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La cúpula directiva del PSOE granadino escucha atentamente el mitin de Felipe González en la plaza de Bib-Rambla en un mitin de la campaña de 1982 Torres Molina/Archivo de Ideal
La Granada "felipista"

La Granada "felipista"

EFEMÉRIDES DE @LAHEMEROTECA ·

Recuperamos este artículo de Antonio Mora publicado en IDEAL el 28 de octubre de 2007 con motivo del 35 aniversario de la llegada del PSOE al poder

antonio mora

Viernes, 27 de octubre 2017, 20:40

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ATRÁS queda la Granada que supo conjugar la acción del movimiento obrero con los sectores universitarios, profesores y estudiantes, comunidades cristianas de base y grupos minoritarios de clérigos, profesionales liberales, cuyo trabajo político consistió en ir minando las estructuras del régimen totalitario instaurado sobre las ruinas de la Guerra Civil. Granada, como España entera, había presenciado y vivido la Transición a la democracia, que -aquí- comenzó con la trágica huelga de la construcción.

Ya eran sólo recuerdo el proceso de Burgos (1970), los dos estados de excepción en los años 69 y 70, la misma huelga citada, acaecida también en el 70, el asesinato del almirante y presidente del Gobierno Carrero Blanco (1973), el Gobierno de Arias Navarro (1974), la agonía y muerte de Franco (1975), la restauración monárquica (1976), las elecciones generales (1977 y 1979) que ganó la UCD de Adolfo Suárez, el Día de Andalucía (1977), el referéndum constitucional (1978), los primeros ayuntamientos democráticos en 1979, el referéndum autonómico en Andalucía el 28 de febrero de 1980). Todo ello en conjunto, constituyendo la década más decisiva de la historia del pasado siglo, y sin lugar a dudas la más vibrante para cuantos granadinos podemos narrar y recordar tal cúmulo de decisivos acontecimientos para Granada y España.

Pues bien: todos estos acontecimientos que conforman lo que dimos en llamar la Transición Democrática española, tienen su última etapa, a juicio de la mayoría de los expertos y politólogos, en la fulgurante victoria electoral del Partido Socialista Obrero Español en las elecciones generales celebradas el 28 de octubre de 1982. Son 25 años los que contempla la historia de la llegada al poder de un grupo dirigente formado por jóvenes socialistas que tenían a Felipe González como su líder, y que ese día también pasó a ser el presidente del Gobierno de todos los españoles.

Diez millones de votos

1982 cierra este periodo con la espléndida victoria de Felipe González, al que respaldan la friolera de diez millones de votos. España es nuevamente una nación con democracia consolidada en la alternancia de su gobierno. La Granada que había respaldado masivamente, como en el resto de España, el texto constitucional el 6 de diciembre de 1978, tras acudir a las urnas en otras dos ocasiones en 1979 (elecciones generales y municipales) y refrendar su voluntad autonomista en el famoso 28-F, consagra también la alternancia política democrática al elegir mayoritariamente a diputados y senadores socialistas el 28 de octubre de 1982. La Transición ha terminado.

En el censo del año anterior a éste en el que se consuma la alternancia en el Gobierno -el PSOE de Felipe González acude a las urnas con un eslogan de éxito rotundo-: «Por el cambio»- la ciudad de Granada supera ya el cuarto millón de habitantes, y la provincia tiene algo más de 500.000. Ya no aparentaba ser esa ciudad pequeña y recoleta de nuestros abuelos, aunque bien cierto que tampoco alcanzaba las dimensiones de las grandes urbes andaluzas como Sevilla o Málaga. O incluso de esa masa poblacional que hoy integran la capital y las tres decenas de municipios de lo que conocemos como su área metropolitana.

Al comienzo de esta década, y fruto de las elecciones locales de 1979, la vida local viene marcada por la personalidad de su alcalde, Antonio Jara, también socialista, que había sustituido en el primer sillón municipal a Antonio Camacho. Será él quien reciba el viernes 5 de noviembre de 1982, una semana después del triunfo electoral de Felipe González, al entonces joven Papa Juan Pablo II, que hace su entrada por La Chana en un autobús de Alsina. Jara espeta a todo el que le quiera oír: «En Granada, en este Sur doliente y esperanzado de España, donde la desigualdad social y la injusticia afectan seriamente y con demasiada frecuencia los mínimos necesarios para una vida humana digna, queremos pensar, necesitamos pensar, que daros la bienvenida, es saludar la presencia de un hombre en actitud permanente de la paz, de la justicia, de la libertad y de la dignidad de sus semejantes». Antes le había dado la bienvenida: «Una ciudad asentada sobre la convivencia de civilizaciones, culturas y creencias distintas; una ciudad cimentada en la tolerancia y una permanente buena disposición al encuentro pacífico».

