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Evacuación de los heridos. / Efe | Vídeo: Atlas
«¡Cuánta gente muerta hay aquí, Dios mío!»
tragedia FERROVIARIA en galicia

«¡Cuánta gente muerta hay aquí, Dios mío!»

Los testimonios de los pasajeros supervivientes describen la gravedad del accidente de tren

F. APAOLAZA

Viernes, 26 de julio 2013, 11:04

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La gravedad del accidente del tren ocurrido en Santiago de Compostela -el más grave de las últimas seis décadas en España- queda patente con los durísimos testimonios de algunos de los pasajeros que vivieron el siniestro. "Sentimos como el tren tomaba la curva. Después estábamos en el suelo rodeados de muertos", aseguraron dos de los supervivientes, uno de ellos con collarín tras ser atendido en el lugar del siniestro por los servicios de emergencia. Otro de los pasajeros describió cómo empezó a vibrar el tren cuando llegó a una curva. "Me levanté del suelo. Al lado mío había gente aplastada, destrozada. Luego fueron sacando alguno".

La zona está ahora mismo tomado por decenas de personas entre periodistas y vecinos que se han acercado para ayudar. Se trata de una zona rural, al que el acceso al tráfico ha sido cortado al menos en un kilómetro a la redonda. Los cámaras de televisión y los corresponsales que se han desplazado hasta allí se hacen un hueco entre lechugas, berzas y tomates para tomar un plano del tren siniestrado.

Varios de los testimonios parecen corroborar las primeras hipótesis de los investigadores sobre la velocidad del tren al llegar a la curva donde descarriló. "Cuando el tren tomó la curva, tuve la sensación de que iba demasiado rápido y descarriló", explicó Sergio, uno de los pasajeros heridos. Y es que los técnicos del Ministerio de Fomento ya habían avisado cuando se inauguró la vía hace dos años que esa era "una curva difícil". Otros vecinos han confirmado que los convoys que habitualmente pasan por allí lo hacen a muy poca velocidad.

"Oí como un trueno, muy fuerte y vi mucho humo. Era un desastre. La gente gritaba. Nadie aquí había visto una cosa así jamás", explicaba María Teresa Ramos, de 62 años, cuyo jardín está situado a pocos metros del lugar del accidente. Ella, junto con otros vecinos, fue una de las primeras personas en llegar al lugar y prestar ayuda a los pasajeros."Llegué un minuto después. Lo primero que vi fue el cadáver de una mujer. Me impresionó mucho. Nunca había visto un cadáver antes, pero sobre todo lo que me impresionó fue el gran silencio", dijo Francisco Otero, cuya casa está a pocos metros de las vías del tren". "Todo era irreal. Los vecinos intentaron sacar a la gente atrapada, con picos, mazas y al final los sacaron con una sierra manual", agregó

En declaraciones a los medios en el servicio de urgencias del Hospital Clínico, el pasajero de Roberto Fariza, procedente de Houston (Estados Unidos), ha relatado que viajaba con su esposa en el vagón número siete, tras haberse subido en Valladolid con destino a Santiago para continuar posteriormente viaje hacia Holanda antes de regresar a su país.

Fariza ha recordado que "se oyó un ruido en segundos" y ocurrió como "una reacción en cadena". "Todo empezó a caer encima. Lo único que critico es que no había manera de salir, por la gente y por las ventajas", ha explicado. Tras ayudar a otras personas, este viajero ha comentado que consiguió localizar a su mujer, "que es la que está mal". "Ya me atendieron. Me pusieron en una cama pero hay gente que la necesita más que yo", ha afirmado desde la sala de espera del Hospital Clínico.

«Volcó de lado»

El guardia civil Oscar Mateos, viajero del ferrocarril siniestrado, ha explicado que tras el accidente "era muy difícil sacar a la gente" porque "había cientos por el medio" y otros efectos. Mateos ha explicado, en declaraciones a los medios a las puertas del servicio de Urgencias del Hospital Clínico, que él viajaba en el primer vagón tras la máquina con un amigo y ambos se encuentran bien tras ser atendidos por "rasguños". "He tenido suerte", ha subrayado este guardia civil de Cáceres, que ha indicado que en su vagón se registraron "dos fallecidos" y "había gente con piernas y brazos rotos".

Este viajero, que se subió en el tren en Puebla de Sanabria, ha manifestado que el vagón "iba a tope" y que en el momento del accidente "volcó de lado". Según ha dicho, él se quedó hasta que consiguieron sacar a todos los viajeros del lugar. Además, ha resaltado que los servicios de Emergencia llegaron al punto del siniestro "en cinco o diez minutos". Rapidamente los equipos de emergencia, bomberos y fuerzas de seguridad se acercaron al lugar de los hechos para atender a los heridos. Otra guardia civil, Elena Ausina, no tuvo tanta suerte. Viajaba a su tierra para pasar el puente desde Yunquera de Henares (Guadalajara), Elena era de origen gallego y, como muchos de sus paisanos, había decidido pasar con la familia la fiesta del patrón de su tierra natal. Nacida en La Coruña en 1980, Elena era guardia desde 2007. A los familiares de Elena Ausina les ha dado el pésame personalmente el director de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, también gallego.

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