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Nelson Mandela, un líder global. / Foto: Archivo | Vídeo: Atlas
Fallece Nelson Mandela, el alma de Sudáfrica
adiós a una figura mundial

Fallece Nelson Mandela, el alma de Sudáfrica

Con su muerte, el mundo pierde a su mayor referente ético | Su declive físico ha sido paralelo al hundimiento del proyecto de nación que puso en pie sobre la base de su autoridad moral

MIGUEL SALVATIERRA

Viernes, 6 de diciembre 2013, 20:58

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Referente ético mundial y constructor de la nación sudafricana por encima de odios y rivalidades étnicas, Nelson Mandela murió este jueves en Pretoria a los 95 años y su cuerpo ha sido trasladado a un hospital militar. El presidente sudafricano, Jacob Zuma, fue el encargado de anunciar a sus conciudadanos la trágica noticia. Los problemas de salud del exmandatario y premio nobel de la Paz en 1993, cuyo funeral de Estado se celebrará el próximo 15 de diciembre, después de la multitudinaria misa oficial del día 10, en el estadio Soccer City de Johannesburgo, se habían intensificado en los últimos meses.

El pasado diciembre tuvo que permanecer ingresado veinte días en un hospital por una infección pulmonar y desde entonces habían sido frecuentes los controles médicos y visitas a centros hospitalarios para seguir con el tratamiento. Al final de los 27 años que pasó en prisión, Mandela contrajo una tuberculosis que ha estado en el origen de sus periódicas dificultades respiratorias.

Su declive físico ha sido paralelo al hundimiento del proyecto de nación que puso en pie sobre la base de su autoridad moral. Sudáfrica siguen siendo la gran potencia económica de África con una previsión de crecimiento del 2,7% para 2013, pero la corrupción, las desigualdades y la violencia se han disparado de forma imparable. El sueño que nació en mayo de 1994 con la victoria de Mandela en las urnas y el fin del apartheid terminó por quebrarse el pasado 16 de agosto en una mina de platino de Marikana, a unos 100 kilómetros de Johanesburgo. Al menos 34 mineros murieron por disparos de la policía y 270 fueron detenidos en las protestas organizadas para exigir mejoras en sus condiciones laborales y aumentos de sueldo.

El recuerdo de las odiosas prácticas represoras del régimen racista emergió con fuerza, sobre todo después de que el Gobierno, ante la extensión de las protestas a otras minas, recurriera a una ley del apartheid para acusar a los mineros detenidos.

Sudáfrica es un país democrático con libertad de prensa y libre mercado, pero con el poder político monopolizado desde 1994 por el Congreso Nacional Africano (CNA, en inglés), el partido de Mandela, en donde un reducido grupo de nuevos ricos negros centraliza la toma de decisiones. Las elecciones generales tienen un escaso valor frente a las elecciones internas del CNA, donde realmente se determinar quién será el futuro presidente y sus ministros.

Después de tres siglos y medio de dominación blanca, los herederos de Mandela han perdido la credibilidad y dan peligrosos indicios de descontrol ante las revueltas sociales que comienzan a proliferar por el país. Para una gran parte de la población las condiciones de vida no han hecho más que empeorar desde el fin del apartheid. Sudáfrica está hoy a la cabeza de la desigualdad social en el mundo, según el coeficiente Gini.

Las diferencias radicales con Zuma

La figura de Mandela contrasta fuertemente con la del actual mandatario. Jacob Zuma fue acusado de violación y aunque posteriormente fue absuelto reconoció que mantuvo relaciones sexuales con la hija de una camarada del partido. La mujer tenía el virus del sida y el entonces vicepresidente reconoció que no utilizó ningún tipo de protección (Sudáfrica es junto a la India el país con más afectados de sida del mundo). Como justificación Zuma dijo que al menos tomó la precaución de ducharse después. En 2010 tuvo su vigésimo hijo fruto de otra aventura extramatrimonial.

Sudáfrica hace tiempo que echa en falta el liderazgo moral y la visión política de Mandela. La generosidad y ambición de su mensaje se puede encontrar en uno de los párrafos finales de su autobiografía 'El largo camino de la libertad': "Durante aquellos largos y solitarios años, el ansia de obtener la libertad para mi pueblo se convirtió en un ansia de libertad para todos los pueblos, blancos y negros. Sabía mejor que nadie que es tan necesario liberar al opresor como al oprimido.

Aquel que arrebata la libertad a otros es prisionero del odio, está encerrado tras los barrotes de los prejuicios y la estrechez de miras. Nadie es realmente libre si arrebata a otros su libertad, del mismo modo en que nadie es libre si su libertad le es arrebatada. Tanto el opresor como el oprimido quedan privados de su humanidad".

