Edición

Borrar
Dos manifestantes en las concentraciones del Primero de Mayo en París contra la reforma laboral francesa.
Los franceses siguen en pie de guerra contra su reforma laboral

Los franceses siguen en pie de guerra contra su reforma laboral

Los altercados registrados en las anteriores protestas han ocasionado que los desfiles con motivo del Primero de Mayo hayan sido vigilados por un amplio dispositivo de seguridad

efe

Domingo, 1 de mayo 2016, 23:00

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los franceses han mantenido este domingo su lucha contra la reforma laboral del Ejecutivo socialista con manifestaciones en todo el país que han aprovechado el Primero de Mayo, Día del Trabajo, para exigir la retirada de ese texto.

Los altercados registrados en las anteriores protestas, que solo el pasado 28 de abril se saldaron con 214 detenciones y 78 agentes heridos, han ocasionado que los desfiles hayan sido vigilados por un amplio dispositivo de seguridad, que pese a todo no pudo evitar altercados.

Así, en el cortejo parisino, que partió de la plaza de la Bastilla hacia la de Nación, jóvenes enmascarados lanzaron proyectiles contra las fuerzas del orden, como botellas y otros objetos, y fueron respondidos con gases lacrimógenos.

Tanto el primer ministro, Manuel Valls, como el titular de Interior, Bernard Cazeneuve, habían advertido de que se iba a hacer "todo" para impedir los desbordamientos, no sin abogar por "un uso proporcionado y legítimo de la fuerza cuando sea estrictamente necesario".

En París han desfilado entre 16.000 y 17.000 manifestantes, según la prefectura de Policía, y unos 70.000, según los sindicatos, mientras que, en toda Francia, el Ministerio del Interior calcula en 84.000 la cifra total.

Detrás de la convocatoria de hoy, a dos días de que el texto comience su trámite parlamentario, estaban los sindicatos CGT, FO, FSU, Solidarios, UNEF, UNL y FIDL, confiados en lograr el abandono de una reforma tachada de demasiado liberal.

A un año de las presidenciales y con la impopularidad del presidente, François Hollande, en máximos históricos, con una desaprobación de ocho de cada diez ciudadanos, el Ejecutivo no ha logrado frenar el descontento pese a las concesiones efectuadas.

Las casi 5.000 enmiendas con las que llega al Parlamento hacen prever además una negociación difícil para las autoridades, que, en palabras de la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, defienden que es un proyecto de ley "justo y necesario para el país".

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios