«La concordia fue posible con él. ¿Por qué no también ahora?»

El funeral de Estado en honor a Adolfo Suárez ha reunido esta tarde en la catedral de La Almudena de Madrid a Sus Majestades los Reyes y los Príncipes de Asturias, al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a sus tres antecesores Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodriguez Zapatero y a los 17 presidentes de comunidades autónomas de España. Una fotografía de unidad que se escapa al rifirrafe político diario.

El único jefe de Estado extranjero que se ha desplazado hasta Madrid para participar en estas exequias ha sido Teodoro Obiang, presidente de Guinea Ecuatorial.

El cardenal y obispo de Madrid, Antonio Maria Rouco Varela, ha basado parte de su homilía a interpretar la frase, "la concordia fue posible", epitafio que reza en la tumba donde descansan los restos del duque de Suárez y de su esposa, Amparo Illana.

"La concordia fue posible con él. ¿Por qué no ha de serlo también ahora y siempre en la vida de los españoles, de sus familias y de sus comunidades históricas?", ha espetado.

Rouco Varela ha pedido a los asistentes que, además de rezar una oración por el alma de Adolfo Suárez, también lo hagan "por España" , en una clara alusión a las tensiones independentistas que se viven en Cataluña y País Vasco.

El purpurado ha ponderado que Suárez buscó y practicó de manera tenaz y generosa la reconciliación "en los ambos más delicados de la vida política y social de aquella España que, con sus jóvenes, quería superar para siempre la guerra civil".

Rouco Varela ha calificado de "dolorosa" la retirada de Suárez de la vida pública, aunque ha recalcado su intensa vuelta a la vida familiar. "Dedicado al cuidado tierno y sacrificado de la esposa (que falleció de cáncer en 2001) y al asumir el largo tiempo de la propia enfermedad (en referencia al alzheimer que se le diagnosticó en 2002).