El magistrado José Sánchez Faba agotaba sus días de mandato al frente de la Diputación provincial, en plena descomposición de su partido, UCD, que no sobreviviría al desastre del proceso autonómico andaluz, antes de tomar posesión de la titularidad de la Audiencia Provincial de Toledo, sustituyéndole en el Palacio de Bibataubín el motrileño ya fallecido Gerardo Esteva de la Torre. En el Gobierno Civil ya contaba los días para su salida Siera Míguez, que pasaría al CDS con Adolfo Suárez. Monseñor Méndez Asensio afrontaba al frente de la Archidiócesis los efectos de las pérdidas patrimoniales por el incendio de las instalaciones de la Curia.

La visita papal y las elecciones fueron los acontecimientos más importantes, pero hubo otros también relevantes. El 14 de mayo, una imagen de la Virgen en la Basílica de San Juan de Dios apareció con lágrimas color sangre en el rostro. Fue la nota negativa en esta ciudad universitaria y culta, que en los primeros momentos se dejó atenazar por la horrenda manipulación de unos desaprensivos, que consiguieron atraer la atención de España entera y después la indignación de todos.

Pocas fechas después se celebrarían elecciones al Parlamento andaluz, el día 23 de mayo (quizá la burda maniobra de la imagen de la Virgen no fuera ajena a este acontecimiento político), en las que también vencieron nítidamente los candidatos socialistas que auparon a la presidencia de la Junta a Rafael Escuredo, que gozó de mayoría absoluta, al dejar bastante rezagadas a Alianza Popular y a UCD. Un mes después, el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, disolvería las Cortes y convocaría las elecciones generales para el día que nos ocupa en esta crónica, para el 28 de octubre, y que darían paso a casi 14 años de gobiernos socialistas presididos por Felipe González.

El 2 de julio, ese Parlamento andaluz decide ubicar la sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía en Granada. La Universidad celebró su 450 aniversario, a cuyos actos acudió quien fuera su rector, Federico Mayor Zaragoza, en calidad de ministro de Educación. En febrero apareció en término municipal de Iznalloz la escultura conocida como "El togado de Periate", nombre del cortijo donde se hallaba.

En el orden informativo nacional e internacional fueron noticia el Mundial de Fútbol, disputado en España y que ganó la selección italiana, que contó entre sus tifosis al presidente de la República, Sandro Pertini, todo un descubrimiento afectuoso para los ciudadanos españoles.

Juicio a los golpistas

Comenzó el juicio contra los implicados en la intentona golpista del 23 de febrero protagonizada por el teniente coronel Tejero y Argentina invadió las Islas Malvinas comenzando una guerra contra el Reino Unido.

A Granada también llegan con nitidez los mensajes del "Por el Cambio" que pregona la extraordinaria maquinaria electoral del PSOE. Nada en este partido es ajeno al todopoderoso vicesecretario general de aquella época, el brillante político sevillano Alfonso Guerra, que ha formado con González un tándem que se antoja indestructible e imbatible. Es la etapa socialista más descollante de su centenaria historia, que tiene en nuestra provincia como líder a Javier Torres Vela. Otros nombres del socialismo granadino son: Ángel Díaz Sol, María Izquierdo (que tras el triunfo electoral será nombrada secretaria de Estado para las Autonomías, razón por la que no integró la candidatura), Pedro Cerezo Galán, Rafael Estrella, Antonio María Claret García, Antonio India, Juan Tapia, Vida Soria...

Ridículo

Los nombres más significados de la derecha de Alianza Popular eran Díaz Berbel, Torres Hurtado, Chiqui Cascón, ... sin olvidar al pintoresco "paracaidista" Guillermo Kirpatrik. La UCD también tenía en Íñigo Cavero un destacado "cunero". Ambos hicieron un espantoso ridículo en términos de contaduría de votos; el primero también lo hizo por sus chascarrillos, salidas de tono y atuendo, como aquél sobrero cordobés que se caló hasta las orejas para aparentar cercanía a sus eventuales electores. Salvo por esto, nadie le recuerda ya en Granada, de la que desapareció para no asomar jamás.

Las huestes socialistas en la provincia hacen una bonita y eficaz campaña, que les proporciona excelentes resultados, que vienen a confirmar no ya todas las tendencias apuntadas en encuestas y en el propio ambiente, amén de en la descomposición de sus principales rivales, sino a ratificar lo que había arrojado las urnas tan sólo cuatro meses antes en las autonómicas: una aplastante victoria. En la mayoría de los municipios de la provincia, en más de 150 de los 168 que tiene, sus candidatos al Congreso y al Senado obtienen un resultado que sobrepasa el cincuenta por ciento de los votantes. Hubo una mayor participación y todo el mundo ya daba por hecho que el próximo presidente del Gobierno sería el joven andaluz Felipe González Márquez.

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