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Son 36 niños los elegidos para repartir suerte y felicidad en el sorteo más popular del año. /ARCHIVO
Los niños de San Ildefonso, héroes por un día
lotería de navidad

Los niños de San Ildefonso, héroes por un día

Reparten suerte y felicidad en el sorteo más popular del año, aunque lo que más les gusta es saber que ese día roban el protagonismo a todos los políticos

EFE |

Miércoles, 26 de diciembre 2007, 15:59

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Son 36 niños los elegidos para repartir suerte y felicidad en el sorteo más popular del año y son conscientes de ello, aunque lejos de esta responsabilidad, lo que más les gusta es que ese día van a salir en todos los informativos, van robar el protagonismo a todos los políticos.

De ellos 21 son españoles y 15 extranjeros, siete de Ecuador, dos de la República Dominicana, los mismos de Honduras y uno de Bolivia, Marruecos, Colombia y Guinea. Como en los últimos años, la mayoría son niñas, 19 frente a 17 niños, "sobre todo porque su voz no cambia tanto", el director de la Residencia Internado San Ildefonso, Esperato Fernández.

Aunque su momento de gloria dura en muchos casos unos minutos, porque tras el canto de la suerte dejan paso a los verdaderos protagonistas, los agraciados, los niños lo "viven con muchos nervios e ilusión", según el director del internado.

"Los niños se apuntan a la actividad de cantar la lotería, igual que pueden hacerlo a la de informática o a actividades deportivas" dentro de la residencia, donde viven estos menores, que tienen familias con dificultades socio-económicas y que durante el horario escolar asisten a clase en diferentes colegios de la zona, entre ellos, el de San Ildefonso.

Pequeñas voces para un gran premio

De los 59 niños que viven en el internado, con edades entre 6 y 14 años, cantan 45, algunos son demasiados pequeños -confunden los números- y otros demasiado mayores -tienen voces de adultos-, aunque de estos últimos hay tres que también se han incluido este año como premio a su trayectoria.

"Son casi todos los que pueden hacerlo, pero entiendo que alguno no le interese, porque mantener el tipo ese día, en el salón de loterías repleto de medios de comunicación no es fácil", asegura el responsable del centro desde hace doce años.

Ensayan desde octubre

Los ensayos para el sorteo de Navidad, el único en el que los niños cantan, empezaron en octubre y son muchas las horas de trabajo hasta el 22 de diciembre, un día en que el despertador suena a las cinco de la mañana, "para que dé tiempo a desayunar y a estar listos cuando el autobús les recoja" para trasladarles al lugar donde se celebra.

"Ese día todo es un poco frenético e impactante", señala el docente, "sobre todo el tiempo en que permanecen encerrados en un salón junto al escenario hasta que se inicia el sorteo o hasta que le toca a cada niño salir a cantar".

Confiesa que le sorprende "el aguante de los niños", aunque cree que "es de esos sitios que imprimen carácter, los niños lo asumen y a cualquier niño que llevaras allí, se muere del susto", pero ellos, "lo llevan con bastante sensatez y responsabilidad para lo pequeños que son".

La ilusión de dar 'El Gordo'

El director indica que los niños son conscientes de que "son los protagonistas absolutos" y de que ese día va a ser el único en el que "ningún telediario abre ni con el presidente del Gobierno ni con ningún otro político".

"Les hace mucha ilusión verse en la televisión, como a cualquier niño, y dar el gordo por el hecho de darlo, no porque les vayan a regalar nada", señala, "independientemente de las dificultades familiares que puedan tener, estos niños tienen acceso a lo que puedan tener cualquier otro". "No estamos en los años del hambre", asegura, y cuando alguien "quiere tener un detalle, intentamos que sea para todos los niños, como un viaje que hicieron a Mallorca cuando tocó allí la lotería".

A los pequeños, "les gusta dar el Gordo, igual que a un deportista le gusta batir un récord o ganar un partido" y si algún niño se deja contagiar por el "éxito", el centro intenta "reconducirlo", "aunque el 23 de diciembre ya es otra historia, todos cambiamos el chip y volvemos a nuestra vida cotidiana".

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