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El periodista Jason Rezaian y su mujer, la iraní Yeganeh Salehi.
Irán juzga a un corresponsal de 'The Washington Post' por espionaje

Irán juzga a un corresponsal de 'The Washington Post' por espionaje

La falta de transparencia y el absoluto silencio informativo marca el inicio del proceso contra Jason Rezaian

EFE

Martes, 26 de mayo 2015, 16:15

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El controvertido juicio por espionaje contra el periodista del 'The Washington Post' Jason Rezaian ha empezado hoy en Irán marcado, como todo desde el inicio de este caso hace más de diez meses, por la falta de transparencia y el absoluto silencio informativo.

Rezaian, corresponsal del diario estadounidense en Teherán cuya detención el pasado mes de julio desató una dura oleada de críticas contra la República Islámica, afronta junto con otras dos personas que no han sido identificadas cargos de espionaje y de difundir propaganda hostil contra Irán.

El juicio ha comenzado ante el Tribunal de la Revolución número 15 de la capital iraní, una corte especializada en juzgar delitos contra la República Islámica presidida por el juez Abolgasem Salavatí, un magistrado sobre el que pesan acusaciones internacionales de mano dura y de haber condenado a la horca a varias personas tras los disturbios postelectorales de 2009.

Rezaian y los coacusados han comparecido ante el juez asistidos por la abogada Leila Ahsan y acompañados por un traductor. Diversas agencias iraníes han informado además de que la mujer del periodista, la también periodista Yeganeh Salehí, quien también fuera arrestada junto a Rezaian pero que luego fue puesta en libertad bajo fianza, estaba presente en la sala.

"Cooperación con Estados hostiles"

Del contenido de la primera sesión no se ha podido saber nada más, ya que ni los responsables del Ministerio de Justicia iraní, que responden directamente ante el líder supremo iraní Alí Jameneí, ni la abogada de los acusados han querido hablar del asunto.

Antes del juicio, en declaraciones recogidas por la agencia Tasnim, la abogada Ahsan confirmó que la fiscalía de Teherán acusa a Rezaian de "espionaje" por haber recopilado información sobre temas de "política interna y exterior" iraní, y suministrarla a "personas indebidas".

"Según la acusación emitida, el acceso y la recopilación de información clasificada, cooperación con Estados hostiles, escribir una carta al presidente de los EE UU, y emitir propaganda contra el régimen de la República Islámica de Irán, son otras acusaciones de Jason", ha añadido la abogada.

Estas acusaciones fueron anunciadas formalmente por Irán el pasado 20 de abril, casi al cumplirse diez meses de la detención del periodista, que permaneció todo este tiempo en la prisión de Evin, lugar de detención habitual para los acusados de crímenes políticos y de pésima reputación para los defensores de los Derechos Humanos.

Rezaian y Salehí, corresponsal del diario emiratí 'The National', fueron detenidos junto a una fotógrafa independiente que había trabajado para 'The Washington Post' y su esposo, todos ellos excepto Salehí con doble nacionalidad iraní-estadounidense. La fotógrafa y su esposo fueron liberados semanas más tarde, mientras que Salehí fue puesta en libertad bajo fianza a principios de octubre pasado.

Sin asistencia consular

Teherán no reconoce la doble nacionalidad, por lo que no ha permitido a ninguno de los estadounidenses tener acceso a asistencia consular. Desde que el periodista fuera detenido, el Gobierno de EE UU no ha dejado de pedir su liberación, al tiempo que ha calificado como "absurdas" las acusaciones contra él.

El director del 'The Washington Post', Martin Baron, también ha asegurado reiteradamente que los cargos contra el periodista son "absurdos e insultantes" y ha pedido que se retiren todos las acusaciones contra Rezaian y su esposa. Además, Baron también denunció en un editorial publicado en su diario las "injusticias" que han rodeado todo el caso y el hecho de que el juicio sea a puerta cerrada, lo que impedirá que reciba "la atención que requiere".

El último informe sobre Irán de Reporteros Sin Fronteras (RSF) sostiene que en Irán hay 65 periodistas y blogueros detenidos, la mayoría acusados de delitos como "atentar contra la seguridad nacional", "hacer propaganda contra el Estado", "difundir falsedades" o "perturbar el orden público".

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