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James celebra un gol.
Arte, oficio y... liderato
PRIMERA DIVISIÓN

Arte, oficio y... liderato

El Real Madrid vapulea al Granada, se divierte con su juego vistoso y encadena su octavo triunfo liguero consecutivo

Ignacio Tylko

Sábado, 1 de noviembre 2014, 01:15

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Cuando el equipo más poderoso del mundo juega con orden, entusiasmo, compromiso, fortaleza mental y fe en el proyecto que encarna Carlo Ancelotti, es normal que el entrenador del equipo modesto piense que el reto es no salir vapuleado y al menos tratar de competir con hombría y sin complejos. Lo extraño es negarlo. El Real Madrid se vino arriba después de sufrir dos tropiezos graves y consecutivos, en Anoeta y en el derbi ante el Atlético en el Bernabéu, y desde entonces no hay quien lo tosa en España y en Europa. Ya suma ocho triunfos seguidos en el torneo de la regularidad y se aúpa hasta el liderato tras el batacazo del Barça frente al Celta. Algo impensable cuando hace un poco más de un mes estaba a seis puntos.

Este Madrid otoñal maneja con brillo y eficacia todas las facetas. Juega en corto y en largo, con posesión y al contragolpe, por arriba y por abajo. Incluso parece solvente en las acciones de estrategia. Kroos y Modric se complementan cada día un poco mejor, Isco desequilibra y brega, James es un tesoro por su facilidad para combinar, marcar y recorrer kilómetros de trabajo, y Benzema y Cristiano forman una combinación explosiva en ataque.

El astro de Madeira siempre quiso jugar en banda para poder encarar la portería rival de frente, pero resulta que ahora disfruta de forma inusitada como ariete. Tiene que hacer menos y esfuerzos más cortos, marca con suma facilidad y combina más. Se le ve feliz junto al francés, tal y como sostiene Ancelotti el delantero ideal para este Real Madrid por su capacidad asociativa, porque no es egoísta y porque hace mejores a quienes le acompañan.

Sabedor de que es momento de recoger puntos para el final poder cumplir la exigencia de pelear por todos los títulos, el técnico italiano rota lo justito. Utilizó el reciente choque copero ante el Cornellà para brindar minutos a los menos habituales, pero en Los Cármenes repitió con el grupo que pasó por encima del Barça en la segunda parte del clásico. Con ese 4-4-2 que se afianza cada día un poquito más, sin Gareth Bale, todavía recuperándose Madrid de una lesión en el glúteo, y con Isco de titular por quinto encuentro seguido, los merengues salieron a toda mecha. Y golpearon a la primera en una jugada muy gráfica. Carvajal subió y porfió tanto que le robó la cartera a Murillo, quien reclamo falta. Luego, el lateral se la puso a Benzema, el francés pasó hacia atrás a Cristiano y el portugués la cruzó con sutileza. El luso se convirtió en el primer jugador merengue que ve puerta en ocho partidos de Liga consecutivos. Si se tienen en cuenta todas las competiciones, ya son 12 choques seguidos marcando. Registros sencillamente galácticos.

Los granadinos pecaron de pardillos también en la jugada del segundo gol, pero no hay que restarle méritos al misil lanzado por James, quien cada día justifica un poquito más el alto coste de su fichaje (80 millones). Carvajal sacó de banda, Benzema se la picó al colombiano y el ex del Mónaco metió el empeine sin parar y sorprendió a Roberto por su escuadra más lejana. Será uno de los goles de la temporada, sin duda.

Golazos y taconazos

El primer acto dejó más jugadas sorprendentes. Unas por brillantes, como la que rubricó Cristiano con un taconazo a Carvajal, que lanzó alto en posición inmejorable; y otras por desgraciadas: el golpeo brutal con la plantilla de Pepe en el pecho de Sergio Ramos, que sólo sufrió alguna magulladura como secuela, y la lesión en la parte posterior del muslo izquierdo que provocó el cambio de Carvajal por Arbeloa. Un problema para los blancos si la dolencia del ex del Bayer Leverkusen se prolonga ya que, hoy por hoy, no hay color entre estos dos defensores.

La lección de Anoeta quedó grabada a fuego en los de Carletto. En Donosti vieron el partido ganado, decidieron pasearse y acabaron humillados en la segunda parte. Por eso salieron con intensidad los madrileños para afrontar la reanudación en Los Cármenes. Pronto acabaron con toda incertidumbre al hacer el tercero. En esa ocasión, el segundo taconazo de Cristiano encontró a Benzema y la jugada acabó en gol. Estuvo de nuevo muy mal defendida, pero la acción fue preciosa y efectiva. Un recurso, no una frivolidad. Ya con los tres puntos en el saco, el Madrid se dejó llevar y pensó en el Liverpool. Creció el Granada pero la marcha rutilante del Madrid ha calmado incluso a Iker Casillas.

Los andaluces sólo suman uno de los últimos 18 puntos posibles. A Caparrós, enorme descubridor de talentos como Sergio Ramos o Jesús Navas, se le acusa ahora de dar salida a muchos jóvenes tipo Eddy o Success en el Granada y de desconfiar de tipos más cuajados como El Arabi. Pero sabido es que con el utrerano el que no disputa cada balón como si fuera el último, no sale en la foto. Los últimos flashes a los pies de la Alhambra iluminaron a James, que cerró la tarde al remachar el cuarto.

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