Las palabras del militante, del prisionero, del jefe del Estado

Nelson Mandela sembró de reflexiones su vida en la lucha clandestina, luego al frente del Estado y finalmente en su retiro político. He aquí algunas de ellas:

- «No nací con hambre de libertad. Nací libre, libre de todas las maneras que podría conocer. Libre de correr en los campos cerca de la choza de mi madre, libre de nadar en el arroyo que atravesaba mi pueblo, libre de asar maíz bajo las estrellas y de subirme al gran lomo de los bueyes al paso lento (...) No fue hasta que aprendí que la libertad de mi infancia no era más que una ilusión, que ya me habían privado de mi libertad, que empecé a tener hambre de ella».

(Autobiografía)

- «Luché contra la dominación blanca y luché contra la dominación negra. Mi ideal más preciado fue el de una sociedad libre y democrática en la que todos vivieran en armonía con iguales oportunidades. Espero vivir bastante para llegar a ella. Pero si es necesario, es un ideal por el cual estoy dispuesto a morir».

(1964, presentando su defensa durante el proceso de Rivonia, que lo condenaría a cadena perpetua)

- «Tengo la impresión de que todas las partes de mi cuerpo, mi carne, mi sangre, mis huesos y mi alma no son más que bilis. Así de amargado estoy por mi impotencia de no poder ayudar en los momentos terribles que estás pasando».

(carta a su esposa Winnie del 1 de agosto de 1970, citada en una compilación de sus escritos difundida en 2010, «Conversaciones conmigo mismo»).

- «Decidía no decir a nadie lo que estaba a punto de hacer...Hay momentos en los que un líder debe avanzar por delante de la manada, partir hacia una nueva dirección, con la confianza de que está llevando a su pueblo por el buen camino».

(Autobiografía, contando su decisión en 1985 de empezar, en cautiverio, conversaciones preliminares con el régimen del apartheid).

- «Me paro frente a ustedes no como un profeta, sino como su humilde servidor a ustedes, el pueblo. Vuestros sacrificios incansables y heroicos hicieron posible mi presencia hoy aquí. Pongo en consecuencia los años que quedan de mi vida en sus manos».

(11 de febrero de 1990, discurso desde el balcón de la municipalidad de Ciudad del Cabo, unas horas después de su liberación, tras más de 27 años de detención).

- «De la experiencia de un extraordinario desastre humano que duró mucho tiempo debe nacer una sociedad de la que su humanidad esté orgullosa...Nunca, nunca, nunca más este magnífico país conocerá la opresión de un hombre por otro».

«Forjamos una alianza que nos hará construir una sociedad en la que todos los sudafricanos, negros y blancos, podrán caminar con la cabeza alta, sin temor en su corazón, asegurados de su derecho inalienable a la dignidad humana - una Nación arcoíris en paz consigo misma y el mundo».

(Mayo de 1994, discurso de investidura como presidente).

- «Sabía perfectamente que el opresor debía ser liberado al igual que el oprimido. Un hombre que priva a otro hombre de su libertad es prisionero de su odio, está encerrado detrás de los barrotes de sus prejuicios y de la estrechez de su espíritu (...) Cuando pasé las puertas de la prisión, ésa era mi misión: liberar a la vez al oprimido y al opresor».

(Autobiografía)

- «Cualesquiera que hayan sido sus errores, y cometió muchos, tiene su lugar en la historia. Sin su apoyo (en el proceso de negociaciones), no habríamos hecho jamás la paz».

(A propósito del último presidente del régimen del apartheid, Frederik de Klerk).

- «Mi mayor decepción en mi vida fue no haber sido campeón del mundo en peso pesado de boxeo».

(1998)

- «Si no hubiera estado encerrado en prisión durante 27 años, no sé si hubiera sido tan bueno con los niños. Pero 27 años sin ver niños, es una experiencia terrible».

(2003, reflexión sobre su obra en beneficio de la infancia).

- «Estar enamorado es una experiencia que todos los hombres deben conocer. Para mí, es una experiencia extraordinaria. Deberíamos agradecer de vivir una experiencia parecida».

(1997, sobre su vínculo con Graça Machel).

- «Todos los componentes de la nación trabajan para construir nuestro país y para hacer un milagro. Es lo que me hace esperar cuando me voy a acostar. No dudo un solo instante que cuando entre a la eternidad estaré sonriendo».

(1997, reflexión sobre las realizaciones logradas desde el fin del apartheid).

- «Uno de los problemas que me preocupaban profundamente en prisión tenía que ver con al falsa imagen que tenía proyectada en el mundo sin quererlo; se me consideraba un santo. Nunca lo fui, aun si nos referimos a la definición según la cual un santo es un pescador que intenta mejorar».

(Entrevista en el Sunday Times, citada en «Conversaciones conmigo mismo»).

- «Debemos recordar que nuestra primera tarea es erradicar la pobreza y asegurar una vida mejor a todos».

(2009, mensaje de video difundido durante un mitin electoral del ANC, su última intervención política).

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