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Las casas de esta aldea están unidas a las huertas verdes. / S. C. Iglesia en el centro. / S. C. Plaza y calle. / S. C. Barrio bajo./ S.C. Lavadero con arcos. / S. C. Su iglesia.
Aldeas para el siglo XXI
Provincia-Jaen

Aldeas para el siglo XXI

Los 14 núcleos alcalaínos han ido transformándose a lo largo de los últimos años con la llegada de la democracia en el año 1979 Las comunicaciones entre la metrópoli y las aldeas no son buenas

SANTIAGO CAMPOS

Sábado, 13 de junio 2009, 04:22

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Hablar de las aldeas alcalaínas es introducirse en el mundo rural del municipio. Alcalá la Real forma una idiosincrasia especial con motivo de contar con 14 aldeas que alargan el término municipal y agrupan una especie de ejército ciudadano cuyo denominador común es el campo. Santa Ana, Fuente del Rey, Ribera Alta, Ribera Baja, Mures, Ermita Nueva, La Pedriza, Venta de los Agramaderos, La Hortichuela, Caserías de San Isidro, Fuente Álamo, La Rábita, Las Grajeras o Peñas de Majalcorón completan el panorama aldeano del municipio alcalaíno que durante los últimos años ha ido sufriendo una gran transformación como consecuencia de la democracia, que ha llegado a estas aldeas a su manera.

En estos núcleos alcalaínos se produjo en el último tercio del siglo XX una degradación y una pérdida de valor y uso de la estructura urbanística y edificatoria provocada, fundamentalmente, por la crisis de la base socio-económica. Este proceso determinó el abandono continuo y progresivo de las aldeas y, de manera especial, en los cortijos que sufrieron una decadencia extrema, con la ruina de muchos de ellos. Estos cambios llegaron principalmente a través de tres factores determinantes: en primer lugar, la progresiva mecanización de las explotaciones agrarias; en segundo término, la creciente hegemonia de dos sectores económicos importantes como son el industrial y el sector servicios, con respecto a la agricultura; por último, la baja rentabilidad económica del sector primario. Este abandono ha afectado al sector joven de la población, cuyo éxodo repercutió de forma especial en la disminución de la actividad económica y social y, por consiguiente, también en la estructura productiva de estas áreas rurales.

Por otra parte, en el plano urbanístico, destacan José M. Rosales y Javier González, en su libro Alcalá la Real: Patrimonio Arquitectónico y Urbano en 1993, que la estructuración y distribución de la trama urbana y de las viviendas (plazas, iglesias, fuentes, etc.), se adapta a la orografía del terreno y se organiza en torno a un espacio público donde se encuentran la plaza, el comercio, la iglesia y, normalmente, la existencia de una fuente de a agua. A su alrededor se distribuyen las calles, por lo común, estrechas e irregulares, y también viviendas particulares.

Asimismo, la estructura de las casas reúne características tales como la utilización de gruesos muros de mampostería o tapial, blanqueadas de cal, que condicionan la apertura de pequeñas ventanas enrejadas, tejados a dos agua y la presencia de un gran patio y de construcciones adosadas a la principal, destinadas a los animales y aperos de labranza.

La llegada de la democracia y la participación ciudadana ha ido cambiando el aspecto de las aldeas alcalaínas. Las nuevas infraestructuras se han ido imponiendo y los Planes Provinciales de la Diputación, el Plan de Empleo Rural, las subvenciones de la Unión Europea y el cambio de mentalidad de los habitantes, han ido desarrollando otras instalaciones. Así, es normal ver las nuevas construcciones en las aldeas, como la pista polideportiva para que se haga deporte, especialmente junto al colegio rural; el centro médico que ya algunas aldeas tienen, como Santa Ana, Charilla o Mures, donde el médico suele hacer sus visitas al menos tres veces a la semana. El Centro Social lugar de reunión de los ciudadanos, así como de diversión y entretenimiento. También se pueden ver los llamados telecentros, una especie de instalación con ordenadores que llevan las últimas tecnologías a estos lugares. Por último, la instalación de algunas bibliotecas conforman un nuevo mapa rural en las aldeas. Sin olvidar que algunas como la aldea de Santa Ana cuenta con farmacia.

