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El espejo italiano

El espejo italiano

El primer partido que triunfó con el cabreo popular, el Podemos del cómico Beppe Grillo, ha pasado de ser la fuerza más votada a desgastarse en peleas internas

íñigo domínguez

Sábado, 23 de mayo 2015, 00:21

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Podemos es un fenómeno nuevo que despierta muchas preguntas, también esperanzas, y es interesante mirar a Italia porque algunas quizá ya se estén respondiendo en este país. Primero porque España tal vez se dirige a un escenario a la italiana, con varios partidos empatados y ninguno con mayoría clara, y sobre todo porque el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), del cómico metido a político Beppe Grillo, a priori se le parece bastante. Ha sido pionero en Europa en abrir un camino inexplorado, el de las fuerzas surgidas del cabreo ciudadano en contra de los partidos tradicionales. Es en Italia, por ejemplo, donde brota ese concepto de «casta» que ahora está de moda en nuestro país.

Un dedo a los políticos

  • las cinco estrellas

  • Beppe Grillo, un popular cómico de 66 años vetado en la televisión en los años noventa por sus chistes sobre la corrupción política, creció en la calle con sus espectáculos de denuncia y sobre todo, desde 2005, con su blog, uno de los diez más seguidos del mundo. En 2007 movilizó a 80.000 personas con el Vaffanculo Day (Día de Iros a Tomar por el Culo), dirigido a los políticos. El apoyo social desembocó en 2009 en el Movimiento Cinco Estrellas.

  • Elecciones de 2013

  • En las legislativas de 2013, Grillo que ya había conquistado algunas alcaldías importantes y un gran resultado en Sicilia logró casi nueve millones de votos que se tradujeron en 109 diputados (de 630) y 54 senadores (de 315). Aquellos 163 parlamentarios que decidieron cobrar solo 3.000 de los 14.000 euros mensuales que les correspondían y rechazar los 42 millones de euros de financiación pública llamaron enseguida la atención por su juventud 28 años de media y por su absoluta falta de experiencia en política.

  • Pérdida de apoyo

  • Del 25% de los votos que el M5S logró en las elecciones generales de 2013 fue el partido más votado bajó al 21% en las europeas de 2014.

El M5S nació al margen de los medios habituales, a través de una página web, aglutinado en torno a la volcánica figura de Grillo, azote satírico de un sistema notoriamente corrupto y despilfarrador. Engrosaron sus filas ciudadanos de todo tipo, sin ninguna experiencia, hartos de sus políticos. Fue tan atacado en los medios de comunicación, por el pavor que despertaba en los poderes económicos, como subestimado: de golpe, en las elecciones generales de 2013, se convirtió en el partido más votado con el 25,5% de los votos (109 diputados de 630). El centroderecha y el centroizquierda italianos reaccionaron de forma impensable: superaron sus odios y se unieron en una gran coalición que dura hasta hoy. Desde el primer minuto de esta legislatura es muy útil observar, sobre todo pensando en Podemos, cómo se movieron los grillinos

Su obsesión inicial de pureza y desprecio por todos los demás, como un sistema podrido a derribar, se tradujo en una negativa total a los pactos. Grillo probablemente calculó mal. Pensó que la alianza contranatura de izquierda y derecha no duraría mucho y en breve arrasaría definitivamente en las urnas. Bastaba esperar el colapso. Sin embargo, no llegó, y en esto ha tenido mucho que ver la aparición de un nuevo, astuto y arrollador líder en el centroizquierda, Matteo Renzi, que les ha robado parte de su lenguaje. Al cabo de dos años se puede decir que quien también se ha desgastado ha sido el propio M5S: peleas internas, expulsiones, abandonos, han mermado su impulso, aunque siguen fuertes en los sondeos. Han tenido que dejar su escaño 18 diputados y 18 senadores.

Uno de los rostros más populares de M5S es Alessandro Di Battista, de 36 años, que llega del mundo de la cooperación. «Me permito dar un consejo a Podemos: que se mantengan coherentes y no se mezclen con el sistema de partidos», responde a este periódico. «Discutir y votar según el caso sí, pero nunca acuerdos con los partidos. Cuando entren en el Parlamento tendrán presiones fortísimas, pero tiene que resistirse a ellas y mantenerse fuera de esa piscina de tiburones del Parlamento».

