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Stefan Löfven, líder del Partido Socialdemócrata.
La izquierda gana las elecciones suecas y la ultraderecha sube

La izquierda gana las elecciones suecas y la ultraderecha sube

El líder socialdemócrata, Stefan Löfven, ha invitado a colaborar al resto de partidos políticos, salvo a Demócratas de Suecia, que pasa a convertirse en la tercera fuerza parlamentaria

EFE

Domingo, 14 de septiembre 2014, 12:22

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El líder socialdemócrata, Stefan Löfven, ha invitado a colaborar al resto de partidos políticos, salvo el ultraderechista Demócratas de Suecia, tras confirmarse el triunfo de la oposición de izquierda en las elecciones legislativas.

Löfven ha declarado en la sede de su partido, al término de la jornada electoral, que iniciará conversaciones con el Partido del Medioambiente, pero ha resaltado que su mano está "extendida" a las otras formaciones, también las de centroderecha.

"El pueblo sueco le ha dado la espalda a las bajadas de impuestos, el proyecto de los nuevos moderados (conservadores) se ha acabado. El pueblo sueco quería un cambio y ahora tendrá un cambio. Es necesaria la solidaridad", ha afirmado Löfven.

El recuento provisional ha dado el triunfo a la izquierda con el 43,6% frente al 39,4% de la Alianza de centroderecha del primer ministro, el conservador Fredrik Reinfeldt, en el poder desde 2006. Reinfeldt había anunciado minutos antes de la comparecencia de Löfven que este lunes presentará la dimisión de su Gobierno, siguiendo su promesa de dejar gobernar a la minoría más votada y no recurrir a Demócratas de Suecia (SD), que ha duplicado sus votos hasta el 13% y se ha convertido en la tercera fuerza parlamentaria.

"El 87% no ha votado por el SD. Solamente porque se logre el 13% no implica que uno tenga derecho a ejercer un papel de bisagra. Y veremos que no lo hará", ha dicho el futuro primer ministro sueco.

La pujanza de la ultraderecha

Uno de los datos más destacados de las elecciones ha sido el ascenso de la formación ultraderechista, que ha duplicado sus votos y ha pasado a convertirse en la tercera fuerza parlamentaria, con lo que refuerza su papel de árbitro.

El partido dirigido por Jimmie Åkesson es el que más crece de todos, pasando del 5,7% al 13%, una situación que hará difícil que el resto de formaciones sigan haciéndole el vacío en el Parlamento, como ocurrió la pasada legislatura, aunque ambos bloques se sirvieron de sus votos de forma indirecta en alguna ocasión.

Surgido en 1988 en torno a un núcleo neonazi, el SD ha realizado un proceso de moderación y lavado de cara desde la llegada al liderazgo de Åkesson en 2005, que culminó con la entrada en el Parlamento hace cuatro años. Åkesson se ha esforzado por presentar al SD como un partido socialconservador y por equipararse a formaciones ultranacionalistas como el Partido Popular Danés y el noruego Partido del Progreso, que defienden ideas similares pero sin raíces en el neonazismo. Incluso hace dos años lanzó una campaña de "tolerancia cero" contra extremistas y racistas en su partido, aunque ni ha evitado los incidentes ni ha sido tan dura como pretendía.

El 'escándalo de la barra de hierro', la difusión de un vídeo en el que dos diputados del partido se encaran con inmigrantes y tratan de agredirlos; o el revuelo por las declaraciones de varios cargos locales acusando al Islam de fomentar las violaciones son dos ejemplos de escándalos recientes que han perseguido al SD.

Polémica fue también la reciente gira de Åkesson por escuelas, hospitales y otros lugares de trabajo en municipios gobernados por los socialdemócratas para captar electores, marcada por las protestas de numerosos trabajadores con las que fue recibido. Los escándalos se repitieron durante la campaña e incluso llevaron a la exclusión de varios candidatos tras revelar el tabloide 'Expressen' sus comentarios racistas en redes sociales.

Pero nada de eso parece haber hecho mella en el apoyo creciente de los suecos a un partido que ha sabido capitalizar el descontento provocado por ocho años de gobierno de centroderecha.

El auge de Demócratas de Suecia ha espoleado además a formaciones más radicales, como el Partido de los Suecos, de filiación neonazi y que tras verse inmerso en varios incidentes violentos en los últimos meses, aumentó su presencia durante la campaña, aunque pensando más bien en los comicios municipales.

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