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Rodríguez, cariacontecido tras acabar la etapa.
Purito dice adiós al Giro con tres costillas y un dedo rotos
Ciclismo

Purito dice adiós al Giro con tres costillas y un dedo rotos

Una caída masiva a 11 kilómetros de meta causó una escabechina en la sexta etapa

Benito Urraburu

Jueves, 15 de mayo 2014, 03:11

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Si hay dos constantes que definen este Giro de Italia desde que arrancó en Belfast son, por desgracia, la lluvia y las caídas. Cuando la carrera dejó Irlanda muchos ciclistas respiraron sin saber que lo peor estaba por llegar. Primero el martes en el circuito urbano de Bari y luego este jueves camino de Montecassino, las caídas han dejado desparramados por la carretera a muchos ciclistas.

El más perjudicado entre los favoritos fue Purito Rodríguez, que dice adiós al Giro. Su imagen cruzando la línea de meta a 7:43 del vencedor, la maglia rosa Michael Matthews, quejándose de molestias en la mano y en la muñeca izquierda además del costado, reflejaba un estado preocupante. En el hospital le diagnosticaron fracturas en tres costillas y el dedo pulgar. También abandonan Caruso, evacuado en ambulancia con un esguince cervical, y Vicioso, con el fémur roto.

Quien sigue sacando rendimiento al caos que invade la carrera es Michael Matthews. Ganaba en Montecassino y afianzaba su primer puesto, aunque la etapa tenía otro vencedor, Cadel Evans, que se encontró con dos compañeros en cabeza después de la triple montonera que se produjo a 11 kilómetros de meta, en la entrada a una rotonda. Morabito y Oss tiraron para él mientras Orica tenía junto a la maglia rosa a Durbridge y Santaromita. Completaban ese corte el belga Wellens y el italiano Rabottini.

BMC movió a sus corredores con maestría en busca no sólo de aumentar las diferencias sino también de arañar algún segundo de las bonificaciones. Evans tuvo que conformarse con cuatro puesto que a Matthews le siguió Wellens en la llegada.

Lo más importante es que el grupo en el que iban Nairo Quintana, Pozzovivo e Iván Basso, entre otros, llegó a 49 segundos. Pedieron mucho tiempo en una etapa sin demasiados problemas aparentes y que, debido a un cambio en el recorrido, acabó con 257 kilómetros. Obligó a los corredores a estar cerca de siete horas encima de la bicicleta. Si se le añaden la lluvia y lo que ya llevan encima, caídas incluidas, se puede decir que buena parte del pelotón del Giro está tocado.

Debacle de Katusha

Era dramático ver los cuerpos de Flens (Belkin) o Barbin y Pirazzi llenos de heridas y con sus maillots rotos, sucios por la lluvia que les salpica. Por no hablar del canadiense Svein Tuft, el primer líder, que llegó a meta como una nazareno, lleno de rasponazos. Cinco corredores del Movistar, todo el equipo salvo Igor Anton, Herrada y Capecchi, rodó por los suelos. Se cayeron Nairo Quintana y Gorka Izagirre, víctima de un fuerte golpe en el codo. Estamos en el Giro del miedo. Los riesgos han asaltado al grupo desde el inicio en Belfast, con la caída masiva del equipo Garmin en la crono.

Mientras Cadel Evans movía con maestría a sus compañeros, el grupo perseguidor trató de aminorar lo que se le venía encima con José Herrada e Igor Anton. Cuando ellos desaparecieron entraron a trabajar los Ag2r (Pozzovivo) y algún Omega (Urán), en una situación complicada, bajo un desconcierto total.

Si hay un equipo que ha sufrido una debacle total, es Katusha. Esa montonera final les dejó sin Purito Rodríguez, su hombre para la general, sin Giampaolo Caruso y sin Ángel Vicioso. Un balance desastroso. Mikel Landa volvió a caerse y tiene una fractura de codo. El largo parte médico de la jornada afecta a muchos más ciclistas.

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