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Escena de 'Río 2'. / R.C.
La exuberancia regresa a la animación con 'Río 2'
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La exuberancia regresa a la animación con 'Río 2'

Blu y Perla abandonan la capital carioca para adentrarse en la Amazonia

SARA BRITO

Viernes, 4 de abril 2014, 12:02

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Rodeado de guacamayos, loros y toda suerte de aves exóticas, Carlos Saldanha está en el hábitat adecuado para presentar 'Río 2', la nueva animación de los estudios Blue Sky que se estrena este viernes. El director de origen brasileño se acercó, junto a la cantante Soraya, que pone voz a uno de los nuevos personajes secundarios de la película -la ranita Gaby- al Loro Parque de Tenerife, la reserva zoológica de aves tropicales más importante de Europa, para hablar de las nuevas aventuras de Blu, el guacamayo Spix azul de la primera entrega que se enamoró de Perla, presuntamente última hembra de su especie, durante los exuberantes carnavales de Río. Un largometraje con mensaje ecologista que recaudó más de 350 millones de euros en todo el mundo en 2011.

La exuberancia se vuelve a repetir en esta segunda entrega, pero esta vez se traslada a la Amazonia, a donde viajan los personajes protagonistas de la primera parte para huir de la ciudad y encontrarse con la vida salvaje, acompañados de sus tres hijos, sus amigos, y su archienemigo, la malvada cacatúa Nigel. «En esta segunda entrega la exuberancia está también en la paleta de colores. He estado muy obsesionado con el color en las dos películas, pero en esta segunda aún más. Hemos descubierto nuevos matices del verde para dar vida a la Amazonia, hemos ganado en sutileza, y hemos desarrollado avances tecnológicos para animar las aves y ganar en expresividad», dice el director, que apunta que en 'Río 2' hay «más aves, más música y más colores que nunca». Y un mensaje claro: los guacamayos de la película alertan sobre la deforestación del Amazonas.

'Río 2' es una aventura que también vuelve a hablar de la idea de familia pero esta vez desde otro punto de vista: los hijos y la dichosa familia política. Blu y Perla, acompañados de sus tres hijos, viajarán a la Amazonia donde descubrirán que no son los últimos de su especie. «Ese es un sueño que ojalá se hiciera realidad», apunta el director, que recuerda que la situación del guacamayo Spix es crítica.

Sólo quedan unos 70 y todos ellos en cautiverio, aunque se está trabajando sobre su repoblación en Brasil, según el propio Saldanha y fuentes del Loro Parque que participa en el programa de repoblación de la especie junto al Gobierno brasileño y otros zoológicos. Irónicamente, ese mismo sector que contribuyó hace décadas al tráfico y posterior desaparición de este ave en libertad será el que arrime ahora el hombro para evitar su total extinción.

La otra gran pata que sustenta la película es la música. Carlos Saldanha, afable y hablador como buen brasileño, saca su móvil y muestra entusiasmado vídeos de varias de las bandas que descubrió para 'Río 2': Barbatuques, un grupo de Sao Paulo que hace percusión con el cuerpo, y Uakti, una sofisticada banda que construye sus propios instrumentos con resultados verdaderamente mágicos. «La música es un elemento muy importante en estas películas de Río y a mí me gusta encargarme personalmente de esta parte porque soy un apasionado de la música». Y continúa: «Si en la primera película, la banda sonora se ocupaba de la cara más conocida de Brasil: Río de Janeiro y el carnaval, la samba, la bossa nova... En esta segunda película me he sentido mucho más libre para indagar en otras músicas y otro Brasil que se sale del tópico. Musicalmente hay carimbó o maracatú, músicas mucho más basadas en tambores». Con colaboradores como Sergio Mendes o Carlinhos Brown, Saldanha siente que ha ampliado la paleta también musical para pintar un Brasil más complejo.

Sobre su pertenencia a los estudios Blue Sky, el brasileño -que ya estuvo al frente de varios films de la saga 'Ice Age'- opina que frente a Pixar o Dreamworks, los estudios de la costa Este no son una marca tan clara como sus competidores. «La gente no tiene tan claro qué es Blue Sky, mientras que Pixar sí es identificable. Ahora bien, nuestra identidad son nuestras películas. Todos conocen 'Ice Age' o 'Río' y eso es lo importante», asegura.

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