Piden cursos de formación y contratos de aprendizaje para la población gitana
Representan un 4% del padrón y tienen problemas para acceder al mercado laboral en igualdad
JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ
Domingo, 3 de mayo 2009, 05:09
En torno a unas 3.000 personas de etnia gitana viven en la ciudad. Así lo precisa el presidente de Federación AROA, que es ... la asociación gitana que trabaja en la ciudad. Esta cifra representa cerca de un 4% de la población. Denuncia Mendoza que la vida laboral de estas personas es muy precaria porque adolecen de profesionalidad al carecer de un oficio concreto y «poder integrarse en la sociedad en condiciones y con una mínimas pautas de igualdad». Mendoza admite que parte de la culpa de esta problemática la tiene el propio colectivo, aunque apunta que la mayor parte de responsabilidad de esta situación reside en las administraciones, «que no se han preocupado de que la gente joven de la comunidad gitana tengan un oficio», señala el presidente de AROA.
La gran actividad
La principal actividad profesional a la que se dedican las personas de etnia gitana es la venta ambulante. «Es una dedicación tan digna como otra cualquiera, no todo el mundo puede ser encofrador, ferrallista o electricista; formación le falta a las personas integradas en la comunidad gitana», precisa Mendoza.
Conmina a las personas de etnia gitana que no se acomoden a la venta ambulante, una práctica que reconoce que da para vivir, pero no para llevar una vida muy desahogada, porque afirma que muchas de estas personas tienen que buscarse otros recursos en las distintas campañas agrícolas. Sostiene Mendoza que las familias de etnia gitana están muy condicionadas por el hecho de contraer matrimonio a edades muy tempranas, a que mujeres muy jóvenes tengan sus niños. «Esto no pasa en el resto de la sociedad y esto nos perjudica bastante, aunque las administraciones podrían corregir este defecto que tenemos», desea Juan Manuel Mendoza.
Propone que se pongan en práctica cursos de aprendizaje con una mayor flexibilidad para estas personas, con el desarrollo de unas subvenciones y de un período de tiempo razonable para que aprendan. «O sea, que sean cursos de seis meses para arriba, con una formación real y efectiva, para que estén en condiciones de desarrollar un trabajo», sostiene el presidente de la asociación AROA.
También hace un llamamiento a las empresas que reciben subvenciones para la realización de contratos de aprendizaje, para que se acuerden de los jóvenes de etnia gitana, para que el día de mañana tengan una profesionalidad y sean provechosos para la ciudad y para ellos mismos. «Porque pueden mejorar su condición social», precisa
Cooperación
Aboga porque una mayor cooperación entre las administraciones y las asociaciones de que trabajan con colectivos gitanos para desarrollar actividades integradoras. Por cierto, en breves fechas, la asociación AROA va a inaugurar el local que le ha cedido el Ayuntamiento en el Centro Municipal de Iniciativas Sociales, para desarrollar sus actividades.
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