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Duende en las ruinas de Santa María gracias a la extraordinaria voz de Carmen Linares.
La cantaora Carmen Linares pone el broche de oro al festival Cazorla Flamenca

La cantaora Carmen Linares pone el broche de oro al festival Cazorla Flamenca

La tormenta no asustó al público, que llenó nuevamente el graderío de la ruinas de Santa María

JOSÉ LUIS GONZÁLEZ

Lunes, 24 de agosto 2015, 00:56

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Era el punto final del III Festival 'Cazorla Flamenca'. Las nubes negras se cernieron sobre Cazorla cuando solo restaba una hora para que comenzara el último espectáculo del programa, el protagonizado por la cantaora Carmen Linares. Prometían mucha agua porque oscurecieron la tarde mucho antes de que el alumbrado público iluminara las calles. Y cumplieron el pronóstico: el aguacero fue mayúsculo. Las empinadas cuestas cazorleñas se convirtieron durante media hora en improvisados cauces para múltiples arroyos. La Plaza de Santa María, emplazamiento en el que se levantan los bellos muros de las Ruinas del mismo nombre, acumulaban toda el agua. Un mal presagio para tan esperada cita.

Pero así como llegaron, las nubes se alejaron del cielo cazorleño. El fulgor de las estrellas sustituyó el gris marengo que le precedió. El ímprobo y eficaz trabajo de los técnicos de iluminación y sonido, así como el de los operarios del Ayuntamiento de Cazorla, dieron lustre al escenario y dejaron impolutas las sillas del graderío de las Ruinas de Santa María. La propia artista linarense agradeció el tesón de todos ellos para hacer posible lo que una hora antes no lo parecía.

Voz singular

Y entonces llegó ella, la verdadera protagonista de la noche: Carmen Linares. Su voz era conocida por todos pero siempre quedará lugar para la sorpresa. Es única, singular donde quiera que se oiga. Llegó acompañada de otras dos magníficas voces femeninas y la guitarra de Salvador Gutiérrez. Espléndido partenaire que acumula colaboraciones con cantaores como La Niña de la Puebla, Chocolate, Juan Valderrama, Pepe León 'El Ecijano', Jesús Heredia, Rancapino o José Mercé; y con bailaores como El Mistela, Israel Galván, Cristina Hoyos, Joaquín Cortés, Belén Maya, Rafaela Carrasco, Rafael Amargo, María Pagés y Rafael Campallo. Nada más y nada menos.

La noche comenzó por cantiñas, siguió por tangos y tarantas, y terminó con un sentido y espectacular homenaje a los poetas Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca. Del onubense fueron los fandangos 'Moguer, auroras de Moguer', incluidos en su disco 'Raíces y Alas', que trajeron los aires húmedos y salinos de Huelva. Pero fue con Lorca con quien llegó el bis final que levantó al público de sus asientos. La 'Baladilla de los tres ríos', con ese Guadalquivir tan ligado a Cazorla y que baja "entre naranjos y olivos', y el 'Anda Jaleo', que erizó hasta el bello de la vieja y fría piedra del histórico recinto, fueron el digno epílogo de un gran evento que ya se consolida en el anual programa cultural cazorleño.

La próxima edición tendrá muy difícil superar a la que finalizó este fin de semana. Un reto para la organización del IV Festival 'Cazorla Flamenca'.

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