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La banda jienense Los Bizarros tuvo que presentar su sexto disco 'Inevitablemente' sin música en directo.
Músicos de Jaén, una especie en peligro de extinción

Músicos de Jaén, una especie en peligro de extinción

Cada día cientos de músicos de la capital ensayan en sus locales sin ninguna expectativa

José Cobo

Viernes, 22 de enero 2016, 18:19

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¿Se imaginan la presentación de un disco sin poder tocar un solo tema del mismo en directo? Pues esto es lo que le sucedió a la banda jienense Los Bizarros, tuvieron que conformarse con poner un CD en el pub donde presentaron su sexto disco, 'Inevitablemente'.

No es un secreto que ser músico en Jaén es ser casi un héroe. Con pocas salas que se atrevan a dar conciertos, festivales como el Lagarto Rock, desaparecidos, y unos Ciclos de Rock que ya no son lo que eran, la fuerza de voluntad y las ganas de pasar un buen rato son lo único que hace que cada día cientos de músicos de la capital se reúnan en sus locales para ensayar.

"Nosotros llevamos años y hemos visto cómo esto cada vez ha ido decayendo a un nivel que en una capital de provincia es realmente lamentable" nos cuenta Carlos, voz y guitarra del grupo. Es duro ser músico, lo es mucho más cuando tienes que seguir ensayando y esforzándote por hacerlo mejor sin ninguna expectativa, sin ningún concierto a la vista, solos en su local sin saber cuándo volverán a tocar. Esta es la cruda realidad de muchos músicos en Jaén.

Los Bizarros reivindican recuperar un espacio público como es el auditorio de La Alameda, para que los grupos de Jaén puedan tener una vía de escape, darse a conocer y salir de una vez de sus locales, en el caso de Los Bizarros su 'batcueva'. "El auditorio estaba ahí antes de que estuviesen las casas ahí, yo comprendo que puede ser un coñazo. Primero que miren los horarios y se manejen de una manera responsable. Es como si te compras una casa al lado del aeropuerto y al día siguiente te das cuenta de que pasan aviones por encima de tu casa. Pero sí que sería recuperar el auditorio para la gente de Jaén", manifiesta Carlos con una mezcla de comprensión e indignación.

Ellos animan a los grupos a seguir ensayando, que no lo dejen, y que esperen a que vuelva la época de las 'vacas gordas'. A pesar de todas sus quejas, porque como ellos nos confiesan, "somos unos quejicas y vamos a tener una vejez muy mala".

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