La democracia también ha ido llegado a estos lugares y en algunas de ellas, como Mures, hubo una gran lucha para hacerse con el gobierno de la misma. Hasta el punto de que esta aldea se convirtió en Entidad Local Menor, auspiciada por los concejales del Partido Comunista que después se fusionaron con Izquierda Unida. Esta aldea fue llamada la 'aldea roja' porque los comunistas siempre fueron mayoría, hasta que el PSOE se dio cuenta y puso todo su empeño en que las aldeas fueran todas socialistas. A lo largo de estos últimos años se han ido nombrando alcaldes pedáneos en cada una de ellas con marcado acento socialista, a través de votaciones democráticas o simplemente nombrándolos desde la Alcaldía de la 'metrópoli'.

Otro rasgo de las aldeas ha sido la evolución de sus habitantes en todos los aspectos. Se ha ido perdiendo el sentido cortijero que antes tenían y se han transformado en ciudadanos de pleno derecho. La estampa antigua del cortijero que llegaba a Alcalá la Real, con su mochila para hacer compras en los diversos comercios, con atuendos como de pobre; se ha convertido en un ciudadano que llega a Alcalá la Real en automóvil y con toda la soltura del mundo. Aunque aún las comunicaciones entre Alcalá la Real y las aldeas no reúnen la calidad suficiente y en algunos casos tiene carencias.

La aldea más importante por su extensión y número de habitantes sigue siendo Santa Ana que es una prolongación de Alcalá la Real, a través de la carretera de Frailes y que en un futuro la construcción de nuevas casas la puede unir literalmente al casco urbano. Por su posición, muy cerca de Alcalá la Real, se ha ido convirtiendo en una especie de segunda residencia veraniega para muchos alcalaínos, especialmente la parte de Fuente del Rey, con una gran cantidad de nuevas edificaciones, los llamados chalets que forman una especie de ranking para ver quién se hace la mejor casa y con mejores materiales.

Ribera Alta y Ribera Baja forman un tándem hermano, bañadas por el río Velillos procedente de Frailes, con gran arbolado especialmente en Ribera Baja, que las convierte en un lugar apacible donde algunos extranjeros han ido comprando casas para establecerse.

Éste es uno de los fenómenos que últimamente se ha ido desarrollando en el municipio alcalaíno, la llegada de numerosos extranjeros, especialmente los rumanos y británicos. Los primeros en busca de trabajo y los británicos por razones de tranquilidad y vacaciones, han hecho de las aldeas su lugar de residencia, en tal sentido que la venta de casas y cortijos se ha ido disparando en los últimos años, así en el censo de 31 de diciembre de 2008 había un total de 205 ciudadanos británicos, tanto en el casco urbano como en las aldeas. La gran mayoría son personas jubiladas que tratan de buscar la tranquilidad en estos lugares; llegan con una buena paga y con gran poder adquisitivo. Otros son ejecutivos que ya están hartos del estrés de la city, por lo que han abandonado sus trabajos y han emprendido una nueva vida aquí. Pintores, viejos policías, informáticos, jubilados han ido llegando e incluso en alguna aldea han formado verdaderas colonias de ingleses, con la creación de sus propios bares, y sobre todo con la compra de un cortijo para instalarse a sus anchas en los mismos.

Cada aldea tiene sus propias características, pero todas tienen muchos denominadores comunes, como sus fiestas anuales, su patrón, sus viejos cortijos, sus carreteras estrechas y bacheadas y algunas como la Hoya de Charilla conservan el antiguo olor a ganado, con cabreros octogenarios. Otras como Ermita Nueva se han convertido en pioneras de la industria del queso, con su fábrica que ha alcanzado premios en el ranking del mercado. Todas son diferentes y únicas e integradas en la 'metrópoli'.

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