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Los padres de una de las víctimas en un homenaje.
Desmantelada «gran parte» de la red de Mánchester

Desmantelada «gran parte» de la red de Mánchester

Los datos publicados sobre el movimiento de Abedi no aclaran aún la trama del atentado

Iñigo Gurruchaga

Viernes, 26 de mayo 2017, 06:59

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La Policía detuvo en Mánchester en la noche del jueves al primo de Salman Abedi, autor de la masacre del lunes, que causó 22 muertos. Abdala Forjani regenta una peluquería en el barrio de Moss Side, cerca de la vivienda de los Abedi. La pesquisa del establecimiento es el último eslabón hasta ahora conocido en la investigación de una red que la Policía cree en gran parte desmantelada, con la detención de un hombre de 44 años en la noche de este viernes al sur de la ciudad, con lo que son ya nueve los arrestados.

Los datos conocidos permiten reconstruir los movimientos de Abedi y sugieren que planeó el atentado con un año de antelación. Pero la incógnita más grave es quién le ayudó a preparar la bomba. Era un artefacto relativamente sofisticado, con un detonador que, según expertos consultados por el 'New York Times', parecía tener un circuito incrustado para su activación remota en caso de que el suicida no lo activase.

También de Estados Unidos, en este caso del presidente del Comité de Seguridad Nacional del Congreso, llegó la información sobre el explosivo. Mike McCaul afirmó el jueves que la bomba contenía TATP, el explosivo utilizado por los terroristas que perpetraron la masacre en el transporte público de Londres, en 2015, los atentados en París, en noviembre de 2015, y en Bruselas, en octubre de 2016.

El diario 'The Times' ha analizado la posición de las víctimas en el vestíbulo de uno de los cuatro accesos al Manchester Arena. Se producen, en un espacio parcialmente cerrado, lo que aumenta su potencia letal, en un círculo en torno al suicida, salvo la sección protegida por su torso. Esa distribución de la metralla de tuercas y tornillos indicaría que la carga se empaquetó de manera muy cuidadosa.

Según medios británicos, Salman Abedi abrió una cuenta bancaria hace un año que permaneció inactiva hasta que, en abril, antes de partir a Libia, cargó en ella la compra de tornillos y tuercas en diferentes tiendas de bricolaje en Manchester. La composición de la bomba estaba ya en su mente antes de pasar cuatro semanas con sus padres en Trípoli.

El padre, Ramadán Abedi, tenía ideas islamistas que le llevaron a desertar de las fuerzas de seguridad de Muamar Gadafi, en 1990. Marchó a Arabia Saudí y poco después a Inglaterra, donde los exiliados libios fueron acogidos por un Gobierno británico encontes enemistado con un dictador que entre sus actividades incluía la provisión de armas y explosivos al IRA irlandés.

Quizás inspirado inicialmente por los Hermanos Musulmanes, Ramadan Abedi desplazó sus simpatías hacia el Grupo de Lucha Islámica Libia (GLIL), formado por excombatientes voluntarios en la guerra contra la invasión rusa en Afganistán. Aunque parece haberse unido a ellos en su regreso a Trípoli, en la revolución contra Gadafi, en 2011, dijo esta semana a 'The Guardian', antes de ser detenido junto a su hijo menor, Hashem, que aunque elogia sus actividades no pertenece al grupo.

Último viaje

Salman Abedi voló a Trípoli vía Amsterdam e Istambul en torno al 15 de abril. Les dijo que iba a peregrinar a la Meca, según algunos medios porque le había tocado el viaje en un sorteo. Le dejaron partir, aunque le habrían retenido el pasaporte en el pasado por temor a que su simpatía por el Ejército Islámico le llevara a cometer una atrocidad. El padre afirma que, aunque el GLIL estaba coaligado con Al Qaida, la familia se opone al asesinato de inocentes.

Salman no fue a La Meca sino que regresó a Manchester, vía Estambul y Dusseldorf. Permaneció en la zona de tránsito de ambos aeropuertos. El padre dice que su hijo no estuvo nunca en Siria. La familia tenía amistad con un vecino del sur de Mánchester, Abdalraouf Abdallah, que reclutó voluntarios para la guerra en aquel país y está encarcelado en Reino Unido.

Abedi alquiló a través de Airbnb un apartamento en el centro de Mánchester, donde pasó los días anteriores al atentado. Compró la mochila en un centro comercial, el viernes. Se pueden comprar los materiales para fabricar TAPT en tiendas convencionales, pero combinarlas requiere conocimiento y un espacio. Falta la información sobre dónde se elaboró el explosivo y sobre el origen del detonador para tener un cuadro más completo de la trama.

Se retoma la campaña

La campaña electoral en el Reino Unido, suspendida tras el atentado, ha vuelto con fuerza este viernes, con la seguridad como eje principal de los debates, mientras avanza la investigación sobre la masacre.

Después del atentado, la campaña para las elecciones legislativas había sido suspendida y sólo retomó tímidamente el jueves tras la celebración de un minuto de silencio por las víctimas.

El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, efectuará una visita a Londres durante la jornada para expresar su solidaridad con el país y con los británicos.

Este gesto busca aplacar las tensiones que emergieron después de que detalles de la investigación compartidos por el Reino Unido con Estados Unidos fueran filtrados a la prensa.

La primera ministra británica, Theresa May, abordó el asunto con Trump en la cumbre de la OTAN, afirmó su portavoz, mientras esperaban a hacerse la foto de los líderes. "La información que compartimos debe estar segura", le dijo May a Trump, según el portavoz.

La prensa estadounidense difundió el nombre del autor del atentado, Salman Abedi, antes de que lo hicieran las autoridades británicas, y el New York Times publicó el miércoles fotos detalladas de los restos de la bomba.

El país está en estado de alerta máxima tras el atentado reivindicado por el grupo Estado Islámico, que ha anunciado que habrá más acciones. A medida que el grupo pierde terreno en Irak y en Siria, ha lanzado varias operaciones en Europa en los últimos meses. Los temores sobre la seguridad serán el centro de la campaña.

Ninguna amenaza específica

Según el secretario de Estado de Seguridad británico, Ben Wallace, no existe ninguna "amenaza específica" contra grandes eventos que se celebren este fin de semana. Este lunes es festivo nacional en Reino Unido y el fin de semana hay una serie de eventos en los que se prevé una gran afluencia de público, como la final de la Copa de fútbol en Londres el sábado.

Wallace ha dicho que las instrucciones que se han dado a los hospitales para que estén preparados para este fin de semana forman parte del clima general de refuerzo de la seguridad tras el ataque de Mánchester y no una respuesta a una amenaza específica basada en información de Inteligencia.

"Esto es mayoritariamente por precaución. No hay una amenaza específica contra ningún evento concreto", ha afirmado Wallace, en declaraciones a la radio de la cadena pública BBC.

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