiltrado más de la mitad del torneo de Río de Janeiro (que ganó). «No te da continuidad. En España perdí dos partidos que podía haber ganado. Me falta ganar. Estuve cerca en Barcelona y Montecarlo. Merecía hacerlo por momentos», argumentó. «Cuando uno va al límite, se pega castañas», resumió sobre su campaña en la tierra.

En Madrid ha vivido una particular relación de amor y odio con el torneo. Siempre agradece jugar en su país. «La energía que me da es distinta», afirmó. Pero en las últimas ediciones nunca se sintió a gusto. Recibió la desaprobación del público después de que un comentario se mailentepretara como un desprecio a Madrid por su añoranza de Mallorca, en otra edición se quejó a la organización de que el trato a los jugadores locales no era favorable y sus protestas en el año de debut de la pista azul ayudaron a que se volviera a la arcilla roja. Sólo en 2013 su regreso a la victoria le ayudó a congraciarse con el público. Sin embargo, las inesperadas derrotas en su época favorita del año le han restado confianza. Para la presente edición se mostró muy optimista, pero concedió una confesión: «Perder te genera más dudas, no hay que engañar a nadie».

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