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El lugar en el que ha ocurrido el accidente.
La congelación de los sistemas, primera hipótesis sobre el accidente

La congelación de los sistemas, primera hipótesis sobre el accidente

Un avión de Lufthansa que partió de Bilbao estuvo a punto de estrellarse el pasado 5 de noviembre por la misma causa

CRISTIAN REINO

Martes, 24 de marzo 2015, 14:23

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La vicepresidenta europea de Lufthansa, Heike Birlenbach, ha evitado las especulaciones sobre las causas del accidente del vuelo de esta mañana de Germanwings, filial de la compañía alemana, y ha apuntado que por el momento se trata de un accidente. "Todo lo demás son especulaciones".

Birlenbach ha señalado en una rueda de prensa convocada en el aeropuerto de Barcelona que el avión fue revisado ayer mismo en Dusseldorf por los técnicos de la compañía y por tanto ha descartado problemas técnicos. La directiva germana ha evitado también valorar las controversias que rodean al propio siniestro. "Estamos en un momento muy trágico hoy es un día negro para la compañía", ha añadido.

Birlenbach no ha querido confirmar la nacionalidad de los pasajeros y ha señalado que los familiares de las víctimas ya han hecho llegar a la aerolínea su intención de viajar al lugar del accidente.

Fuentes de los controladores aéreos barajan la hipótesis de que el accidente del avión que se trasladaba desde Barcelona hasta Düsseldorf, con 150 pasajeros a bordo, se haya debido a una "congelación de los sistemas". Según un controlador, el siniestro ha tenido que ser "un fallo masivo y repentino" por el "súbito descenso en el altímetro".

Una incidencia similar estuvo a punto de hacer caer un avión de Lufthansa con 109 pasajeros a bordo que acababa de despegar de Bilbao con destino a Múnich el pasado 5 de noviembre. En este incidente, que fue calificado por las autoridades internacionales (OACI) de grave, la situación fue tan comprometida que el fabricante del aparato (un Airbus 321) emitió un boletín de seguridad para que las tripulaciones que operan este modelo tuvieran en cuenta lo sucedido y pudieran obrar en consecuencia.

Fuentes del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA) explicaron a El Correo algunos detalles del incidente. De acuerdo con estas fuentes, todo ocurrió unos quince minutos después de que la aeronave partiera de las pistas de 'La Paloma'. El despegue había sido correcto y los problemas comenzaron cuando el vuelo LH-1829 se encontraba a una altitud de 31.000 pies (unos 10.000 metros), aún en pleno ascenso. Para entonces, los controladores de Loiu habían transferido seguramente la supervisión del vuelo al centro de Torrejón. Se cree que el aparato surcaba los cielos del norte de Navarra.

Fue entonces cuando saltó la alarma de los sensores que controlan la velocidad de pérdida. Se trata de unas sondas que advierten de que la aeronave vuela de forma demasiado lenta y que corre el riesgo de caer de manera incontrolable. Esta alerta, que pudo manifestarse por la congelación de los dispositivos, activó un sistema de seguridad que hizo que el morro del 'Airbus 321' virara automáticamente hacia abajo para ganar velocidad. De esta forma, el avión de Lufthansa comenzó a descender de una manera "no brusca" pero sí notable. El vuelo LH-1829 pasó entonces a estar controlado por una ayuda informática.

En poco más de un minuto, descendió unos 4.000 pies (unos 1.200 metros). Por fortuna, la tripulación fue capaz de desconectar buena parte de los sistemas computerizados para tomar el control manual del aparato y frenar el descenso. Y lo hizo, sobre todo, porque se percató de que la señal enviada por los sensores era falsa. Es decir, el aparato volaba a una velocidad adecuada y no había riesgo previo de entrar en pérdida. El 'Airbus 321' recuperó después algo de altura y continuó trayecto con relativa normalidad hacia Múnich, donde aterrizó sin problemas cerca de dos horas después.

La congelación de la sonda de temperatura exterior fue la causa del accidente del avión de Air France que cayó al océano Atlántico el 1 de junio de 2009 con 228 víctimas.

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