Aquí estaría, sin embargo, una de las principales diferencias entre ambos fenómenos, según Giacomo Russo Spena, autor de un reciente libro publicado en Italia junto a Matteo Pucciarelli, Podemos, la izquierda española más allá de la izquierda. «Cuando fui a España pensaba hacer un libro sobre los grillinos españoles, pero descubrí que bajo algunas similitudes las diferencias son mayores», relata. Por ejemplo, y precisamente, que Podemos no se niega a priori a los pactos frente al aislamiento de M5S. Russo Spena enumera más contrastes: Podemos no rechaza la financiación pública de los partidos; ha crecido en la televisión y no la demoniza; su página web y sus votaciones a través de ella son gestionadas por una sociedad externa, cuando en el caso italiano es propiedad de Grillo; Podemos hizo un auténtico congreso donde afloraron visiones divergentes, pero nunca se ha llegado a expulsiones en nombre de la ortodoxia, que en el M5S ha sido dictada por Grillo.

Grillo e Iglesias son dos líderes son muy distintos. «El M5S nació como una red construida en torno a un líder mediático, pero en Podemos son ellos los que han construido un líder mediático, y en esto han innovado mucho más. Y mientras Grillo rehúye la argumentación, apenas da entrevistas, para Iglesias es la base de su credibilidad», ha apuntado Luca Raffini, sociólogo de la universidad de Chieti y Pescara que ha estudiado ambas siglas.

Sin identidad

Pero la diferencia clave, en opinión de Russo Spena, es su posicionamiento ideológico: «Podemos tiene una fuerte impronta de izquierda, simula ser post-ideológico y ahora quizá se ha descafeinado y es socialdemócrata, pero es que el M5S es verdaderamente post-ideológico, no se sabe bien qué son. Entre ellos tienes a Luigi Di Maio, que hasta hace tres años votaba a la derecha, y a Di Battista, que es más de izquierda. En cambio Podemos es más homogéneo». De hecho, a muchos votantes progresistas italianos les sigue faltando un partido que les represente el PD de Renzi es cada vez más de centro y miran con envidia a Podemos. Por el contrario, la formación de Pablo Iglesias vive un proceso de desplazamiento hacia posiciones más moderadas, en busca de mayor consenso, y esto evoca otro detalle: «Los estudios demuestran que en un principio la base inicial de los activistas de Grillo era más de izquierda, pero luego ha ido perdiendo esa identidad», afirma Raffini. A su juicio, Iglesias también ha modulado su lenguaje en televisión: «Intenta no posicionarse ideológicamente, como si fuera simplemente alguien que dice cosas de sentido común».

Preguntado al respecto, Di Battista, del M5S, responde en esa sintonía: «Nosotros proponemos cosas que según las etiquetas tradicionales se pueden aplicar a la derecha o a la izquierda. Yo no sé si son de derechas o de izquierdas, solo sé que en este momento son ideas lógicas, como estar contra los desahucios, a favor de la justicia social... Nosotros somos post-ideológicos, izquierda y derecha son etiquetas del siglo XIX».

En todo caso, si hay un método sencillo para salir de dudas es el Parlamento europeo: Podemos está en el grupo de la izquierda europea, pero el M5S, en una de sus decisiones más controvertidas, se alineó con el UKIP de Nigel Farage en el grupo EFDD, euroescéptico, populista y con tics de extrema derecha. En las cuestiones de inmigración, en concreto, hay un choque de puntos de vista con Podemos.

«Podemos ha estudiado y estudia al M5S, pero les ven grandes límites y los observan también para saber lo que no hay que hacer. A Iglesias no le gusta particularmente Beppe Grillo. Hablé con él y me dijo que el M5S funcionó como fuerza y voto de protesta, pero que ha fallado luego en la construcción porque no tenían una idea de sociedad en la cabeza», cuenta Russo Spena. La verdad es que Iglesias no dudó en acudir a Atenas a apoyar al líder comunista de Syriza, Alexis Tsipras, en las elecciones griegas de enero, pero todavía no se le ha visto por Roma Es como si en Podemos no quisieran que les vieran juntos con los grillinos, quizá por la imagen negativa que han transmitido los medios de su líder, también en España. El cómico genovés no es perfecto, desde luego, pero tampoco tiene nada que ver con el loco gritón que se ha caricaturizado a menudo.

Di Battista replica que no ha habido relaciones oficiales con Podemos porque, de momento, no ha surgido la oportunidad. En su opinión, el lazo común de ambas formaciones es que «representan a ciudadanos que no se sienten representados». «Nuestra fuerza es la credibilidad. Nunca hemos estado en el Gobierno, y es una tontería pensar que los mismos que te han metido en la crisis te van a sacar de ella».

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