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Una herramienta para la inserción social
JAÉN

Una herramienta para la inserción social

El Gobierno central ha aprobado recientemente una ley que regula las empresas de inserción social y que abre nuevas puertas como el apoyo de la administración pública En Jaén, la organización Objetivo Vida es la encargada de gestionar estas empresas

LORENA CÁDIZ

Domingo, 29 de junio 2008, 14:22

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Exclusión social es un término muy amplio. Si hablamos en términos generales se refiere a aquellas personas que por uno u otro motivo no están totalmente integradas en la sociedad. Y esos motivos pueden ser desde problemas familiares, problemas de salud física y mental o simplemente, y lo que es más frecuente, problemas económicos. Lo cierto es que uno de los medios más eficaces para sacar a alguien de la exclusión social es el tener un puesto de trabajo. Y aquí es donde entra en juego el papel de las empresas de inserción social.

La exclusión social es como dice el dicho la 'pescadilla que se muerde la cola'. No todas las empresas están dispuestas a contratar a alguien en estas condiciones, por lo que podríamos decir que las de inserción social son un paso intermedio. Las empresas de estas características que existen en Jaén son tres (al menos las que están asociadas a nivel regional) y todas ellas las gestiona la organización Objetivo Vida.

«Muchas de las personas que acuden a nosotros no han tenido nunca un puesto de trabajo, sobre todo este caso se repite cuando se trata de mujeres, que han estado excluidas del mercado laboral», explica Tomás Jesús Gutiérrez, gerente de las empresas que gestiona Objetivo Vida. Por eso, en ellas lo que se hace es ofrecer un puesto de trabajo, a cambio del salario mínimo interprofesional, pero acompañado de una formación específica sobre habilidades sociales y laborales y un apoyo y un asesoramiento constantes para cada uno de los empleados.

En estos momentos aunque en Jaén existen tres empresas de inserción social, desde Objetivo Vida reconocen que sólo una está operando al cien por cien. Se trata de Servisur, que se dedica a la limpieza. Las otras dos son Ecosur, que trabaja en el área del diseño gráfico asistido por ordenador, y Jaén de Medios, dedicada a la instalación, mantenimiento y reparación equipos informáticos. El problema con estas dos últimas es que «en los últimos años ha habido mucha demanda de profesionales especializados en esos sectores y a todos los que hemos ido formando se nos han ido a otras empresas», explica Tomás Jesús Gutiérrez.

Y en el caso de Servisur son 40 las personas que están ahora mismo trabajando con ellos. De todas formas, el gerente explica que recientemente se ha abierto una nueva vía para este tipo de empresas. «Hasta enero de este año no existía legislación que regulara a las empresas de inserción social, pero desde este año se pasa a considerarlas una herramienta útil para insertar a las personas en exclusión social, lo que significa que ya no tendremos que trabajar sólo con empresas privadas, sino que la administración pública también pasará a implicarse».

TERESA VILLAR

«Me ha cambiado mucho la vida»

Teresa Villar es una de los 40 empleados que en estos momentos trabajan para Servisur y es también una de las empleadas más veteranas que tiene esta empresa. En total lleva trabajando para ella prácticamente diez años. Ahora tiene 51 años.

En este tiempo es muy probable que Teresa, una vez aprendido lo que es el mundo laboral, hubiese encontrado otro empleo en el que cobrase más, pero ella está más que satisfecha con lo que tiene y sabe que en otro sitio no la van tratar con el mismo cariño que en este ni le van a dar el mismo apoyo.

«Me ha cambiado mucho la vida», dice con sinceridad Teresa Villar, que se emociona pensando en la situación por la que atravesaba cuando decidió informarse sobre las empresas de inserción social. «Yo nunca había estado dada de alta en ningún sitio, lo máximo que había hecho era echar unas horas en alguna casa, pero mi marido enfermó y nos vimos en la necesidad», cuenta la trabajadora.

Teresa dedica media jornada de lunes a viernes a limpiar en el centro de día de La Magdalena, en las oficinas de Servisur y en el juzgado de menores. «Ahora que mi marido ya no está y mis hijos se han casado y se han ido de casa, lo que gano está bien para mi sola. Antes me daban más trabajo para que ganara un poco más, pero ahora prefiero que lo repartan entre otras personas que lo necesiten más».

«He pasado mucho y durante muchos años con la enfermedad de mi marido y estas son personas que siempre me han ayudado», dice Teresa Villar. Esos son los motivos principales por los que ha decidido quedarse con ellos y Servisur también le viene bien tener empleados veteranos.

«Lo lógico es que las personas que entran a trabajar con nosotros vayan cumpliendo fases y cuando están preparados encuentren otro puesto de trabajo, pero también está bien que tengamos a personas veteranas, que conozcan bien el funcionamiento de estas empresas».

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