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Mónica Naranjo durante su actuación en la ciudad baezana. /ROMÁN
La voz de Mónica Naranjo inundó la plaza de Santa María de Baeza
Cultura-Jaen

La voz de Mónica Naranjo inundó la plaza de Santa María de Baeza

La intérprete ofreció algunas de sus canciones más conocidas arropada por orquesta y un coro

ALBERTO ROMÁN

Domingo, 5 de julio 2009, 04:03

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La monumental plaza de Santa María de Baeza se quedó pequeña para la monumental voz de Mónica Naranjo, que ofreció un recital especial que sirvió para conmemorar una efeméride especial: el sexto aniversario de la declaración de la ciudad como Patrimonio de la Humanidad, junto a Úbeda. La del pasado viernes fue una noche de paralelismos.

De etiqueta

Al igual que el reconocimiento de la Unesco vistió de gala la monumentalidad y el valor patrimonial de la ciudad renacentista, la cantante vistió de etiqueta algunas de las canciones más conocidas de su carrera, y otras no tanto, gracias a que las pasó por el tamiz de orquesta y coro. Así, llenó el escenario de músicos, al igual que la plaza estaba abarrotada de gente, en su mayoría seguidores de la artista y una gran cantidad llegada desde otros municipios de la provincia.

De esta forma, contra las piedras centenarias de la Catedral, la Fuente de Santa María o la Antigua Universidad rebotaron los acordes de temas como 'Desátame', 'Amor y lujo' o 'Sobreviviré' traducidos sobre partituras de instrumentos de cuerda y viento, en este caso pertenecientes a los 22 músicos de la Orquesta Sinfónica de Cine de Madrid bajo la batuta de Pepe Herrero, responsable de los arreglos orquestales. Y el torrente de voz de la intérprete estremeció hasta las cornisas más altas, arropado por las voces de los 8 integrantes del Coro Nur.

Todo ello estuvo rodeado por un halo de misticismo que fue propiciado por un cuidado espectáculo de luz, proyecciones y sonido, el cual, canción a canción, sirvió para hilar una historia de amor, desamor y libertad. En ese contexto, Mónica Naranjo, que se cambió de indumentaria hasta en 4 ocasiones, no pudo evitar destacar la belleza del entorno Patrimonio Mundial y la calidez de sus gentes, aunque lo que sin duda notó, haciéndolo notar también al respetable, fue el calor que arreciaba pese a estar bien entrada la noche.

Tras una nueva aparición sobre el escenario para regalar algunos bises, el concierto terminó con el público puesto en pie y satisfacción tanto arriba como abajo del escenario.

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