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Viernes, 9 de octubre 2015, 10:11
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La estadounidense Katherine Gaydos, residente en Florida, vivió posiblemente el peor momento de su vida cuando, tras pedir a un amigo que le echara gotas en el ojo, acabó siendo víctima de un error fatal.
El hombre, según cuenta ella al NY Daily News, confundió el bote de pegamento con el de las gotas. "Sentí que mi ojo ardía. Lo cerré y grité: Llama a emergencias", añade.
Las malas noticias no acaban ahí para ella, ya que Katherine, madre de dos hijos, no tiene dinero para financiar una cirugía de reconstrucción del globo ocular.
Hasta hace unos días estaba siendo tratada por un médico que iba a operarla para tratar de salvar el ojo pero sin trabajo, dinero y seguro no ha podido continuar el tratamiento.
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