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El presidente Tayyip Erdogan celebra los resultados con sus seguidores.
Cinco posibles consecuencias del referéndum de Turquía

Cinco posibles consecuencias del referéndum de Turquía

El resultado de la consulta popular influirá en el futuro de las relaciones con la Unión Europea, el enfoque de la "cuestión kurda" y la evolución de las dinámicas sociales

COlPISA / AFP

Lunes, 17 de abril 2017, 07:02

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Turquía aprobó el domingo reforzar los poderes del presidente Recep Tayyip Erdogan, en un referéndum histórico que dejó un país dividido, después de que el sí ganara por un estrecho margen y los resultados fueran cuestionados por la oposición.

El resultado de esta consulta popular influirá en el futuro de las relaciones con la Unión Europea, el enfoque de la "cuestión kurda" y la evolución de las dinámicas sociales. A continuación, cinco preguntas para entender qué podría cambiar el referéndum, tras la victoria del sí:

La reforma aprobada, muy cuestionada por la oposición que denunció "manipulaciones", refuerza los poderes de Erdogan y lo faculta, en teoría, para permanecer en el poder hasta 2029. En la nueva constitución el ejecutivo estará concentrado en manos del presidente, y el puesto de primer ministro desaparecerá. Sus partidarios defienden que una medida así es necesaria para estabilizar el gobierno y establecer las barreras claras con la justicia y el poder legislativo. Pero sus oponentes señalan que el nuevo sistema no tendría ningún contrapoder, lo que abriría la vía a un régimen autocrático. Este sistema presidencial "reúne un poder sin precedente en manos de un solo hombre", subraya Alan Makovsky, del Center for American Progress. Fadi Hakura, especialista de Turquía en el Chatham House, con base en Londres, dijo que esta fue una "victoria pírrica". "Perdió en las grandes ciudades como Ankara, Estambul, Adana y Esmirna", destacó.

Las relaciones entre Turquía y la Unión Europea (UE) se degradaron enormemente en la recta final de la campaña, cuando Erdogan acusó a algunos países de "prácticas nazis". Erdogan indicó que la candidatura de Turquía a la UE, en punto muerto desde hace años, se pondría "sobre la mesa" después del referéndum. Después del anuncio de la victoria el presidente turco mencionó la posibilidad de organizar un nuevo referéndum, esta vez sobre el restablecimiento de la pena de muerte, lo que pondría fin al proceso de adhesión de Turquía a la Unión Europea."La táctica consistente en atacar constantemente a la UE (...) con fines de política interior ha alcanzado su límite", destacó Marc Pierini, del centro de reflexión Carnegie Europe.

Ahora Erdogan podría enterrar el proyecto de adhesión, para privilegiar las relaciones comerciales, mediante una unión aduanera reforzada o podría lanzarse a forjar alianzas con países como Rusia. Desde la ruptura de la tregua histórica con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en verano de 2015, el sureste de Turquía se sumió en una espiral de mortíferos enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad turcas y los separatistas kurdos. La ofensiva militar de Ankara se redobló con una mayor represión contra los círculos políticos y mediáticos prokurdos, acusados de actividades "terroristas" vinculadas con el PKK.

Con una victoria tan estrecha, Erdogan podría verse obligado a adoptar un enfoque más "conciliador" de la "cuestión kurda", apuntó Asli Aydintasbas, experto del Consejo europeo de relaciones internacionales. La sociedad turca se ha polarizado fuertemente en los últimos años en torno a la figura de Erdogan. Durante la campaña del referéndum, el presidente turco diabolizó a sus opositores, acusándolos de colusión con los "terroristas" y los "golpistas". Erdogan "gana (sus elecciones) pero, al final, una mitad del país lo ama y la otra lo detesta. Ahí yace el origen de la crisis de la Turquía moderna", explica Soner Cagaptay, analista en el Washington Institute.

Pero Erdogan, que se ha aliado con los ultranacionalistas para vencer la batalla del referéndum, ha hecho gala de pragmatismo en el pasado. Los mercados apostaban tímidamente por una victoria del sí, esperando que ésta implique una vuelta a la estabilidad a Turquía, golpeada desde hace año y medio por una oleada de atentados y sacudida por un intento de golpe de Estado en julio.

Pero, a medio plazo, domina la incertidumbre. El debilitamiento de la confianza de los inversores en las instituciones, una polarización creciente de la sociedad y el retraso de las reformas estructurales podrían afectar al crecimiento. Una victoria del sí "podría ser saludada por los mercados a corto plazo", indicó el gabinete BCG Partners de Estambul. Pero el crecimiento "sigue siendo apagado y las implicaciones a largo plazo del sistema (presidencial) todavía se desconocen", añade.

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